Industria automotriz se ve amenazada por las nuevas tecnologías
Las ventas globales de autos sufren un declive al tiempo que compañías destinan miles de millones de dólares a tecnologías nuevas como autos de manejo autónomo y eléctricos, que son más fáciles de ensamblar y requieren menos trabajadores y partes.
- Jack Ewing
- - Publicado: 30/1/2020 - 06:00 am
ÖHRINGEN, Alemania — Öhringen se halla en lo profundo de la región automotriz, hogar de la industria más grande de Alemania.
La tasa de desempleo es de apenas el 2.3 por ciento. El Gobierno municipal está usando las abundantes aportaciones fiscales para construir una nueva secundaria y un hospital.
Pero hay indicios de que el repunte económico que ha nutrido este idilio comienza a tambalearse.
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Una fábrica que produce filtros de aire está en proceso de cerrar, lo que dejará a 240 personas sin trabajo. La planta, propiedad de Mahle, un fabricante de partes automotrices con sede en la cercana Stuttgart, es víctima de fuerzas que están transformando a la industria automotriz y amenazan los cimientos de la economía alemana.
Las ventas globales de autos sufren un declive al tiempo que compañías destinan miles de millones de dólares a tecnologías nuevas como autos de manejo autónomo y eléctricos, que son más fáciles de ensamblar y requieren menos trabajadores y partes.
Los fabricantes automotrices, entre ellos Daimler y la división Audi de Volkswagen, así como proveedores como Continental y Bosch, recientemente anunciaron decenas de miles de recortes laborales. La producción automotriz alemana estará en su nivel más bajo en 22 años en el 2019 y el 2020, de acuerdo con cálculos de Ferdinand Dudenhöffer, profesor en la Universidad de Duisburg-Essen.
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Hay una persistente sensación de que algo más fundamental sucede en la poderosa industria automotriz de Alemania, que emplea a 835 mil personas, aparte de sólo otro ciclo económico más. La creciente popularidad de los vehículos eléctricos podría obligar a un cambio en el equilibrio de poder en el sector automotriz global que tendría consecuencias a largo plazo.
Bernhard Mattes, presidente de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz, citó estudios que calculan que un cambio hacia los autos eléctricos costaría 70 mil empleos en Alemania para el 2030.
El efecto de esos recortes podría sentirse de forma más aguda en comunidades como Öhringen.
Un poco más adelante de Öhringen se encuentra Ziehl-Abegg, un fabricante de abanicos industriales que tiene más de 4 mil empleados en todo el mundo.
Ziehl-Abegg está entre las compañías que intentan ajustarse al cambio en la tecnología automotriz al usar su pericia en motores eléctricos. La compañía vende una unidad de propulsión para autobuses que empotra la propulsión eléctrica al interior de la rueda. Ziehl-Abegg dice que el así llamado módulo de dirección de eje ahorra energía porque no hay necesidad de tener una caja de velocidades, lo cual reduce la fricción.
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El módulo de dirección de eje Ziehl-Abegg es usado por compañías que fabrican autobuses turísticos, shuttles para aeropuertos y otros vehículos especializados. Pero Ralf Arnold, director administrativo de la división automotriz de la compañía, dijo que había sido difícil ganarse a fabricantes de autobuses importantes como Daimler o MAN, una unidad de Volkswagen.
El módulo de dirección de eje también ilustra el peligro que plantea la tecnología eléctrica a la industria automotriz almena. Más de un siglo de pericia en motores de combustión interna y transmisiones podría volverse irrelevante. Las compañías alemanas de automóviles por lo general construyen sus propios motores, pero casi todas las celdas de baterías de Europa, que representan una porción grande del costo de un auto eléctrico, se importan de Asia.
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