Reabrir los edificios conlleva riesgos a la salud
- Max Horberry
Los funcionarios de salud pública han emitido advertencias sobre la plomería, donde podría haber quedado agua estancada en las tuberías, grifos e inodoros. Lo que podría causar problemas de salud para los trabajadores que regresan a las oficinas.
![Edificios de oficinas “no están diseñados para quedarse solos durante meses”, dijo un experto. Una calle en NY. Foto / Chang W. Lee/The New York Times.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/06/10/ref_05_building1-0_0.jpg)
Edificios de oficinas “no están diseñados para quedarse solos durante meses”, dijo un experto. Una calle en NY. Foto / Chang W. Lee/The New York Times.
Cuando por fin regrese al trabajo tras el confinamiento, el coronavirus podría no ser la única enfermedad por la que tendría que preocuparse.
Los edificios de oficinas antes llenos de empleados se vaciaron alrededor del mundo al tiempo que se emitieron las órdenes de quedarse en casa. Estas estructuras, normalmente en uso constante, han estado cerradas y clausuradas, y los riesgos de salud podrían acumularse en formas desapercibidas.
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“Los edificios no están diseñados para quedarse solos durante meses”, dijo Andrew Whelton, profesor asociado de ingeniería en la Universidad Purdue, en Indiana.
Los funcionarios de salud pública han emitido advertencias sobre la plomería en estos edificios, donde podría haber quedado agua estancada en las tuberías o en grifos e inodoros. A medida que se levanten los confinamientos, bacterias que se acumulan al interior podrían causar problemas de salud para los trabajadores que regresan si el problema no es debidamente abordado por los administradores de los inmuebles. Los empleados y huéspedes de hoteles, gimnasios y otros tipos de edificios también podrían estar en riesgo.
La preocupación principal es la Legionella pneumophila. La bacteria puede causar legionelosis, un padecimiento respiratorio. Lleva a la muerte en aproximadamente uno de cada 10 casos, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Alrededor de 52 mil personas padecen la enfermedad cada año tan sólo en Estados Unidos.
Un solo brote pequeño puede enfermar a mucha gente.
De forma más preocupante, la legionelosis, o enfermedad del legionario, suele afectar a personas con sistemas inmunológicos debilitados.
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“Pacientes y sobrevivientes de COVID-19 podrían ser más vulnerables a esto, así que cuando vuelvan al trabajo podríamos preocuparnos por otra infección”, dijo Caitlin Proctor, investigadora de posdoctorado en Purdue quien, junto con Whelton, realizó un estudio sobre los riesgos por el estancamiento de agua durante la suspensión de labores por el coronavirus.
Una vez que se forma en la plomería de un edificio, la Legionella puede dispersarse por el aire cuando se descarga un inodoro. Incluso el abrir las llaves del agua cuando los empleados se lavan las manos para limitar la propagación del coronavirus puede hacer que gotitas de agua que transportan Legionella viajen en el aire.
Típicamente, los administradores de inmuebles reducen el riesgo de la Legionella y otras bacterias al verter pequeñas cantidades de desinfectante en los sistemas de agua de un edificio. Pero cuando el agua se queda estancada demasiado tiempo, el desinfectante desaparece.
El personal en las instalaciones puede dejar correr el agua vieja y llevar un nuevo suministro de agua limpia. O puede enviar una alta dosis de desinfectante a través del edificio y elevar las temperaturas para matar a los microbios.
“Realmente no hemos realizado estudios sobre estancamiento de meses”, dijo Proctor. “El sistema ecológico podría cambiar. Así que mientras nuestra atención está en estos organismos, tal vez surgen otros”.
Un problema para los administradores de algunos inmuebles podría ser una orientación inconsistente e incompleta por parte de los reguladores y las autoridades de salud. El estudio de Proctor y Whelton evaluó 21 conjuntos de directrices desarrolladas alrededor del mundo desde que inició la pandemia. “No todas las directrices se crean igual”, dijo Proctor.
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“Todas toman rumbos diferentes. No se hace con mala intención, pero no hay mucha evidencia para guiar nuestras decisiones”, dijo Michèle Prévost, una investigadora en Montreal que contribuyó al estudio.
Por desgracia, muchos de los funcionarios de salud pública que por lo general abordarían estos temas y presentarían información están enfocados actualmente en el coronavirus.
Incluso si sólo una pequeña porción de edificios tiene problemas, los investigadores temen que haya muchos brotes en vista de que tantos reabrirán al mismo tiempo.
“No todos los edificios tendrán problemas, pero en base a lo que sabemos, suficientes de ellos probablemente los tendrán”, dijo Proctor.
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