Grupo rebelde iraní se oculta en Albania
- Patrick Kingsley
En entrevistas con 10 personas que se han salido, cada uno describió haber sufrido un lavado de cerebro para llevar una vida de celibato. Dijeron que el contacto con la familia estaba sumamente restringido, y se desalentaba tener amistades.

El M.E.K. afirma albergar a 2 mil 500 miembros, pero no se vieron más de 200 en un tour reciente. Foto / Tara Todras-Whitehill para The New York Times.
MANEZ, Albania — En el campo albanés, un grupo de disidentes iraníes célibes ha construido enormes cuarteles estrictamente vigilados en los que pocas personas ajenas han entrado.
El grupo, los Mujahedeen Khalq, o Jihadistas del Pueblo, es descrito ya sea como el potencial gobierno de reemplazo de Irán o como un engañoso culto terrorista.
Entre los aliados del grupo figuran Rudolph W. Giuliani, abogado personal del presidente Donald J. Trump, y John R. Bolton, su ex asesor de seguridad nacional. Ambos han recibido decenas de miles de dólares por hablar en las conferencias del grupo, donde describen a los Jihadistas del Pueblo como la oposición más legítima de Irán.
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En una visita reciente, se prohibió el acceso a la mayoría de los residentes, pero los funcionarios sí permitieron entrevistas privadas con varios miembros.
Entre ellos estaba Somayeh Mohammadi, de 39 años, cuya familia ha argumentado que ella está retenida contra su voluntad. “Es mi decisión”, dijo Mohammadi. “Si quiero irme, puedo hacerlo”.
Los altos funcionarios titubearon cuando se les preguntó por el paradero del líder nominal del grupo, Massoud Rajavi, que desapareció en el 2003.
Fundado en 1965 para oponerse al Shah de Irán, el grupo rechazó más tarde la teocracia que lo reemplazó. Tras la revolución, el grupo atrajo significativo apoyo público y emergió como una fuente principal de oposición, de acuerdo con el profesor Ervand Abrahamian, historiador del grupo. Dijo que su popularidad se desplomó después de volverse más violento a principios de los 80.
Para los 80, la ideología del grupo había empezado a centrarse en Rajavi y su esposa, Maryam. A los miembros se les decía que se divorciaran de sus cónyuges y renunciaran al romance.
En ese entonces, el grupo estaba basado en Irak, bajo la protección de Saddam Hussein.
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Tras la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, el grupo, también conocido como M.E.K., entregó sus armas. Fue colocado bajo protección de Estados Unidos. Pero en el 2009, las tropas estadounidenses cedieron la responsabilidad del grupo al Gobierno iraquí. Encabezadas por políticos empáticos con Irán, las autoridades iraquíes permitieron que milicias aliadas a Irán atacaran al M.E.K.
Los diplomáticos de EE. UU. y la ONU empezaron a buscar un lugar más seguro para albergar al grupo.
En el 2013, fueron acogidos por Albania. El M.E.K. construyó un campamento a 24 kilómetros al oeste de Tirana, la capital.
El grupo afirma que alberga a 2 mil 500 miembros. Pero en dos días, no más de 200 estuvieron visibles. Los demás parecían haber sido aislados, o haber dejado el grupo.
En entrevistas con 10 que se han salido, cada uno describió haber sufrido un lavado de cerebro para llevar una vida de celibato. Dijeron que el contacto con la familia estaba sumamente restringido, y se desalentaba tener amistades.
“Poco a poco, te quiebras”, dijo Abdulrahman Mohammadian, de 60 años, que se unió al grupo en 1988 y lo abandonó en el 2016. “Te olvidas de ti y cambias tu personalidad. Sólo obedeces reglas”.
El grupo negó firmemente las acusaciones.
En un museo del M.E.K., algunas salas han sido convertidas en réplicas de cámaras de torturas, para explicar cómo los carceleros iraníes castigaban e interrogaban a simpatizantes durante los 80.
Buscando influencia, el grupo ha recurrido cada vez más a la internet. El grupo no mostró las salas de computadoras, que los desertores dijeron era donde los miembros usan Facebook y Twitter para criticar al Gobierno iraní, ensalzar al liderazgo del M.E.K. y promover a sus cabilderos pagados.
El grupo proporcionó contacto con tres exoficiales militares estadounidenses que habían ayudado a vigilar un campamento del M.E.K. Cada uno habló de manera entusiasta del M.E.K., y dijo que sus miembros habían tenido la libertad de marcharse.
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Sin embargo, otros registros y testigos brindaron una versión más compleja.
El Capitán Matthew Woodside, exreservista naval que supervisó la política estadounidense en el campamento iraquí en 2004 y 2005, dijo que las tropas de EE. UU. no tenían acceso habitual a los edificios del campamento o a miembros del grupo cuyos familiares dijeron que estaban retenidos por la fuerza.
Huir se volvió tan difícil para algunos miembros, en particular las mujeres, que dos de ellos terminaron tratando de escapar en un camión repartidor, recordó.
“Esa organización me parece totalmente repugnante”, dijo Woodside. “Me asombra que estén en Albania”.
Besar Likmeta contribuyó con reportes a este artículo.
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