Panamá
Desbalance presupuestario y ausencia de sacrificios
No podemos permitirnos seguir siendo gobernados por quienes priorizan sus intereses personales sobre el bienestar colectivo.
- Helmut De Puy / [email protected]
- - Publicado: 21/12/2023 - 06:00 am
En medio de la vorágine presupuestaria y las decisiones del Ministerio de Economía y Finanzas, Panamá asiste nuevamente a un espectáculo que revela la falta de compromiso del actual gobierno. El recorte al vale digital y el subsidio al combustible, no es suficiente y refleja la incapacidad para gestionar de manera eficiente los recursos del país.
Y es que en realidad, con todo y el recorte, este presupuesto dista mucho de lo que exigía la ciudadanía (uno cónsono con la realidad actual de Panamá), más bien parece ser una herramienta para sufragar los gastos de campaña de los políticos actuales.
En el análisis de la situación, es innegable que la población ya se encuentra al límite, y lastimosamente estos recortes no se traducen en mejoras sustanciales en áreas cruciales. Más bien, con la tijera del ministro, la pregunta que resuena con mayor fuerza es: ¿A quién beneficia este recorte? La respuesta se encuentra en una realidad incómoda, el presupuesto de la Asamblea Nacional, quienes deberían ser de los primeros en dar ejemplo de mesura y prudencia, permanece prácticamente intacto.
Los diputados, con un excesivo y abultado presupuesto, debieron enfrentar recortes significativos. En lugar de eso, parecen blindados contra las medidas de austeridad. El desbalance presupuestario es un ejemplo más de la falta de voluntad real por parte de los diputados para compartir las cargas económicas de manera equitativa y falta de visión estratégica.
Mientras la población entiende justa y necesaria la disminución de subsidios, el gasto en el Órgano Legislativo parece ser intocable. Este escenario abre más la brecha de desconfianza entre los ciudadanos y aquellos que deberían representar sus intereses en la Asamblea Nacional. La falta de empatía con la población, solo refuerza que los diputados están desconectados de las verdaderas necesidades del pueblo. La promesa incumplida del 10% de reducción en la planilla estatal es solo un ejemplo más de la falta de seriedad en el manejo de las expectativas ciudadanas.
La indignación crece al conocer los detalles sobre los 400 asesores de la Asamblea de diputados y 702 “promotores culturales” a disposición de los mismos, con un costo de 6.5 millones. Este tipo de prácticas sólo alimenta la desconfianza y el escepticismo en torno a la transparencia en la gestión de fondos públicos. Es hora de cuestionar por qué estas cifras no reciben el mismo escrutinio que los recortes a programas sociales esenciales.
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La ciudadanía merece un presupuesto que aborde de manera efectiva los problemas que enfrenta a diario. No es suficiente cortar unos pocos millones aquí y allá, mientras las leyes especiales con 4 mil 500 millones en un quinquenio y el pago a la deuda con mil 100 millones anuales, nos sumen en un endeudamiento que compromete nuestro futuro. Lo más grave de todo, es que esas leyes especiales solo sirven para proteger a funcionarios que no quieren trabajar o sencillamente, no tienen las competencias para ganarse en buena lid los reconocimientos.
Es tiempo de una transformación radical en la Asamblea Nacional. Los ciudadanos exigen diputados comprometidos, transparentes y capaces de gestionar el país con responsabilidad y sensibilidad social.
No podemos permitirnos seguir siendo gobernados por quienes priorizan sus intereses personales sobre el bienestar colectivo. Es el momento de abrir espacio para nuevas opciones, para líderes comprometidos con el verdadero progreso de Panamá.
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