Guerras comerciales golpean al whiskey escocés
- Amie Tsang
“Es un golpe”, afirmó Wills, propietario de la Destilería Kilchoman, en la zona rural del oeste de Escocia. “No importa cómo intentes mitigar el problema, aún es un golpe enorme”.
![La Destilería Kilchoman exporta 80 % de su whiskey y vende 40 mil botellas al año a Estados Unidos. Foto/ Suzie Howell para The New York Times.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2019/11/08/vino1.jpg)
La Destilería Kilchoman exporta 80 % de su whiskey y vende 40 mil botellas al año a Estados Unidos. Foto/ Suzie Howell para The New York Times.
ISLAY, Escocia — El divorcio de Gran Bretaña de la Unión Europea ha convertido las jornadas laborales del destilador Anthony Wills en una proeza logística.
Durante meses, se comunicó con importadores para asegurar que su whiskey puro de malta, destilado de cebada cosechada en su granja en la isla de Islay, pudiera ser embarcado al Continente y a EU a tiempo para las fiestas decembrinas.
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Luego, con el Brexit ya poniendo tensas las relaciones de Gran Bretaña con socios comerciales, la Administración del presidente Donald J. Trump impuso aranceles del 25 por ciento a una gama de productos como vino francés, queso italiano y, por desgracia para Wills, el whiskey puro de malta.
“Es un golpe”, afirmó Wills, propietario de la Destilería Kilchoman, en la zona rural del oeste de Escocia. “No importa cómo intentes mitigar el problema, aún es un golpe enorme”.
El whiskey apuntala la economía de Islay y de gran parte de Escocia. Las exportaciones anuales del whiskey escocés valen unos 5.9 mil millones de dólares y representan el 70 por ciento de las exportaciones de alimentos y bebidas de Escocia y el 21 por ciento de las de Gran Bretaña.
Al tiempo que ha crecido el entusiasmo por el whiskey puro de malta, se ha disparado el turismo del whiskey. Kilchoman y ocho destilerías rivales de whiskey escocés han prosperado en Islay en la última década. Turistas de EU, Europa y Japón llegan para maravillarse de la belleza de la costa de Islay y para disfrutar de los costosos licores locales.
Unos 2 millones de visitantes arribaron este año, el doble que hace una década, reportó la Asociación del Whiskey Escocés.
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El whiskey puro de malta de Wills se ha vuelto una exportación popular, pero le preocupa el costo de absorber los aranceles del 25 por ciento. Exporta el 80 por ciento de todo lo que produce y vende unas 40 mil botellas al año en EU. Las ventas en ese país han ayudado a impulsar el crecimiento durante los últimos nueve años.
El Brexit ha sido una especie de dolor autoinfligido en Reino Unido, comentó. Los aranceles simplemente eran una carga más.
Karen Betts, directora ejecutiva de la Asociación del Whiskey Escocés, dijo que era probable que los aranceles, que sólo se aplican a los whiskeys puros de malta, golpeen más duro a los productores más pequeños.
Los destiladores como Wills no pueden atraer a sus clientes estadounidenses a whiskeys alternativos mezclados porque no los producen, y el whiskey puro de una sola malta ha sido publicitado como distintivo y enfocado en su origen.
Liam Hughes, director general de una destilería pequeña en Glasgow, dijo que su compañía acababa de cerrar un trato para vender whiskey a EU cuando fueron anunciados los aranceles el 2 de octubre.
Su destilería gastó más de 100 mil euros y se preparó durante 18 meses para empezar a exportar a EU. La compañía instaló dos alambiques nuevos para duplicar la producción a 1.2 millones de botellas al año. Contrató a seis personas más.
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Comparó a la economía en Escocia con un pequeño bote en un mar picado “siendo zarandeado a diestra y siniestra.
“Obviamente nos pone mucho muy nerviosos vernos atrapados en una disputa comercial que no tiene nada que ver con nosotros”, expresó Hughes.
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