Un viejo hidroavión mira al futuro
- Mike Arnot
Greg McDougall, fundador de Harbor Air, es la fuerza impulsora detrás del proyecto. “Fui uno de los primeros en adoptar el automóvil Tesla y me impresionó su innovación”, dijo.
Cuando el hidroavión De Havilland Beaver de Harbour Air levantó lentamente el vuelo en 1956, “Heartbreak Hotel” de Elvis Presley encabezaba las listas de popularidad musical, el presidente Dwight D. Eisenhower estaba en la Casa Blanca y todavía no se habían inventado íconos voladores como el Boeing 747.
Décadas de vuelos a sitios inhóspitos, de vuelos cortos entre islas y de recorridos turísticos dignos de Instagram más tarde, la aeronave recibió una modernización pionera. Harbor Air, un operador de hidroaviones con sede en Vancouver, cambió a fines del año pasado el motor tragón de turbosina y contaminador de la nave de seis plazas por uno moderno, alimentado por baterías. El cambio da al avión vintage una nueva y sustentable vida nueva.
VEA TAMBIÉN: ¿Cómo adaptarse a un mundo post coronavirus?
Greg McDougall, fundador de Harbor Air, es la fuerza impulsora detrás del proyecto. “Fui uno de los primeros en adoptar el automóvil Tesla y me impresionó su innovación”, dijo McDougall. “Me pregunté si podríamos transferir tecnología similar de motor eléctrico a nuestros aviones. Alguien iba a hacerlo algún día, así que por qué no nosotros”.
La aerolínea regional con 40 hidroaviones opera vuelos de media hora que transportan hasta 19 pasajeros entre Vancouver, Seattle y las comunidades en la costa de Columbia Británica. Los vuelos cortos lo hacen ideal para un motor con batería, dijo Roei Ganzarski, director ejecutivo de magniX, el fabricante que desarrolló el motor. El avión podrá volar durante 30 minutos con una reserva de 30 minutos con una carga de una hora. Se conectarán y cargarán en el muelle del Vancouver Harbor Flight Centre, y accesarán BC Hydro, la red de energía hidroeléctrica de la empresa de servicios de energía provincial, una fuente renovable de energía.
McDougall estuvo a los controles del vuelo de prueba de 10 minutos. La revisión regulatoria en los Estados Unidos y Canadá tomará de dos a tres años, después de lo cual Harbor Air puede comenzar a aceptar clientela en aviones totalmente eléctricos.
VEA TAMBIÉN: Alcaldes italianos se disfrazan para verificar que todos sigan las medidas de cuarentena
“A la larga, la economía operativa nos permitirá hacer que más vuelos estén más al alcance del bolsillo de un público más amplio”, dijo McDougall.
Erin Hemmens, regidora de Nanaimo, una ciudad de 90 mil habitantes en la isla de Vancouver, toma el vuelo de 20 minutos de Harbor Air a Vancouver para conferencias en lugar de realizar el recorrido de 3 horas en ferry. “Nuestra ciudad quiere avanzar en materia de políticas amigables con el clima de manera expedita, por lo que celebramos su logro”, dijo Hemmens.
¿Harán los aviones comerciales más grandes la conversión a eléctricos? No al corto plazo, dijo Pat Anderson, profesor de ingeniería aeroespacial en Embry-Riddle Aeronautical University, en Florida. “El Beaver no necesita mucha energía porque vuela lento. Para ir rápido, necesitas mucha energía”.
VEA TAMBIÉN: De filántropo pasa a ser prisionero político
“Lo más emocionante de este vuelo para mí, personalmente, es que señala un cambio en cómo vemos la aviación y cómo viajarán mis hijos en el futuro”, dijo Ganzarski.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.