Cuando se abran las puertas
Cuando se abran las puertas te darás cuenta de todo lo que puedes hacer por mejorar la economía familiar y los cambios necesarios para permitir que el planeta “respire” de nuestra conducta.
Cuando se abran las puertas te darás cuenta de todo lo que puedes hacer por mejorar la economía familiar y los cambios necesarios para permitir que el planeta “respire” de nuestra conducta.
Aplicamos las 3R y quizás no nos percatamos que reducir, reciclar y reutilizar está presente en los hogares e hicimos lo que siempre debimos hacer, ahora que creamos el hábito en familia. Foto: Archivo. Epasa.
Cuando se abran las puertas, ¿quiénes seremos?
¿Qué tanto hemos cambiado al experimentar esta pandemia?
Sin abordar el aspecto personal o familiar de cada quien, vamos a analizar qué hemos aprendido como consumidores.
Empezando que es lo único que durante la pandemia se nos ha permitido hacer a conciencia, pues tuvimos que comprar realmente lo necesario por las razones que fueran, solo lo estrictamente de consumo alimenticio.
Así, muchos experimentamos reducir el consumo de ciertos alimentos e incentivar el consumo de otros que ayudaban al sistema inmune y nos dirigimos hacia lo natural.
VEA TAMBIÉN: Lo superaremos (al maoísmo)
También aplicamos el reúso de los bienes para emplearlo en otras cosas o simplemente para entretenernos, confeccionando con lo que disponíamos en casa y aprendimos de tutoriales el manejo de estos en medio de la privación.
Entonces aplicamos las 3R y quizás no nos percatamos que reducir, reciclar y reutilizar está presente en los hogares e hicimos lo que siempre debimos hacer y qué bueno que lo pudiéramos seguir usando ahora que creamos el hábito en familia.
Afuera, y lejos o no de nosotros, nos enteramos de noticias desde varias partes del mundo en el que el planeta recibió un respiro, un respiro de nuestro consumo irresponsable, del daño que le hemos hecho al hábitat, de las intervenciones en detrimento del ecosistema y a favor de una economía lineal que propugna por consumir y descartar y, por ende, contaminar perjudicándonos, entonces comprendimos que éramos la amenaza de nosotros mismos y la naturaleza nos recordó cómo podríamos ser si cambiamos la forma de consumir.
Solo para resaltar un aspecto, rápidamente, advertimos que en las calles yacían mascarillas descartadas afuera de los comercios y los centros de salud y nuevamente fue visible nuestra irresponsabilidad.
VEA TAMBIÉN: ¿Subdirector de la Policía Nacional pretende convertirnos en nómadas?
En los comercios observamos acaparamientos en perjuicios de los demás, exponiendo al final a todos al contagio del COVID-19, y floreció lo mejor o peor de cada quien, alejándonos de la solidaridad y del consumo responsable.
Definitivamente, en medio de esta pandemia que nos llevó a una conciencia de consumo: “Lo único que realmente es tuyo, es lo único que no podrías perder en un naufragio”, como dice un proverbio hindú.
Cuando se abran las puertas de nuestras casas y las de los comercios, como nos comportemos en el consumo será la diferencia de haber sobrevivido a esta pandemia.
Cuando se abran las puertas te darás cuenta de todo lo que puedes hacer por mejorar la economía familiar y los cambios necesarios para permitir que el planeta “respire” de nuestra conducta.
La autora es abogada.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.