Recuerdan galletas de la suerte de un artista
Algunos han colocado las galletas en un espacio público, como el centro de transporte público Hongqiao, en Shanghai; una fuente sin agua, en Roma. Inclusive otros las instalaron en su recámara.
- Victoria Burnett
- - Publicado: 02/7/2020 - 06:00 pm
En una azotea de La Habana yace un montón de galletas de la suerte. Los amantes del arte llegan de uno en uno o de dos en dos, rompiendo una galleta para leer su suerte, a veces llevándose la golosina a la boca.
La pila es parte de “Sin Título” (Esquina de Galletas de la Fortuna), una obra de Felix González-Torres de 1990 que ha sido instalada como obra colectiva en cientos de ubicaciones. Es la primera obra de González-Torres en ser realizada en su isla natal, de acuerdo con la Fundación Felix González-Torres.
VEA TAMBIÉN: La tauromaquia enfrenta retos de supervivencia
“Es como si él estuviera aquí, mirando a Cuba, al paisaje, a sus orishas”, comentó Jorge Fernández Torres, director del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, en referencia a las deidades de la Santería, la religión sincrética practicada por muchos cubanos. Él fue uno de mil personas invitadas por la Galería Andrea Rosen y la Galería David Zwirner para participar en el proyecto.
“Sin Título” (Esquina de Galletas de la Fortuna) involucró originalmente 10 mil galletas y fue parte de una serie de esculturas comestibles. Las dos galerías, que representan al patrimonio del artista, invitaron a amigos, artistas y fans de la obra de González-Torres a exhibir montones de galletas del 25 de mayo al 5 de julio.
Rosen dijo que se le ocurrió la idea en abril, cuando el mundo estaba en confinamiento, esperando generar reflexiones sobre ideas de espacio público y privado, pérdida y regeneración y el valor de la existencia.
González-Torres, quien nació en Cuba en 1957, pero se marchó de niño y se identificaba como estadounidense, pasó gran parte de su trayectoria en Nueva York. Aparentemente simple —papel apilado, un montón de dulces y una cortina de cuentas— su obra es “hecha para crear complicaciones”, apuntó Rosen.
VEA TAMBIÉN: Los jaguares se hallan de nuevo bajo asedio
El artista, quien era gay, vivió en la línea del frente de la pandemia del sida, al perder a su pareja, Ross Laycock, a causa de esa enfermedad en 1991 y él mismo morir de causas relacionadas con el sida en 1996.
Carlos Basualdo, un curador en el Museo de Arte de Filadelfia, dijo que la obra de González-Torres habla del aislamiento y el dolor de la pandemia actual, en gran medida igual que lo hizo durante la crisis del sida.
“Hay obras que, cuando las sometes a las presiones de hoy, quedan en silencio”, afirmó. “Pero no la obra de Felix. Aún está viva”.
Hasta la fecha, unas 320 personas desde ciudad del Cabo, Sudáfrica, hasta Knoxville, Tennessee, han instalado la obra, de acuerdo con la Galería Andrea Rosen, que ha publicado fotos, videos y textos de unas 70 locaciones en su sitio de internet.
Algunos han colocado las galletas en un espacio público —como el centro de transporte público Hongqiao, en Shanghai; una fuente sin agua, en Roma— mientras que otros las instalaron en su recámara.
VEA TAMBIÉN: Programas de vacunación son trastocados por la pandemia
Brianna Calello, encargada de registros en la Galería Andrea Rosen, en Nueva York, llena la canastilla de su bicicleta con las galletas todos los días.
Un chef de La Habana, Carlos Alonso Acosta, cuyo restaurante de comida cubano-asiática Jama ha sido cerrado, elaboró 500 galletas. Fernández escribió los papelitos de la suerte, usando citas de González-Torres, intelectuales cubanos y proverbios comunes.
Humberto Díaz, un artista de La Habana quien visitó la instalación en la azotea, dijo que el entorno le infundía un nuevo poder. “Tienes esta experiencia íntima de leer tu propia suerte con la ciudad extendiéndose ante ti”, señaló.
Para Fernández, la modestia de la instalación, lo extraño de montarla durante una pandemia e incluso el esfuerzo de buscar galletas, parecía idóneo.
“Es como una conversación íntima”, aseveró.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.