Grupos indígenas temen hambruna por la pandemia
Conscientes de que casos de coronavirus pudieran significar un desastre en lugares alejados de hospitales. Muchas comunidades nativas no están preparadas para meses de parálisis económica.
- Julie Turkewitz
- - Publicado: 24/4/2020 - 12:00 pm
BOGOTÁ, Colombia — Cada mañana, antes de clases, 40 niños del grupo indígena más numeroso de Colombia, los wayú, se reúnen en una escuela en el vasto desierto a lo largo de la costa colombiana para desayunar.
Para muchos, esa arepa mañanera es la única comida del día.
Pero desde hace varias semanas, cuando Colombia entró en cuarentena y las escuelas cerraron, Josefa García, administradora de la escuela, no recibe ningún alimento de parte del Ministerio de Educación del país.
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Los estudiantes, algunos de los cuales han visto a hermanos morir de desnutrición en esta región a menudo descuidada, empiezan a preocuparse.
“Nuestro temor es que si no nos morimos del virus, moriremos de hambre”, dijo García, de 68 años.
La propagación global del nuevo coronavirus ha puesto a los indígenas en alerta máxima, conscientes de que casos pudieran significar un desastre en lugares alejados de hospitales. Pero muchas comunidades nativas no están preparadas para meses de parálisis económica.
“Lo poco que nos quedaba de comida se acabó”, dijo Adolfo Jusayú, de 55 años y padre de cuatro niños. Con sus ingresos de taxista interrumpidos por la cuarentena nacional, todo lo que pudo darles a sus hijos un día reciente fue una arepa y una bebida de maíz llamada chicha a cada uno.
En todo el continente americano, las enfermedades traídas por forasteros devastaron a muchas naciones indígenas. En décadas recientes, males como el sarampión y la gripe porcina han causado estragos en algunas comunidades.
Más de una docena de grupos indígenas ya ha reportado casos de COVID-19, incluyendo a los yukpa en el norte de Colombia, las Seis Naciones del Territorio del Gran Río en el sureste de Canadá y los navajo en el suroeste de Estados Unidos.
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En Brasil, Joenia Wapichana, la única diputada indígena del país, advirtió recientemente que el coronavirus puede representar “un genocidio más” para las comunidades nativas.
En otros lugares, incluyendo en Ecuador y Brasil, los líderes indígenas han pedido, sin éxito, a las grandes compañías petroleras o mineras que detengan las labores en sus regiones, temerosos de la contaminación que puede llegar con los trabajadores externos.
Pocos lugares han sentido los efectos del virus con tanta fuerza como el Estado costeño de La Guajira, en el norte de Colombia, donde los wayú suman aproximadamente la mitad de los 800 mil residentes. Hasta ahora, sólo hay un caso del virus en La Guajira. Pero la cuarentena ha paralizado la economía del turismo y del comercio.
Para los wayú, la crisis viene después de años de difíciles temporadas secas que han exacerbado un problema de desnutrición de mucho tiempo. También llega cuando miles de wayú han huido de la vecina Venezuela.
El presidente Iván Duque ha dicho que el Gobierno enviaría 40 dólares a algunas familias pobres. El Ministerio de Educación también ha prometido enviar alimentos a millones de hogares. Pero la logística es compleja en una nación de 50 millones de habitantes que está dividida por cordilleras y conectada por largas carreteras en el desierto.
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“Estoy seguro de que los wayú sobrevivirán”, dijo Weildler Guerra Curvelo, exgobernador wayú de La Guajira. Pero, preguntó, “¿cuál será, en vidas humanas, el costo de sobrevivir para este pueblo que ha resistido tanto?”.
Dan Bilefsky, María Iguarán y Ernesto Londoño contribuyeron con reportes.
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