Consumo
De nuestra taza de café
El consumo mesurado de café beneficia nuestra salud aportando vitaminas, minerales y antioxidantes, así como también mitigando nuestros episodios depresivos y reduciendo el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Consumo
El consumo mesurado de café beneficia nuestra salud aportando vitaminas, minerales y antioxidantes, así como también mitigando nuestros episodios depresivos y reduciendo el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
En Panamá, el consumo de café es parte de nuestra cultura, es el legado, esfuerzo y perseverancia de diversas familias emprendedoras y de asociaciones de productores para desarrollar el cultivo. Foto: EFE.
En Panamá, de frontera a frontera, miles de personas se levantan cada día, quizás no con aquellos conocimientos tan especializados de un barista, pero sí con el mismo sentimiento para disfrutar de una buena taza de café, acompañada de tortillas, hojaldras o pan.
Probablemente muchas personas desconozcan cuántas hectáreas cultivadas, tiempo o procesos, fueron requeridos para llevar ese café, seleccionado en los estantes de los supermercados, entre tantas marcas preferidas por los panameños como Durán, Coclé, Gilka, Flor de Chiriquí entre otras, en atención a los gustos de cada persona.
Café puro o descafeinado; en grano, molido o instantáneo, como usted prefiera.
Café que llega desde tierras panameñas o foráneas.
El consumo mesurado de café beneficia nuestra salud, aportando vitaminas, minerales y antioxidantes, así como también mitigando nuestros episodios depresivos, favoreciendo nuestra concentración y reduciendo el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
El café se puede disfrutar en el hogar, el trabajo o para conversar con amigos en sitios históricos, como Café Coca Cola, así como los modernos Kotowa Coffee House, Starbucks, Niko’s Café, entre otros.
En Panamá, el consumo de café es parte de nuestra cultura, es el legado de diversas familias emprendedoras y asociaciones de productores que dedicaron esfuerzos y perseverancia para desarrollar el cultivo.
Porque por ejemplo, el sitial mundial del café Geisha (Coffea arabica var. Geisha) de tierras altas chiricanas, no llegó por arte de magia, hubo décadas de dedicación, para que su sabor y aroma distinguido, cautivaran los amantes del café de países tales como Japón, Corea, China y Estados Unidos de América.
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Sin olvidar el aporte del pueblo Ngäbe-Buglé, involucrado en las actividades de producción del café nacional, inclusive incursionando con la producción de café especial dentro de su región.
En Panamá, se cultivan principalmente dos especies de café: Arábica (Coffea arabica L., predominante, sobre todo en tierras altas, incluyendo las variedades Caturra, Catuaí, Geisha, entre otras) y Robusta (Coffea canephora L., sobre todo en tierras bajas).
Con la diversidad de microclimas existentes en Panamá, el territorio nacional tiene gran potencial para continuar el desarrollo de este cultivo.
El café de Chiriquí, por ejemplo, ha sido producido bajo condiciones especiales, transformándose en una puerta para el desarrollo del agroturismo regional con “La Ruta del Café Panameño” que incluye Boquete, Tierras Altas y Renacimiento, apostando a la biodiversidad y sostenibilidad de la región.
Hecho que consolida igualmente el sueño de la Asociación de Cafés Especiales de Panamá para brindar lo mejor del café de calidad de Panamá, café que es fuente de inspiración de las letras del libro “Panamá Café, la taza perfecta” y el corazón de las emociones de las imágenes del documental “Geisha, una historia de altura”.
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Pero también ha sido un trabajo mancomunado de décadas de instituciones nacionales e internacionales, tales como: el Mida (Ministerio de Desarrollo de Agropecuario), Idiap (Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá), FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), Catie (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza), WCR (World Coffee Research), entre otras, para desarrollar tecnologías estratégicas para la producción de café, considerando aspectos tales como: variedades, agroecología, fitosanidad, manejo del cultivo y proceso industrial.
El café celebra su propio día cada 1 de octubre, Día Internacional del Café, promovido por la OIC (Organización Internacional del Café), un día para degustar café y leer un libro como “Café” de Nicolás Artusi o apreciar un documental como “The Coffee Man”.
El café es producido en más de 50 países del mundo, destacándose Brasil, Vietnam, Colombia, Etiopía, entre otros, con una gran diversidad de variedades y condiciones especiales para la producción del café.
El café panameño es valorado y distinguido en un mercado donde se produce un estimado superior a los 150 millones de sacos de 60 kg de café por año, según la OIC.
Este escenario motiva cambios a nivel mundial, porque de cultivo colonial, el café pasó a cultivo de países donde existen ciudadanos involucrados en el sector, con derecho a un bienestar social y económico, erradicando el trabajo infantil, buscando un comercio justo y la innovación constante de la industria, de manera sostenible, respetando el medio ambiente, la biodiversidad y aportando a la mitigación del cambio climático.
En tiempos de prosperidad o en tiempos difíciles, como los de la pandemia de la COVID-19 en Panamá, siempre habrá tiempo para disfrutar una taza de café, cada día.
Ingeniero Agrónomo.
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