Intentan acabar con la tradición de cazar aves ilegalmente
- Helen Sullivan
La caza es omnipresente en Líbano, que tiene el lugar número 11 en el índice de propiedad de armas pequeñas en el mundo. Nueve de los scouts habían afirmado tener una pistola. Dos, ambos de 12 años, dijeron que se les permitía cazar, y 10 más dijeron que desearían que se les permitiera.
HAMMANA, Líbano — Un sábado de noviembre, un grupo de niños de los Scouts de Líbano se reunió en un bosque de pinos para recoger tantos casquillos de escopeta como fuera posible en cinco minutos.
La tarea había sido asignada por dos voluntarios de la Sociedad para la Protección de la Naturaleza en Líbano (SPNL), una organización de conservación enfocada en proteger a las aves.
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La caza es omnipresente en Líbano, que tiene el lugar número 11 en el índice de propiedad de armas pequeñas en el mundo. Nueve de los scouts habían afirmado tener una pistola. Dos, ambos de 12 años, dijeron que se les permitía cazar, y 10 más dijeron que desearían que se les permitiera.
Entre las preocupaciones principales de la SPNL está proteger a los 2.5 mil millones de aves migratorias que pasan por el país dos veces al año. Durante esas travesías, 2.6 millones de aves migratorias reciben disparos o son atrapadas ilegalmente, de acuerdo con BirdLife International. Mientras otros países examinan por qué algunas de sus aves protegidas no regresan tras la migración, Líbano ha quedado en evidencia.
La topografía de Líbano está dominada por dos largas cordilleras. Diversas rutas migratorias de aves atraviesan el país; cuando estas rutas se encuentran entre montañas, se estrechan, lo que forma cuellos de botella. Los cuellos de botella hacen que las aves pasen por posiciones elevadas desde las cuales los cazadores pueden realizar tiros fácilmente.
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En el 2017, Axel Hirschfeld, del Comité Contra la Masacre de Aves (CABS, por sus siglas en inglés), viajó a Líbano para llevar a cabo un sondeo. “Lo que vimos en el 2017 fue lo peor que he visto en 18 años de trabajo para CABS”, señaló. Había cientos de aves muertas en el suelo y se podían ver las plumas de águilas caer cual nieve al tiempo que las aves recibían disparos desde el cielo.
Hace dos décadas, Assad Serhal, fundador de SPNL, analizaba mapas de Líbano de un siglo de antigüedad cuando notó que había áreas etiquetadas como “hima”, y nombres de poblados que incluían la palabra. En árabe, hima puede significar refugio, área protegida, pastura privada o patria. Serhal descubrió que el concepto se remonta a hace más de mil años, con una mención en el Corán. Mahoma había designado ciertas áreas como hima, lo que significaba que estaban sujetas a reglas para pastar, cazar o incluso comerciar. En los mapas de Serhal, hima significaba zonas comunitarias.
Serhal pensó que se podría aceptar hima como concepto tradicional; incluiría a las comunidades y municipios. Hima no se trataría únicamente de proteger a la naturaleza, dijo Serhal; sería “naturaleza más gente”.
La primera hima fue establecida en el sur de Líbano en el 2004. Actualmente hay 25; han recibido estatus legal del Gobierno y cubren más terreno que los parques nacionales de Líbano. Cinco de las himas designadas también son lo que BirdLife llama “Áreas Importantes para Aves”, de las cuales hay 15 en el país.
Mark Day, de la Real Sociedad para la Protección de Aves de Gran Bretaña, dijo que el sistema de hima funciona porque es flexible. Líbano tiene un Gobierno sectario; trabajar a través de áreas cristianas, musulmanas y drusas puede ser difícil, pero el concepto de hima permite que cada comunidad o pueblo adopte su propio enfoque.
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Serhal espera que los niños a los que SPNL les enseña sobre la observación de aves, la conservación y la caza responsable —recoger tus casquillos de escopeta, cazar sólo durante la temporada debida— influyan en sus padres.
De regreso al bosque de pinos, dos voluntarios con SPNL les dieron a los equipos Águila, León, Zorro y Pegaso una lección sobre los peligros ambientales de los casquillos que quedaban tirados: además del plástico, que tardaría años en degradarse, el plomo podría filtrarse al agua subterránea. Una vez que los scouts habían terminado su misión de recolección, los casquillos fueron contados.
El total, recogido en 5 minutos, era de 102.
El equipo Águila, con 42 casquillos, ganó.
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