La realeza tecnológica es intocable
- Kara Swisher
Ninguna ley sustancial rige la tecnología. De manera más importante, muchos líderes de estas compañías poderosas son, en efecto, “indespedibles”: para ser echados fuera, esencialmente tienen que despedirse a sí mismos.
![El presidente Emmanuel Macron, de Francia, horrorizó a muchos líderes europeos con comentarios desdeñosos sobre la OTAN y EE. UU., pero muchos coinciden con él en que Europa necesita más independencia en política exterior. Macron con el presidente Donald J. Trump en Londres. Foto/ Al Drago.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2019/12/13/realeza_0.jpg)
El presidente Emmanuel Macron, de Francia, horrorizó a muchos líderes europeos con comentarios desdeñosos sobre la OTAN y EE. UU., pero muchos coinciden con él en que Europa necesita más independencia en política exterior. Macron con el presidente Donald J. Trump en Londres. Foto/ Al Drago.
“Los presidentes no son reyes”, escribió la jueza Ketanji Brown Jackson, del Tribunal Federal de Distrito para el Distrito de Columbia, el 25 de noviembre, en un fallo de 120 páginas en la continua pelea entre el presidente Donald J. Trump y los representantes demócratas respecto a si altos funcionarios y exfuncionarios de la Casa Blanca deben atender citatorios congresionales en la investigación de juicio político.
“No tienen súbditos, obligados por lealtad o sangre, cuyo destino tienen el derecho de controlar”, escribió Jackson.
Para tener ese tipo de poder, Trump tendría que convertir al Gobierno estadounidense en una compañía tecnológica importante. A él le encantaría eso, ya que sería justo igual que la Organización Trump, salvo que, de hecho, sería rentable.
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En tecnología, los directores ejecutivos-fundadores a menudo son emperadores de todo, con dominio total sobre los accionistas, empleados, consejos directivos y sus usuarios en todo el mundo.
Y, a diferencia de reinos de campos de golf con rentabilidad cuestionable, las compañías tecnológicas tienen todo el poder real hoy en día: como monarcas de datos, soberanos de la comunicación y amos de la información.
Ninguna ley sustancial rige la tecnología. De manera más importante, muchos líderes de estas compañías poderosas son, en efecto, “indespedibles”: para ser echados fuera, esencialmente tienen que despedirse a sí mismos.
Bienvenidos al mundo de las acciones perpetuas de clase dual, un viejo truco financiero que ha sido usado —y del que ahora se ha abusado— por los colosos tecnológicos con gran entusiasmo.
La firma de traslados privados Lyft las tiene. Dropbox las tiene. Snap las tiene. La matriz de Google, Alphabet, las tiene. El cofundador y director general de WeWork tenía tanto control de la compañía que los inversionistas se vieron forzados a pagarle una fortuna para que se marchara previo a una oferta pública inicial (desechada más tarde). Y quizás más importante que todo, Facebook las tiene.
En una estructura de acciones de clase dual, una compañía emite títulos a algunos accionistas que les dan más derechos de voto, y a veces otras facultades. De manera más sencilla, el público general obtiene acciones con menos poder de voto, y a veces con cero poder.
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Con las acciones perpetuas de clase dual, los fundadores y sus familias, y quizás otros ejecutivos clave, reciben acciones con poder de voto que les da control sobre una compañía eternamente.
Desde hace mucho tiempo han existido diversas versiones de las acciones de clase dual. Los fundadores de la Ford Motor Company las usaron para proteger su visión a largo plazo.
Sin embargo, la industria tecnológica ha llevado el uso de la organización de acciones de clase dual a nuevos niveles. Más del 50 por ciento de las compañías tecnológicas las utiliza, y a menudo justo desde sus inicios como startups.
Los fundadores siempre han sido los hijos predilectos de Silicon Valley, a pesar de sus berrinches ocasionales. Protegerlos ha sido de interés primordial, aún si la mayoría de los inversionistas de capital de riesgo declaran extraoficialmente que odian cederles el control total.
Sin embargo, aceptar la estructura de clase dual a menudo es el precio por formar parte del siguiente producto sensación.
Es fácil ver la sabiduría en este arreglo. Las ideas necesitan tiempo para germinar y madurar al inicio de una empresa innovadora. Y las decisiones impopulares de directores generales, tomadas pensando a largo plazo, podrían tener que ser protegidas de la interferencia de accionistas activistas, que podrían estar demasiado enfocados en el desempeño a corto plazo.
Algunos expertos han estado haciendo llamados por imponer legislación nueva para mejorar el sistema. Una manera de hacerlo es la derogación obligatoria de las acciones de clase dual: tras un periodo de tiempo, las acciones se convierten automáticamente en clase única.
Pero, ¿cómo ser flexibles respecto al periodo de tiempo —ya que algunas compañías maduran más rápido que otras?
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“La interrogante es, ¿cuánto tiempo debe transcurrir antes de que el CEO deba rendir cuentas?”, expresó Robert Jackson, un comisionado de Valores de Estados Unidos. Jackson cree que deberíamos empezar por decir “no eternamente”.
“Estamos creando una especie de realeza que controla nuestro diálogo nacional”, comentó. “No sólo no puedes despedir a Mark Zuckerberg, no puedes despedir a sus hijos ni a los hijos de sus hijos”.
El Grupo de Custodia de Inversionistas y el Consejo de Inversionistas Institucionales de EE. UU., con miles de millones de dólares en activos, han estado llamando a limitar las acciones de clase dual tras siete años. El consejo y otros inversionistas importantes presentaron una petición para hacer justo eso hace un año ante la Bolsa de Nueva York y Nasdaq.
“La petición tiene más de un año”, dijo Jackson. “¿Qué crees que ha pasado hasta la fecha? Nada”.
En otras palabras, larga vida a los reyes.
Kara Swisher es editora general del sitio web de noticias tecnológicas Recode.
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