La monarquía británica, entre escándalo e indecisión por nuevo gobernante
- Mark Landler
La crisis ha estallado en un momento en que los líderes políticos británicos, paralizados por el Brexit, no están en posición de ayudar. Simon Jenkins, columnista y autor, comparó las penurias del príncipe Andrés con un escándalo involucrando a una celebridad de Hollywood.

La entrevista en TV del príncipe Andrés contribuye a una lucha de poder entre la realeza. El príncipe Carlos y la reina Isabel. Foto/ Victoria Jones.
LONDRES — La monarquía británica está en un momento decisivo.
La reina Isabel II, de 93 años, está pasando a la historia al tiempo que su hijo y heredero de 71 años, el príncipe Carlos, toma acciones para afirmar su control.
La feroz reacción negativa a la entrevista televisiva del príncipe Andrés sobre su amistad con el financiero deshonrada y pedófilo condenado Jeffrey Epstein ha puesto bajo escrutinio el manejo de la reina de la familia real. También ha dramatizado cómo el príncipe Carlos está asumiendo efectivamente el papel de monarca en espera.
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El príncipe Carlos ha presionado durante mucho tiempo por una familia real más simplificada, con menos miembros que desempeñen funciones oficiales y obtengan fondos del erario público. Pero la debacle del príncipe Andrés es, hasta ahora, la señal más visible de que el cambio ha comenzado a ocurrir.
Valentine Low, que cubre la familia real para el periódico The Times de Londres, dijo que, bajo el mandato de la reina, “hay muchas entidades diferentes en la familia, y operan en silos”.
Después de la reacción negativa a la entrevista de la BBC, en la que el príncipe Andrés no mostró empatía por las víctimas de Epstein y ofreció defensas cuestionables de su propia conducta, el príncipe Andrés emitió una declaración diciendo que le había pedido a su madre que le permitiera “abandonar los deberes públicos durante un futuro previsible, y ella ha otorgado su permiso”.
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El episodio puso al desnudo una paradoja: mientras que el palacio de Buckingham se ha preparado para la muerte de la reina y la ascensión del príncipe Carlos, su manejo del asunto del príncipe Andrés muestra que la familia real está menos preparada para manejar los problemas que siguen surgiendo.
Por más desagradable que sea la historia del príncipe Andrés con Epstein, los observadores reales dijeron que no representaba una amenaza grave.
“Se han movido velozmente para resolverlo en la manera cruel y despiadada en que lo han hecho”, dijo Low.
La crisis ha estallado en un momento en que los líderes políticos británicos, paralizados por el Brexit, no están en posición de ayudar. Simon Jenkins, columnista y autor, comparó las penurias del príncipe Andrés con un escándalo involucrando a una celebridad de Hollywood. Dijo que era “totalmente insignificante” en un país que pronto acudirá a las urnas en unas elecciones que tendrán profundas consecuencias para su lugar en el mundo.
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De lo que el palacio de Buckingham necesita preocuparse más, dijeron los observadores reales, es del príncipe Enrique y su esposa, Meghan, Duquesa de Sussex. Los reportes de tensión entre él y su hermano, el príncipe Guillermo, y de la lucha de Meghan para adaptarse a su nueva vida, son más dañinos porque estos jóvenes simbolizan el futuro de la casa de Windsor, no su complicado pasado.
“Que ellos se desvinculen de la familia sí tiene implicaciones para el futuro de la monarquía”, dijo Penny Junor, una biógrafa real.
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