Señal de alarma para economías: caída de ventas en India
- Vindu Goel
El cambio de suerte no presagia nada bueno para otros países en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica que tratan de sortear tanto una economía global en vías de debilitarse, como los conflictos comerciales de Trump.
TIRUPUR, India — Cuando Alan Greenspan dirigía una consultoría y quería saber a dónde se dirigía la economía, a menudo observaba las ventas de ropa interior de hombres como guía.
Greenspan, que más tarde fue presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, creía que cuando los tiempos eran difíciles, los hombres dejaban de reemplazar la ropa interior desgastada, que nadie puede ver, antes de recortar en otras compras.
De acuerdo con esa medición, India vive una grave crisis.
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“Las ventas han caído 50 por ciento”, dijo Jeffrin Moses, señalando hacia cajas de trusas y camisetas de algodón en el emporio de ropa interior Tantex, en Tirupur.
No es sólo la ropa interior. Las ventas de autos se desplomaron 32 por ciento en agosto, y las armadoras automotrices advierten de un recorte de un millón de empleos. Macrotech, un importante desarrollador de bienes raíces que ha hecho equipo con el presidente Donald J. Trump en una torre en Mumbai, acaba de reajustar a 400 empleados.
Las familias incluso están dejando de comprar los paquetes de 7 centavos de dólar de galletas Parle que son elemento básico con la leche y el té matutino en India. Están optando en cambio por bocadillos incluso más baratos elaborados por vendedores locales, de acuerdo con Mayank Shah, ejecutivo de Parle. Las ventas de galletas han bajado 8 por ciento, dijo, y si continúa la tendencia actual la compañía podría recortar hasta 10 mil empleos.
En septiembre, el Gobierno indio finalmente reconoció la magnitud del problema, al anunciar un sorpresivo recorte en los impuestos sobre la renta para todas las compañías e incentivos adicionales para los fabricantes.
Hasta el año pasado, India, con una población de 1.3 mil millones de personas, era la economía grande de más rápido crecimiento del mundo, que de manera habitual ascendía al 8 por ciento o más. Ahora el Gobierno estima el crecimiento del país en 5 por ciento.
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El cambio de suerte de India no presagia nada bueno para otros países en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica que tratan de sortear tanto una economía global en vías de debilitarse, como los conflictos comerciales de Trump.
“Es una señal de la tendencia económica global en este momento: el crecimiento se ha desacelerado más este año que el pasado”, dijo Per Hammarlund, estratega titular de mercados emergentes en SEB, un banco sueco.
Al tiempo que inversionistas globales nerviosos han optado en masa por la seguridad del dólar, la rupia india y otras divisas de mercados emergentes han perdido valor. Eso ha vuelto más costosas las vitales importaciones de energía, electrónica y equipo de fábrica.
Al igual que China e Indonesia, India está lidiando con los efectos secundarios de años de otorgamiento excesivo de préstamos alentado por el Estado. El peso de los préstamos bancarios incobrables, aunado a recientes incumplimientos de pago por parte de instituciones financieras no bancarias, ha frenado el crédito a consumidores y empresas.
La industria textil, que emplea a unos 45 millones de personas y es el segundo mayor empleador de India, es emblemática de los apuros del país.
Un día, el mercado en Tirupur de ropa al mayoreo, excedente y ligeramente defectuosa estaba desierto. En Dollar Industries, que ha confeccionado ropa interior para hombres durante casi medio siglo, una caída del 4 por ciento en las ventas el trimestre pasado causó conmoción.
“Nunca he visto una desaceleración como ésta”, dijo Gaurav Gupta, hijo de uno de los fundadores de la empresa. “Un cliente que solía comprar seis prendas, ahora se limita tal vez a cuatro”.
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Dollar no ha despedido a nadie aún, aunque ha reducido la jornada laboral, y los sueldos, entre 10 y 20 por ciento. Sambhu Karwar, un empleado que extiende la tela antes de que sea cortada, dijo que Dollar le paga un sueldo mensual de unos 167 dólares, y proporciona alojamiento y le subsidia algo de comida. “Se vive bien aquí”, comentó.
El panorama es más sombrío en Siva Exports, contratista que cose algo de la ropa interior de Dollar. La mayoría de las máquinas de coser en la fábrica de dos pisos están inactivas. V. Murugesan, propietario de Siva, dijo que tuvo que reajustar a tres cuartas partes de sus costureras en los últimos seis meses.
Vijay Varthanan, que alguna vez fue gerente de control de calidad en una fábrica de ropa y ahora administra una tienda de abarrotes en Tirupur, predijo que los tiempos empeorarían antes de que mejoraran.
Las ventas han caído alrededor de un 50 por ciento en su tienda, dijo, y muchas personas están comprando alimentos a crédito.
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