Cuando un periodista cruza la línea
- Miguel Ángel Sánchez Ávila
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En una guerra por la igualdad de condiciones sociales y la lucha contra la corrupción, los periodistas siempre somos y seremos protagonistas. Nuestra responsabilidad es combatir con la espada de la verdad la degeneración social .
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En nuestro país existen varios ejemplos de lo que ocurre cuando un periodista decide dejar su labor como comunicador social para adentrarse con participación activa e interviniente en el oscuro mundo de la política; aspirando de algún modo a ocupar algún puesto de elección popular o simplemente aceptando un cargo gubernamental. "Dime con quién andas y te diré quién eres". Un refrán muy popular que advierte la gran influencia que ejerce en el comportamiento o en las costumbres de alguien, las compañías de los demás, ya sean buenas o malas. Sin embargo, para algunas personas todavía existe una gran diferencia entre el periodista que incursiona en la política de manera independiente, a aquel que lo hace a través de un partido político.
Es muy cierto que toda persona tiene el derecho a ocupar un cargo público. No obstante, en la profesión del periodismo, no se trata de oportunidades, capacidades o discriminación. Se trata de elegir con convicción y responsabilidad el camino que desea seguir. Y es que existe una línea muy marcada y ancha entre el periodista y el político. Los caminos son totalmente diferentes. Más aún, cuando muchos políticos panameños están enfrascados y denunciados en escándalos de corrupción, nepotismo y peculados, entre otros casos y cosas. Escenario que categoriza la política como la carrera más denigrante de la época; según los críticos que están ubicados al otro extremo de la fila, el pueblo que los escoge. En el otro camino está el periodista, aquel que investiga y divulga las realidades evidenciadas de esas denuncias.
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"No sabemos por quién votar, todos son iguales". "El político es mentiroso, no cumple lo que dice". "Solo quieren el voto para llegar al poder, después se olvidan del pueblo". Estas son algunas frases que comúnmente se escuchan en las conversaciones de algunas personas que solo se involucran en la política una vez cada cinco años, cuando ejercen su derecho al voto. Por esta percepción general es que no veo al periodista regresar triunfante al mundo de la comunicación social, después de haberse contaminado con el tóxico y degradante mundo de la política.
En una guerra por la igualdad de condiciones sociales y la lucha contra la corrupción, los periodistas siempre somos y seremos protagonistas. Nuestra responsabilidad es combatir con la espada de la verdad la degeneración social putrefacta de los explotadores y saqueadores del patrimonio estatal y sus padrinos. El periodista debe estar sitiado del otro lado de las líneas enemigas. Debemos estar claro en lo que queremos ser y dónde queremos estar. Entre la línea de la verdad y la justicia; y las malas prácticas políticas de los gobernantes corrompidos, existe un campo minado de conflictos éticos, hipocresía y falsedad. Son dos trincheras muy diferentes.
Dejemos que los dueños de los medios de comunicación social sigan llevando la relación que mejor les convenga con los políticos. Los periodistas adquirimos una responsabilidad con la sociedad y tenemos que cumplirla. No debemos aprovecharnos de nuestra popularidad como periodistas, vender una imagen y después sacar provecho de ella. Los medios de comunicación necesitan de periodistas que dirijan sus "shows" mediáticos para ganar "rating" y caemos en su juego. "Huid de los pecados de la comunicación". Este mensaje del papa Francisco nos enseña demasiadas cosas. Principalmente nos emplaza a mantener la ética en el periodismo y procurar hacer las cosas bien.
El "Gabo" dijo: "El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad". La política es una actividad orientada en forma ideológica de un grupo de personas que desea alcanzar ciertos objetivos y todos sabemos cuáles son. ¿Qué ética puede tener un periodista que quiera volver de la política al periodismo? No hay vuelta atrás.
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