Pasa de las calles del Congo a campeón de la NBA
Ibaka, de 30 años, admite que finalmente se está permitiendo disfrutar un poco su vida. “Soy lo suficientemente maduro para entender que puedo encontrar tiempo para hacer otras cosas sin perturbar mi enfoque al basquetbol”, afirmó.
- Alex Wong
- - Publicado: 01/2/2020 - 12:00 pm
TORONTO — Cuando Serge Ibaka hizo su viaje anual de verano a su hogar en la República del Congo, su itinerario fue similar a visitas anteriores. Pasó tiempo con familiares y amigos. Realizó clínicas de basquetbol para jóvenes, como parte de su Fundación Serge Ibaka. Pero esta vez, Ibaka, jugador de los Raptors de Toronto, también regresaba como campeón de la NBA, llevando con él el trofeo. Y aunque el viaje incluyó una visita con el presidente, lo más destacado de su viaje sucedió en un restaurante.
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La madre de Ibaka murió cuando él tenía 8 años. Siete años después, durante un período de conflictos congoleños, su padre fue encarcelado. Se encontró viviendo en las calles de Brazzaville, la capital, y visitaba el restaurante con la esperanza de obtener sobras. Ahora de regreso por primera vez desde que terminó huyendo del país, pagó su propia comida. Su llegada había atraído a una multitud. Se sentó con el trofeo y un plato de plátanos machos y pollo, y le dijo al dueño que compraría comida para todos.
“Mi historia. Mi pasado. No quiero olvidar eso”, dijo Ibaka. “Quiero pensar en ello y recordarlo para poder estar agradecido de todo”.
Cuando Kawhi Leonard se paró en la línea de tiro libre en los últimos segundos del sexto juego de las finales de la NBA en junio, Ibaka estaba en la duela, con las manos en la cabeza con incredulidad. Los Raptors estaban a punto de asegurar su primer campeonato de la NBA. En ese momento, dijo Ibaka, se permitió visualizar su viaje. “Este chico del Congo”, dijo. “Solía estar allí afuera barriendo las calles, pidiendo dinero, pidiendo comida. Solía jugar baloncesto sin zapatos. Ahora es un campeón mundial”.
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En su onceava temporada en la liga, Ibaka ha visto evolucionar su rol. Cuando se unió a la NBA, fue considerado como un jugador único en su tipo con capacidad para muchas posiciones. Sus habilidades le valieron tres selecciones consecutivas al Mejor Quinteto Defensivo de la NBA, del 2012 al 2014, y lideró la liga en bloqueos en dos de esas temporadas.
Durante la temporada pasada de Toronto, Ibaka salió de la banca en los 24 juegos de playoff, tras haber cedido su lugar en la alineación inicial después de que los Raptors adquirieron a Marc Gasol. Aun así, Ibaka brindó momentos clave todo el tiempo. En las finales contra Golden State, anotó dobles dígitos en los últimos tres partidos de la serie.
Fuera de la duela, Ibaka también ha evolucionado. Jordi Vila, ahora su representante, conoció a Ibaka cuando llegó a España cuando era un joven de 17 años y aún necesitaba crecer. Vila recuerda su obsesivo impulso por llegar a la NBA. Su rutina de ejercicios significaba que rara vez se tomaba un tiempo libre, ni siquiera después de que terminaba la temporada.
Ibaka, de 30 años, admite que finalmente se está permitiendo disfrutar un poco su vida. “Soy lo suficientemente maduro para entender que puedo encontrar tiempo para hacer otras cosas sin perturbar mi enfoque al basquetbol”, afirmó.
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En Toronto, donde Ibaka ha militado durante tres años, ha comenzado a revelar más de su personalidad. Graba videos de karaoke con compañeros de equipo. Recientemente lanzó una serie web de moda digital, dándole a su coequipero Fred VanVleet un cambio de imagen en el capítulo de debut. En su programa de cocina, “How Hungry Are You?” (¿Cuánta hambre tienes?), se le puede ver bromeando con compañeros de equipo y celebridades.
Ibaka era uno de los amigos más cercanos de Leonard en el equipo. Cuando Leonard firmó con los Clippers de Los Ángeles el verano pasado, comprendió su decisión de irse a casa.
Ibaka será agente libre al final de la temporada. Quiere jugar durante al menos cinco años más. Ganar un campeonato ha validado todo el trabajo duro.
“No hay nada más que pueda pedir”, expresó Ibaka. “Todo marcha sobre ruedas en mi vida. Pero ahora que sé cómo se siente ser campeón, quiero más”.
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