El coronavirus sigue siendo un enigma sin resolver
La pregunta de por qué el virus ha azotado a algunos lugares, pero no ha afectado tanto a otros. Ha generado muchas teorías y especulaciones, pero ninguna respuesta definitiva.
- Hannah Beech, Alissa J. Rubin, Anatoly Kurmanaev y Ruth Maclean
- - Publicado: 19/5/2020 - 06:00 am
El coronavirus ha matado a tantas personas en Irán que el país ha recurrido a los entierros en masa; pero en Irak, su país vecino, la cifra de muertos es alrededor de 100.
República Dominicana ha reportado unos 8 mil 400 casos. En Haití, al otro lado de la frontera, se han registrado alrededor de 85. Se cree que en Indonesia han muerto miles de personas por el coronavirus. En la cercana Malasia, una cuarentena estricta, el número de casos fatales se ha mantenido en aproximadamente 100.
El coronavirus ha tocado a casi todos los países del planeta, pero su impacto parece ser caprichoso. Las metrópolis globales como Nueva York, París y Londres han sido devastadas, mientras que, hasta ahora, ciudades atestadas como Bangkok, Bagdad, Nueva Delhi y Lagos se han salvado en buena medida.
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La pregunta de por qué el virus ha azotado a algunos lugares, pero no ha afectado tanto a otros es un enigma que ha generado muchas teorías y especulaciones, pero ninguna respuesta definitiva.
Cientos de estudios están explorando las razones detrás del impacto desigual. Médicos en Arabia Saudita y Brasil están estudiando si diferencias genéticas pueden ayudar a explicar las variaciones en los casos de COVID-19.
Bendita juventud
Muchos países en vías de desarrollo con clima cálido y poblaciones jóvenes se han librado de lo peor, lo que sugiere que la temperatura y la demografía podrían ser factores.
Pero países tropicales como Perú, Indonesia y Brasil, que están sumidos en una epidemia cada vez mayor, desmienten esa idea.
El estricto distanciamiento social y las medidas tempranas de confinamiento han sido eficaces, pero Myanmar y Camboya no impusieron ni una ni la otra y han reportado pocos casos.
Una teoría es que tal vez lo peor del virus simplemente no ha llegado aún a esos países. Parecía que Rusia y Turquía estaban bien hasta que, de pronto, ya no fue así.
Los médicos en todo el mundo dicen que carecen de datos suficientes para pintar una imagen epidemiológica completa. La administración de pruebas es lamentable en muchos lugares, lo que lleva a una gran subestimación del progreso del virus, y es casi seguro que se cuentan menos muertes de las que en realidad ocurren.
Aún así, los patrones generales son claros. Entrevistas con expertos en enfermedades infecciosas, funcionarios de salud, epidemiólogos y académicos de todo el mundo sugieren cuatro factores principales que podrían ayudar a explicar dónde prospera el virus y dónde no: demografía, cultura, medio ambiente y velocidad de respuesta del Gobierno.
Estos son los factores que los expertos encuentran más convincentes.
Muchos países que se han librado de la epidemia masiva tienen poblaciones relativamente jóvenes.
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Es más probable que los jóvenes contraigan la enfermedad de una manera leve o asintomática que sea menos transmisible a los demás, señaló Robert Bollinger, profesor de Enfermedades Infecciosas en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
África —con más de 49 mil casos reportados, una diminuta fracción de sus 1.3 mil millones de habitantes— es el continente más joven del mundo, con más del 60 por ciento de su población menor de 25 años. En Tailandia y Nayaf, Irak, los funcionarios locales de salud descubrieron que el grupo de entre 20 y 29 años tenía la tasa más alta de infección, pero que casi siempre sus síntomas eran leves.
En contraste, el promedio de edad a nivel nacional en Italia, uno de los países más afectados, es superior a los 45 años.
Pero Japón, con la población promedio más vieja del mundo, ha registrado sólo unas 530 muertes. Y la región de Guayas en Ecuador, epicentro de un brote que puede haber cobrado hasta 7 mil vidas, es una de las más jóvenes del país, con sólo el 11 por ciento de sus residentes mayores de 60 años.
Distancia cultural
En Tailandia e India, donde el número de contagios es relativamente reducido, la gente se saluda guardando una distancia.
Sin embargo, en muchos lugares del Medio Oriente, como Irak y los países del Golfo Pérsico, los hombres a menudo se abrazan o se estrechan la mano y la mayoría no se está enfermando.
Lo que podría llamarse “distanciamiento nacional” también ha resultado ventajoso. Los expertos en salud en África citan los viajes limitados desde el extranjero como la posible razón principal de la tasa de infección relativamente baja del continente.
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Países menos accesibles por razones políticas, como Venezuela, o por un conflicto, como Siria y Libia, también se han visto relativamente protegidos.
Luz y calor
La geografía del brote —que se propagó con rapidez durante el invierno en los países de zonas templadas como Italia y Estados Unidos y casi no se vio en países más cálidos como Chad o Guyana— parecía indicar que el virus no se adaptaba bien al calor. Pero parece que el virus causante del COVID-19 es tan contagioso que atenúa cualquier efecto benéfico del calor y la humedad, señaló Raul Rabadan, biólogo computacional de la Universidad de Columbia, en NY.
Los rayos ultravioleta de la luz directa del sol inhiben este coronavirus, arroja un estudio realizado en la Universidad de Connecticut. Así que podía ser menos probable que sigan contaminadas las superficies en los lugares soleados, pero la transmisión por lo general ocurre mediante el contacto con una persona infectada, no por tocar una superficie.
Cierres oportunos y estrictos
Los países que impusieron confinamientos tempranos, como Vietnam y Grecia, han podido evitar una propagación descontrolada.
Contra toda lógica, parecen haberse salvado algunos países donde las autoridades reaccionaron tarde. Líbano, cuyos ciudadanos musulmanes y cristianos a menudo peregrinan respectivamente a Irán e Italia, debería haber tenido un gran número de infecciones. No ha sido así.
“Simplemente no vimos lo que anticipábamos”, dice Roy Nasnas, consultor de enfermedades infecciosas en el Hospital Universitario Geitaoui, en Beirut. “No sabemos por qué”.
Cosa de suerte
La mayoría de los expertos coincide en que quizás no exista una razón en particular por la que algunos países hayan sido afectados y otros no. Es probable que la respuesta sea una combinación de los factores descritos, así como uno mencionado por los expertos: la suerte.
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Algunos países que deberían haber sido inundados no lo están. Tailandia reportó el primer caso confirmado de coronavirus fuera de China a mediados de enero, de un viajero de Wuhan, la ciudad china donde se cree que comenzó la pandemia.
En esas semanas críticas, Tailandia continuó recibiendo a visitantes chinos. Por alguna razón, esos turistas no desataron una transmisión exponencial.
En Indonesia, “tenemos un ministro de Salud que cree que con oración se aleja al coronavirus, y se realizan muy pocas pruebas”, señaló Pandu Riono, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de Indonesia. “Pero tenemos suerte de que hay tantas islas en nuestro país que limitan los viajes y quizás el contagio.
“No estamos haciendo ninguna otra cosa bien”, añadió.
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