Sector textil en Asia enfrenta ruina, debido a la pandemia
- Elizabeth Paton
La mayoría de los proveedores está en países que pueden ser los más vulnerables a grandes choques económicos globales, como India, Myanmar, Camboya y Bangladesh, que es la segunda nación que más exporta prendas de vestir después de China.
![Tras recortes de minoristas occidentales, millones de trabajadores en Bangladesh han sido enviados a casa. Foto / Mohammad Ponir Hossain/Reuters.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/04/21/ref_05_garment-0_0.jpg)
Tras recortes de minoristas occidentales, millones de trabajadores en Bangladesh han sido enviados a casa. Foto / Mohammad Ponir Hossain/Reuters.
Los centros comerciales vacíos de las ciudades occidentales dan fe de la crisis más grande que están sufriendo las industrias globales de la ropa y las ventas al menudeo en más de una generación. El flujo diario de miles de pedidos de minoristas occidentales a fábricas de proveedores en el Sur de Asia se ha detenido abruptamente debido a la pandemia.
Los dueños de fábricas enfrentan la ruina financiera, mientras que el sustento de millones de trabajadores de fábricas de ropa pende de un hilo.
“Nuestra situación es apocalíptica”, dijo Rubana Huq, presidenta de la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Prendas de Vestir de Bangladesh (BGMEA, por sus siglas en inglés), que representa a los dueños de fábricas de ese país. “Las cancelaciones e instrucciones de pausa de los minoristas de moda occidentales nos están empujando a la insolvencia”.
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Los minoristas de moda rápida rara vez son dueños de las fábricas que les suministran sus mercancías. La inmensa mayoría de los pedidos para prendas de vestir y calzado se subcontratan con proveedores en mercados emergentes como Bangladesh, donde los gastos generales son baratos y el costo de mano de obra lo es más.
La mayoría de los proveedores está en países que pueden ser los más vulnerables a grandes choques económicos globales, como India, Myanmar, Camboya y Bangladesh, que es la segunda nación que más exporta prendas de vestir después de China.
Bangladesh, en particular, lugar de una de las campañas más eficaces de la era globalizada para mejorar las condiciones de trabajo y la seguridad de los trabajadores de las fábricas de ropa, ha visto más de 2.8 mil millones de dólares en pedidos cancelados o pospuestos desde que inició la pandemia, señaló Huq.
Las prendas confeccionadas conformaron el 84 por ciento de las exportaciones totales de Bangladesh, con valor de 40.5 mil millones de dólares, en su año fiscal 2019, de acuerdo con datos publicados en el sitio de internet de BGMEA.
“La situación es muy mala”, dijo Sharif Zahir, director administrativo de Ananta Group, propietario de siete fábricas con un total de 26 mil trabajadores. “La cadena de suministro bangladeshí está sumida en el caos al tiempo que muchas marcas extranjeras actúan de forma irresponsable”.
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Zahir dijo que la mayoría de las fábricas en Bangladesh ya habían enfrentado pérdidas o márgenes escasos desde el año pasado debido a aumentos salariales implementados por el Gobierno en diciembre del 2018. Ahora, muchos compradores estaban cancelando pedidos que habían sido producidos, aplazando pagos y pidiendo descuentos para bienes que ya habían sido embarcados.
El 26 de marzo, el país desplegó soldados para hacer cumplir una suspensión de actividades a nivel nacional. En un indicio de la importancia del sector textil, las fábricas de ventas minoristas son una industria esencial, aunque la mayoría están cerradas.
Un sondeo de dueños de fábricas en Bangladesh realizado por el Centro para los Derechos de los Trabajadores Globales de la Universidad Estatal de Pennsylvania descubrió que millones de trabajadores, en su mayoría mujeres de zonas rurales, ya habían sido enviados a casa sin los salarios que se les debían ni indemnizaciones. El sondeo descubrió que casi todos los compradores occidentales se negaron a contribuir a los salarios de los trabajadores y que el 70 por ciento de los trabajadores suspendidos habían sido enviados a su casa sin pago.
En un esfuerzo por contrarrestar parte de las repercusiones relacionadas con los minoristas occidentales, la primera ministra Sheikh Hasina de Bangladesh anunció un rescate financiero de 590 millones de dólares el 25 de marzo. Muchos miembros del Gobierno bangladeshí son dueños de fábricas, pero los fondos, dijo Hasina, serían usados exclusivamente como salarios y prestaciones para los trabajadores.
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El reto que enfrenta ahora el país no es solo asegurar que el rescate llegue al lugar adecuado, sino que los estándares de seguridad no caigan al tiempo que los propietarios de fábricas se ven en una situación cada vez más desesperada.
Hay preocupación de que no se conserven las mejoras éticas y ambientales recientes en la manufactura.
“Se están dando acontecimientos en países donde hay muy poco en términos de seguridad social y las leyes laborales no siempre se respetan”, dijo Koen Oosterom, gerente para Bangladesh y Myanmar en Fair Wear.
“Para ellos, es una cuestión de la supervivencia de los negocios”, dijo Huq en referencia a los minoristas occidentales. “Para nosotros, es la supervivencia de nuestros 4.1 millones de trabajadores”.
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