Reabren las estéticas caninas en Tailandia
- Hannah Beech
“Estamos muy ocupados porque muchas cosas les sucedieron a los perros durante estas seis semanas”, dijo Patcharapan Ngamukos, una de las propietarias del salón. “Bueno, digo, no muchas cosas. Pero les creció demasiado el pelo”.
![Perros de pedigrí son populares en Tailandia. Los pomeranias Magnum y Mónica, y Honey, una schnauzer, reciben cortes en Modern Dog Grooming and School, en Bangkok. Foto / Amanda Mustard para The New York Times.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/05/22/ref_04_groom_1-1_0.jpg)
Perros de pedigrí son populares en Tailandia. Los pomeranias Magnum y Mónica, y Honey, una schnauzer, reciben cortes en Modern Dog Grooming and School, en Bangkok. Foto / Amanda Mustard para The New York Times.
BANGKOK — Cuando el confinamiento por el coronavirus se relajó un poco después de seis semanas, la primera cita que hizo mi familia fue en la estética canina. Caper, nuestro schnauzer miniatura de 9 meses, necesitaba un corte de pelo.
Tailandia continúa en estado de emergencia hasta por lo menos fines de mayo. Pero debido a la baja cantidad de casos confirmados de infecciones del virus del país —alrededor de 3 mil casos y 56 muertes al 9 mayo— se ha permitido que ciertos negocios sean reabiertos bajo estrictos limites de higiene y distancia social. Incluyen a la mayoría de los restaurantes, cafés y vendedores de comida callejera; mercados; secciones para comer dentro de supermercados y tiendas de abarrotes; parques públicos y complejos deportivos al aire libre; salones de belleza y peluquerías —y salones de estética canina.
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Sí, es correcto, las estéticas caninas son suficientemente importantes en Tailandia como para ameritar su propia categoría. Bangkok está loco por los perros de pedigrí. Por toda la ciudad, uno verá labradores y weimaraners, pomeranios y pugs. Hay demasiados yorkshire terrier. Algunos lucen esmalte de uñas, y muchos usan ropa.
Un corte de pelo para un cachorro podría parecer frívolo, pero es temporada de calor en Tailandia, cuando las temperaturas rondan los 38 grados centígrados. El pelaje natural del schnauzer, grueso y lanudo, es más apto para la Selva Negra de su Alemania natal que para una metrópolis tropical.
Caper tenía calor. Cuando me enteré de que tal vez se relajaría la cuarentena, mi esposo aseguró una cita para las 16:00 horas del 10 de mayo, el día en que se permitió que ciertos negocios reanudaran operaciones.
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No se puede llegar sin reservación; las instalaciones tienen que ser limpiadas cada par de horas; y los trabajadores tienen que usar equipo de protección personal.
A las 15:50 horas, mi esposo agarró su cubrebocas y a un perro muy peludo. Se subió al asiento trasero de un mototaxi, donde la barba de Caper volaba en la brisa. Cuando llegaron a Tender Loving Care Pet Wellness Center, había una fila de perros de raza chow chow que esperaban tratamientos. A mi esposo le tomaron la temperatura.
La estética tiene una alberca, para que las razas invernales que son populares aquí alivien el calor. Un chapoteo en la alberca, con chaleco salvavidas y entrenador, seguido por un baño y secado, cuesta 10 dólares para una raza miniatura y 25 para una más grande. Una sesión de aseo con champú hipoalergénico, cepillado, secado, corte y corte de uñas cuesta poco más de 20 dólares para un perro del tamaño de Caper.
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Sin embargo, desde la reapertura la estética ha estado reservada al tope.
“Estamos muy ocupados porque muchas cosas les sucedieron a los perros durante estas seis semanas”, dijo Patcharapan Ngamukos, una de las propietarias del salón. “Bueno, digo, no muchas cosas. Pero les creció demasiado el pelo”.
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