Cristo resucitado: El mega paradigma de la historia
Es que Cristo es Eterno, Cristo no es temporario o provisional. Cristo no se registra como una personalidad más de la historia sino que aparece como el Dios real, único y verdadero.
Es que Cristo es Eterno, Cristo no es temporario o provisional. Cristo no se registra como una personalidad más de la historia sino que aparece como el Dios real, único y verdadero.
El Dios que, hecho carne, habiendo sufrido el escarnio y las humillaciones que nadie nunca antes ni después sufrirá, fue crucificado, con muerte humillante e indignante de cruz.
La historia registra fechas importantes que marcaron, de manera asombrosa, hechos, hitos y situaciones que hoy todos recordamos y leemos en los libros porque la misma historia se encarga de ilustrarnos. Quién, por ejemplo, olvida que fue en el año 476 D.C., la caída del Imperio Romano de Occidente; quién, por ejemplo, pierde de vista que a partir de allí hasta el año 1492, con el Descubrimiento de América, se identifica a esos siglos como la Edad Media; de 1492 hasta el año 1789, con la Revolución Francesa, surge la denominada Edad Moderna y que luego de la Revolución Francesa hasta las dos grandes guerras mundiales (1914,1939) se marca la Edad Contemporánea.
Luego, todo lo que ha venido ocurriendo solemos denominarlo como la Edad Post Modernista o Post Moderna. No faltarán quienes califiquen los tiempos actuales, merced a los impactantes cambios que se han producido, desde la aparición de la comunicación digital y la tecnología celular, como la Edad Digital.
Hay fechas que la historia nos registra, ciertamente, pero que no significan tan solo un acontecimiento histórico más, sino que su dimensión y valorización, va más allá del mero acontecimiento histórico. Tal es el caso de la Semana Santa, también conocida como la Semana Mayor, y que para el mundo cristiano y no cristiano dividió los tiempos en un Antes de Cristo y en un Después de Cristo.
Y es así. El Creador del universo, el Creador de todo cuanto en el mundo hay y existe, pero, sobre todo el Creador nuestro, el Dios que crea, el Dios que construye, el Dios que edifica, nos permite hoy, como ayer, decir qué es lo que fue antes de Cristo y qué es lo que será después de Él.
Es que Cristo es Eterno, Cristo no es temporario o provisional. Cristo no se registra como una personalidad más de la historia sino que aparece como el Dios real, único y verdadero. El Dios que, hecho carne, morando entre nosotros pecadores y sembrando la Palabra de Dios en nuestros corazones para la salvación, ante la terrible expectación de juicio que nos espera, habiendo sufrido el escarnio y las humillaciones que nadie nunca antes ni después sufrirá, fue crucificado, con muerte humillante e indignante de cruz, pero que muerto y sepultado resucitó al tercer día.
He allí el gran paradigma, el Mega Paradigma que jamás podrá ser superado: Solo Cristo puede salvar al hombre, a la humanidad. Por ello, Él es la única respuesta de salvación para la humanidad.
Cuando en tiempos de pandemia, al inicio de esos tiempos, para el caso panameño, a mediados del mes de marzo del año 2020, pensábamos que el mundo se nos había venido encima, que las cosas habían dado un giro de 180 grados en la economía, en las profesiones, en las artes, en todos los campos de interacción humana, hoy, como durante siglos ha venido sucediendo, tenemos el grande privilegio, la enorme oportunidad de volver a celebrar la Semana Santa.
Pero no una celebración que nos permite decir en tal o cual fecha o en tal o cual día del año tal crucificamos al Hijo de Dios; o en tal o cual día resucitó. No. No es tan solo eso. Sino que, a pesar de todo, la Semana Santa nadie la puede borrar de calendario o registro alguno y su trascendencia espiritual, el enorme mensaje que significa y representa para la humanidad, tampoco puede ser jamás borrado.
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Pueden levantarse muchos paradigmas contrarios a la Palabra de Cristo, pero todos tienen, entre otras, básicamente, una falla, un flanco que los debilita y hace que se derrumben, merced a que llevan su propio Talón de Aquiles: son temporarios y provisionales, relativos y superficiales. Por eso, conforme a la Palabra de Dios, los cielos y la tierra pasarán, más la palabra de Dios, jamás, nunca, ha de pasar.
Cristo, inmaculado e inmarcesible, puro y santo, sin manchas ni pecado alguno en Él, tiene la voz y la autoridad como Dios que es para reivindicarnos en medios de teorías e hipótesis ideologizantes, seculares, mundanales y hasta infernales, que persiguen, a veces hasta con furia, destruir los atributos de Dios en el hombre y tuercen las verdades de Cristo con intentos perversos de desafiar al mismo Señor del Monte Gólgota, el Todopoderoso Jesús con acciones y actitudes contrarias a la obediencia a Cristo.
Hoy, los cristianos, tenemos el deber, la obligación de abogar por nuestra Fe, defenderla a toda costa e imponernos frente a quienes desafían los mandamientos de Cristo en aras de imponer los suyos. Dios bendiga a la Patria.
Abogado.
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