Se enfrían los acuerdos entre chinos y checos en Praga
- Marc Santora
Para la República Checa, los lazos más estrechos con China llegaron con promesas de mayor comercio e inversión. Para Praga, el acuerdo encerraba la promesa de más turismo, intercambios culturales y hasta un panda para el zoológico. Tres años después, gran parte de la inversión no se ha materializado y no hay panda.
PRAGA — En un opulento edificio en la ciudad Vieja de Praga, el alcalde recibía a diplomáticos que llegaban a su residencia oficial para una reunión de Año Nuevo.
Pero cuando el embajador chino se acercó al alcalde Zdenek Hrib, el diplomático no estaba en ánimo festivo.
“Exigió que echara al representante de Taiwán”, recordó Hrib acerca de la confrontación en enero pasado. “Le dije: ‘no echamos a nuestros invitados’”.
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Al exhortar otros embajadores al representante chino a que avanzara, éste se enojó más y más hasta que, finalmente, abandonó enfurecido el lugar. Para Hrib, que había sido electo apenas dos meses antes, fue la primera escaramuza en un altercado diplomático que culminaría con Beijing y Praga rompiendo lazos como “ciudades hermanas” y que hoy amenaza con un daño perdurable a las relaciones entre la República Checa y China.
A la raíz de la pelea estaba la negativa del alcalde a respaldar la política de “Una Sola China” de Beijing, que insiste en que Taiwán es parte de China. Pero más ampliamente, el desacuerdo ha iluminado las formas en que China utiliza su influencia económica mientras intenta salirse con la suya diplomáticamente.
El punto álgido llegó en el 2016, cuando Xi Jinping, el líder de China, fue recibido para una visita de Estado por el presidente populista Milos Zeman, quien había declarado que su país sería la “puerta de China a Europa”. Antes de la visita, Praga había firmado un acuerdo de ciudades hermanas con Beijing que incluía un compromiso con la política de “Una Sola China” —algo regularmente no encontrado en acuerdos así.
Para la República Checa, los lazos más estrechos con China llegaron con promesas de mayor comercio e inversión. Para Praga, el acuerdo encerraba la promesa de más turismo, intercambios culturales y hasta un panda para el zoológico. Tres años después, gran parte de la inversión no se ha materializado y no hay panda.
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Hrib, un médico de 38 años, se postuló con el Partido Pirata, un partido anti establishment que se ha convertido en la tercera fuerza más grande en el Parlamento, ganando poder en parte al desafiar la política exterior de Zeman de tendencia hacia el Este, así como el enfoque transaccional del primer ministro Andrej Babis.
Hrib había prometido examinar la redacción del acuerdo de la ciudad con Beijing.
“Algunos dicen que no deberíamos involucrarnos en asuntos exteriores”, señaló. “Pero lo que hemos hecho es deshacernos de esta declaración de ‘Una Sola China’, que arrastró a Praga a asuntos exteriores”.
En marzo, Hrib viajó a Taiwán, donde había pasado tiempo como estudiante. Para el verano, con el alcalde dejando en claro que iba a poner a votación la redacción del acuerdo en el Ayuntamiento, el asunto explotó.
Las autoridades chinas emitieron amenazas: si la Orquesta Filarmónica de Praga, que llevaba más de dos años preparando una gira de otoño por China, quería presentarse, debía rechazar las acciones del alcalde.
“La cancelación de la gira representaba para la orquesta una pérdida económica de varios millones de coronas checas”, dijo en un comunicado Radim Otepka, el director de la orquesta. “Sin embargo, consideramos mucho más perjudicial el hecho de que la cultura haya sido sujeta a presiones políticas”.
Las tensiones también han llegado a arenas más relevantes. En diciembre, la agencia de ciberseguridad checa advirtió que el gigante tecnológico chino Huawei representaba una potencial amenaza de seguridad nacional. También ha habido preocupaciones de que China intentaba influir en instituciones académicas.
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El presidente Zeman ha buscado limitar el daño. Escribió una carta a Xi enfatizando “que la República Checa, y su Gobierno, respeta totalmente la política de una sola China”, de acuerdo con un resumen que proporcionó su oficina.
Y las autoridades chinas han amenazado con limitar el número de turistas.
En el zoológico, donde los funcionarios habían anunciado un plan de 9 millones de dólares para crear un pabellón de pandas, ya han puesto la mira en un animal diferente.
“Cuando yo era pequeño, tenía un libro con fotos muy bonitas en blanco y negro”, contó el alcalde Hrib. Ilustraba un paseo por el Zoológico de Praga. “Y el animal más genial ahí era el pangolín”, dijo.
Taiwán ha jugado un papel clave en salvar de la extinción a estas criaturas, que parecen osos hormigueros escamosos, y es ahora hogar de lo que probablemente es la población más grande de ellos en cautiverio.
Hrib ha hablado con el alcalde de Taipei y confía que en donde fracasó la diplomacia del panda, la promesa del pangolín no lo hará.
Magdalena Sodomkova contribuyó con reportes.
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