Los subsidios agrícolas benefician a pocos
- Selam Gebrekidan, Matt Apuzzo y Benjamin Novak
La Academia Búlgara de Ciencias ha encontrado que el 75 % del principal tipo de subsidio agrícola europeo en el país termina en manos de unas 100 entidades.
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Istvan Teichel, un granjero, dijo que la gente que se queja de los subsidios se expone a intimidaciones. Su granja. Foto/ Akos Stiller para The New York Times.
CSAKVAR, Hungría — Bajo el comunismo, los agricultores trabajaban los campos que se extienden kilómetros alrededor de este pueblo al oeste de Budapest, cosechando trigo y maíz para un Gobierno que les había robado su tierra.
Hoy, sus hijos trabajan para nuevos señores feudales, un grupo de oligarcas y mecenas políticos que se han anexado la tierra mediante tratos opacos con el Gobierno húngaro. Le han dado un giro moderno a un sistema feudal, dando empleo y ayuda a los obedientes, y castigando a los rebeldes.
Estos magnates de las tierras son financiados y envalentonados por la Unión Europea. Cada año, el bloque desembolsa 65 mil millones de dólares en subsidios agrícolas a fin de apoyar a agricultores alrededor del continente y mantener vivas a las comunidades rurales. Pero por todo Hungría y gran parte de Europa Central y Oriental, la mayor parte va a parar a unas cuantas personas poderosas y con buenos contactos.
Una investigación de The New York Times, realizada en nueve países durante gran parte del 2019, descubrió un sistema de subsidios que es deliberadamente opaco.
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La maquinaria de Europa en Bruselas permite esta corrupción porque confrontarla significaría cambiar un programa que ayuda a mantener junta a una Unión frágil.
Es por esto que, con la iniciativa de ley agrícola lista para ser renovada este año, los legisladores se movilizan para otorgar a líderes nacionales más autoridad sobre cómo gastan el dinero, por encima de las objeciones de los auditores internos.
El programa es la partida más grande en el presupuesto central de la Unión Europea, representando el 40 por ciento de los gastos. Es uno de los programas de subsidios más grandes del mundo.
Sin embargo, algunos legisladores en Bruselas que escriben y votan sobre política agrícola admiten que a menudo no tienen idea de a dónde va a parar el dinero.
Uno de esos lugares es aquí en el Condado de Fejer, hogar de Viktor Orban, el Primer Ministro populista de Hungría. La investigación de The Times encontró que él usa los subsidios europeos como un sistema de patrocinio que enriquece a sus amistades y familiares, protege sus intereses políticos y castiga a sus rivales.
“Es un sistema absolutamente corrupto”, dijo Jozsef Angyan, que alguna vez fungió como subsecretario de Desarrollo Rural para Orban.
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En la República Checa, el beneficiario más destacado de subsidios es Andrej Babis, el multimillonario agricultor que además es el Primer Ministro. El análisis del Times halló que sus compañías en la República Checa recabaron al menos 42 millones de dólares en subsidios agrícolas el año pasado.
En Bulgaria, los subsidios se han vuelto bienestar social para la élite agrícola. La Academia Búlgara de Ciencias ha encontrado que el 75 por ciento del principal tipo de subsidio agrícola europeo en el país termina en manos de unas 100 entidades. Esta primavera, las autoridades realizaron redadas en todo el país que dejaron al descubierto vínculos corruptos entre funcionarios gubernamentales y empresarios agrícolas.
En Eslovaquia, el fiscal superior ha reconocido la existencia de una “mafia agrícola”. Pequeños agricultores han reportado haber sido golpeados y extorsionados por tierra que es valiosa por los subsidios que recibe. Un periodista, Jan Kuciak, fue asesinado el año pasado mientras investigaba a mafiosos italianos que habían infiltrado a la industria agrícola, y lucraban con subsidios y forjaban relaciones con políticos poderosos.
Los granjeros húngaros que critican al Gobierno o al sistema de apoyos dicen que les han negado subsidios o han enfrentado auditorías sorpresa e inspecciones ambientales inusuales.
“No es como cuando un auto viene por ti en la noche y te lleva”, dijo Istvan Teichel, que trabaja una pequeña parcela en el condado natal de Orban. “Esto es más profundo”.
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En el 2005, granjeros húngaros cerraron las calles de Budapest en una manifestación masiva. Como nuevos ciudadanos europeos, querían los subsidios a los que eran elegibles bajo la Política Agrícola Común, pero los pagos no habían llegado. En el marco del programa, a los agricultores se les paga principalmente con base en cuántas hectáreas cosechan. Quien controle más tierra recibe más dinero.
Orban, que no fue reelecto en el 2002, vio el poder político y económico potencial de los subsidios. Cuando volvió a contender para Primer Ministro en el 2010, se puso en contacto con Angyan, quien había negociado a nombre de los granjeros manifestantes y era ahora miembro del Parlamento.
Orban dijo que quería implementar las ideas de Angyan y ofreció nombrarlo subsecretario de Desarrollo Rural.
La propuesta de Angyan pedía al Gobierno dividir sus enormes parcelas y arrendarlas a pequeños y medianos agricultores. Pero, en lugar de eso, Orban quería rentar terrenos completos a una camarilla de aliados suyos, acción que Angyan predijo que haría que el campo estuviera en deuda con el partido de Orban, Fidesz, y sus aliados.
También sabía que los subsidios europeos seguirían a la tierra, agrandando la brecha entre ricos y pobres, y haciendo más fácil que aquellos en la cumbre ejercieran el poder.
“No tuve absolutamente ninguna oportunidad de realizar lo que yo quería hacer”, señaló Angyan.
El cambio repentino de Orban en cuanto a política dejó desilusionado a Angyan, y con la sensación de haber sido traicionado. Renunció al Gobierno en el 2012, pero permaneció en el Parlamento.
Mientras tanto, Orban vendió decenas de miles de hectáreas de tierras estatales de cultivo a aliados con conexiones políticas.
Rajmund Fekete, vocero de Orban, dijo que los procedimientos de subsidios húngaros “cumplen plenamente” las regulaciones europeas, pero declinó responder preguntas específicas sobre Angyan, o sobre las ventas de tierras que beneficiaron a parientes y aliados de Orban.
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Un informe de mayo del 2015, comisionado por el Parlamento Europeo, investigó la apropiación de tierras y citó “dudosos tratos de tierras” en Hungría. Los investigadores apuntaron al programa de subsidios agrícolas como un factor principal, diciendo que animaba a las compañías a adquirir más y más tierras.
En una respuesta escrita, los funcionarios agrícolas europeos denunciaron los hallazgos como no confiables, y declararon que correspondía a los líderes de los países establecer y hacer cumplir las políticas nacionales de uso de tierras.
Mientras Orban empezaba a subastar tierra, Angyan inició su propio proyecto. Desde el Parlamento, estudió las ventas de tierras. Entrevistó a agricultores que habían sido abandonados por el Gobierno y trazó un mapa de las conexiones políticas entre los compradores, hallazgos sustentados por el análisis del Times.
Ferenc Gal, que cría vacas, unos cuantos cerdos y cultiva alfalfa en su granja familiar, dijo que hizo solicitud para rentar unas 130 hectáreas porque los subsidios europeos habrían hecho que fuera rentable antes de que incluso sembrara algo. Se suponía que los granjeros locales tenían preferencia, pero la tierra fue otorgada a inversionistas ricos de fuera del pueblo.
Dijo que cuando se quejó, inspectores del Gobierno se presentaron en su granja y los funcionarios locales le dijeron que no se molestara en hacer solicitud para futuras subvenciones rurales.
Las represalias no se hicieron esperar para Angyan. Meses después de que renunció al Gabinete, las autoridades se retractaron de rentar la granja orgánica que él había ayudado a operar durante 20 años. También cerraron el Departamento Ambiental que él fundó en la Universidad Szent Istvan.
Desde entonces, Angyan se ha retirado de la vida pública. Cuando Teichel, el granjero, lo vio en fecha reciente, lucía derrotado. “Ha renunciado a la pelea”, afirmó Teichel.
Angyan le preguntó cómo estaba. “Yo no importo”, dijo Teichel. “Soy sólo un soldado. ¿Cómo está usted? Usted es el general”.
“¿Cómo voy continuar cuando no hay nadie detrás de mí?”, contestó Angyan.
Agustin Armendariz, Hana de Goeij, Milan Schreuer, Akos Stiller y Boryana Dzhambazova contribuyeron con reportes.
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