Instituciones financieras ya no invertirán en crudo sucio
- Christopher Flavelle
A nivel mundial, las empresas están viendo una creciente presión de accionistas y activistas para sacar dinero de industrias que emiten una gran cantidad de gases invernadero.
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Instituciones financieras globales han desinvertido de la industria petrolera de Alberta, pero la producción crece. Foto / Ian Willms para The New York Times.
Algunas de las instituciones financieras más grandes del mundo han dejado de poner su dinero en la producción de crudo en la provincia canadiense de Alberta, hogar de una de las reservas petroleras más extensas y más sucias.
En diciembre, el coloso de los seguros The Hartford anunció que dejaría de asegurar o invertir en la producción petrolera en la provincia, apenas semanas después de que el banco central de Suecia indicó que dejaría de tener bonos de Alberta.
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Y el 12 de febrero, BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, señaló que uno de sus fondos dejaría de invertir en compañías que obtienen ingresos de las arenas bituminosas.
Ellos se cuentan entre los más recientes inversionistas institucionales en alejarse de las inversiones en combustibles fósiles en medio de una creciente presión para mostrar que están haciendo algo para combatir el cambio climático.
Ahora, un esfuerzo importante por expandir las arenas bituminosas de Canadá se ha venido abajo, frustrado por preocupaciones de inversionistas sobre el futuro del petróleo.
Habría incrementado la producción petrolera canadiense más o menos un 5 por ciento. El choque deja entrever el potencial de que la industria financiera influya en las políticas climáticas.
Alberta se ha resistido a la desinversión. En abril, los electores eligieron a un líder provincial que prometió castigar a las compañías que dejaran de financiar las arenas bituminosas. Luego, en diciembre, Alberta abrió lo que llamó una sala de guerra para atacar a cualquiera que fuera percibido como criticando a la industria.
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“Hemos sido blanco de una campaña de intereses especiales financiada por extranjeros”, afirmó Jason Kenney, el primer ministro de Alberta, tras ganar el cargo el año pasado. Describió la presión como originada por “datos distorsionados proporcionados por grupos de presión ecologistas de izquierda”.
A nivel mundial, las instituciones financieras están viendo una creciente presión de accionistas y activistas para sacar dinero de industrias que emiten una gran cantidad de gases invernadero.
El petróleo ha hecho de Alberta una de las regiones más ricas en América del Norte. Debido a que el crudo está atrapado en formaciones geológicas que hacen que su extracción requiera un consumo particularmente alto de energía (y por lo tanto, dañina para el medio ambiente), ha sido un blanco fácil para inversionistas ansiosos por hacer un postulado.
En diciembre, la compañía calificadora Moody’s bajó el rating crediticio de Alberta a su menor nivel en 20 años, citando la dependencia de la provincia en las arenas bituminosas y los costos ambientales de extraer el petróleo.
La extracción de arenas bituminosas resulta en alrededor de 70 por ciento más gases invernadero por unidad de energía que la media global, de acuerdo con investigación publicada en la revista Science.
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La campaña de desinversión aún no ha restringido la producción. Más crudo fue extraído de las arenas bituminosas el año pasado que durante cualquier año previo que se tenga registrado, de acuerdo con datos proporcionados por la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo.
Michael Sabia, director general de Caisse de Dépôt et Placement du Quebec, uno de los planes de pensión más grandes del país, dijo que seguía invirtiendo en compañías de arenas bituminosas, mientras las presionaba a reducir sus emisiones.
Jeanna Smialek contribuyó con reportes a este artículo.
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