Familias olvidan el coronavirus mientras amasan
Las redes sociales se han inundado con fotografías de “hogazas de aislamiento” y “galletas de cuarentena”. Ahora, los ingredientes necesarios para hornear, como la harina y la levadura, escasean.
- Alexandra Marvar
- - Actualizado: 30/4/2020 - 04:12 pm
Ahora que las familias están confinadas a sus hogares, una cosa es cierta: la gente está horneando.
Las redes sociales se han inundado con fotografías de “hogazas de aislamiento” y “galletas de cuarentena”. Los ingredientes necesarios para hornear, como la harina y la levadura, escasean en Estados Unidos y las máquinas para hacer pan que estaban disponibles hasta mediados de marzo ahora están agotadas en toda la internet. Pero para quienes pueden conseguir los ingredientes, hornear proporciona una combinación de distracción, confort y —en el caso particular de las recetas de pan, que pueden tomar días en hacerse— algo para esperar con anticipación.
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Eso es especialmente cierto con la masa madre, que no requiere levadura, pero sí requiere paciencia durante varios días de fermentación para hacer un fermento base, y horas para la autolisis y el reposo de la masa y dejar que duplique su tamaño. Es la hogaza preferida de Craig Spencer, panadero ávido y médico de una sala de emergencias neoyorquina, que dijo haber visto venir la pandemia a tiempo para abastecerse de harina.
Los largos turnos de Spencer en el Hospital Presbiteriano de Nueva York son inimaginablemente difíciles. Cuando está en casa con su familia, Spencer, de 38 años, asigna tiempo para hornear.
“En lo que pienso cuando estoy haciendo mi pan es solo mi pan”, dijo. “No estoy pensando en el coronavirus ni nada más”.
Jeremy Konyndyk, de 42 años, experto en preparación para pandemias en el Centro de Desarrollo Global, empezó a hornear hace cinco años cuando era funcionario de asistencia para desastres bajo la Administración Obama y ayudaba a dirigir la respuesta estadounidense al ébola. Sigue investigando la respuesta y las políticas para las enfermedades.
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Cuando sus pensamientos se descontrolan, Konyndyk recalibra su enfoque horneando.
“La naturaleza de mi trabajo era: estás tratando de hacer que algunas cosas muy, muy malas sean un poco menos malas, constantemente tratando de evitar el mal y el daño. Lo que empecé a valorar de hornear fue que era simplemente muy diferente a eso”, afirmó. “Tiene todo que ver con crear, y tienes un producto tangible al final”.
Las recetas no necesitan ser complicadas para ofrecer un respiro del caos. Desiree Stennett, de 31 años, reportera de negocios en Memphis, Tennessee, dijo que decidió pasar parte de un fin de semana reciente preparando una hogaza sin necesidad de amasar tras una semana extenuante de hacer reportes en el campo. “Escogí esta receta porque los videos en YouTube prometieron que no saldría mal, y no tengo la capacidad mental para fracasar en la elaboración de pan en este momento”, señaló.
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La rutina actual de Spencer es dejar reposar sus hogazas durante la noche, hornearlas en la mañana, y cuando están en el horno, atender a peticiones de los medios que han llegado desde que Barack Obama retuiteó (y elogió) el relato de Spencer de un día en la sala de emergencias. Luego disfruta el pan maravilloso con su familia antes de volver al hospital para el siguiente turno.
“Tenemos una hija de 16 meses de edad, mi esposa tiene un trabajo más que de tiempo completo, yo tengo tres empleos incluyendo el trabajo clínico —como todos los demás, simplemente tratamos de averiguar cómo hacer esto, planear la eficiencia y el tiempo para hacer el mayor trabajo posible”, dijo. “Realmente no lo hemos averiguado aún, pero al menos tenemos pan”.
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