Para los coros, la vacuna encierra una promesa de seguridad
- Alex Marshall
Cantar es un riesgo para la transmisión del virus debido a que gotitas de saliva pueden rociarse desde la boca de alguien, dijo William Ristenpart, ingeniero químico en la Universidad de California, en Davis.

Varios brotes del virus han sido ligados al canto coral. Un coro de niños en Trondheim, Noruega, mantiene su distancia. Foto / Nidarosdomens Guttekor.
En cuestión de solo unos meses, el canto grupal ha pasado de ser algo edificante a convertirse en fuente potencial de enfermedad, incluso de muerte. Brotes de coronavirus han sido vinculados a ensayos de coros y servicios religiosos en iglesias en Gran Bretaña, Alemania, Holanda, EE.UU. y Corea del Sur.
Algunos países han prohibido el canto grupal, y los científicos estudian los riesgos.
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“No está libre de peligro para la gente simplemente regresar al coro y retomar las prácticas”, dijo Lucinda Halstead, presidenta electa de la Asociación Médica de las Artes Escénicas.
Cantar es un riesgo para la transmisión del virus debido a que gotitas de saliva pueden rociarse desde la boca de alguien, dijo William Ristenpart, ingeniero químico en la Universidad de California, en Davis. Esas gotitas pueden estar hechas de la mucosa que recubre los pulmones y la laringe y podrían contener partículas del virus.
Mas un problema potencialmente mayor proviene de partículas que no se pueden ver, llamadas aerosoles, añadió. Son tan ligeras que viajan “a donde sea que las lleven las corrientes de aire”, dijo.
En mayo, miembros del Coro de la Radio de Baviera en Múnich participaron en experimentos liderados por la Universidad Ludwig Maximilian en la que coristas inhalaban vapor de un cigarro electrónico y luego cantaban, para que los investigadores pudieran ver la columna de aerosoles que emergía y observar cómo se comportaba.
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Matthias Echternach, investigador líder del proyecto, dijo que su grupo también había estudiado los efectos de usar una careta de plástico. Un coro de niños en Austria había comenzado a ensayar con ellas, pero en los experimentos de su equipo los aerosoles chocaban contra la careta y entonces se esparcían a su alrededor y por la habitación. “No tienen sentido”, dijo. “Desafortunadamente”.
Los funcionarios de salud en Holanda, donde más de 100 miembros de un coro enfermaron tras un concierto en Ámsterdam, han aconsejado contra todo el canto grupal. En Alemania, las reglas varían: en algunas regiones, los coros pueden ensayar con 3 metros de distancia entre los cantantes; en otros, está prohibido cantar en grupo. (Cuando una iglesia cerca de Frankfurt ignoró las reglas el 10 de mayo, llevó a un racimo de infecciones).
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En mayo, durante un webinar, Halstead dijo que hasta que haya una vacuna o prueba rápida, nadie debería regresar a los ensayos corales tal como los habían conocido antes de la pandemia. Pero también dio algunos ejemplos de enfoques creativos para ensayar y actuar a salvo: un cuarteto vocal en Charleston, Carolina del Sur, donde vive, había practicado en exteriores con distanciamiento social y otro coro en Carolina del Sur cantaba en misas transmitidas vía streaming al dispersarse en una iglesia vacía.
“Esto es sólo temporal”, dijo. “Dios entiende que no pueden cantar en este momento”.
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