De filántropo pasa a ser prisionero político
- Carlotta Gall
Lo que más ha abrumado a Kavala y sus amigos en los 29 meses desde que fue encarcelado es la interrogante de por qué recibió un trato particularmente severo. La respuesta podría ser simplemente, porque Kavala representa a una élite laica.

Afuera del juzgado donde Osman Kavala fue absuelto de intentar derrocar al Gobierno, pero arrestado de nuevo. Foto / Ibrahim Mase/DHA, vía Associated Press.
ESTAMBUL — Durante un día tempestuoso en los tribunales en febrero, el empresario y filántropo turco Osman Kavala fue absuelto inesperadamente de tratar de derrocar al Gobierno y luego arrestado nuevamente antes de que pudiera salir libre.
Lo describió como el mejor día de su vida.
Olvídese de que los dos años que pasó en confinamiento solitario habían sido extendidos indefinidamente —esta vez bajo cargos tendenciosos de apoyar un golpe de Estado en el 2016.
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Estaba contento porque al menos en un caso, se les había dado a él y a otras 15 personas la oportunidad de mostrar que los cargos originales eran infundados.
Kavala se ha convertido en el prisionero político más prominente en Turquía, y como él mismo reconoció con tristeza luego de ser arrestado de nuevo, su caso es un ejemplo de primera del estado de injusticia en Turquía bajo el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Su caso es solo uno entre medio millón de juicios en proceso en medio de una ofensiva desde un intento de golpe de Estado en el 2016.
Mejor conocido por sus buenas obras, Kavala ha sido diversamente acusado de espionaje, de tener nexos con grupos terroristas y de tratar de derrocar al Gobierno. Incluso abogados veteranos, bien acostumbrados a décadas de juicios políticos en Turquía, han descrito los cargos en su contra como “ridículos”.
Kavala, de 63 años, fue criado y vive en Estambul. Proviene de una familia de comerciantes tabacaleros que se mudaron del pueblo de Kavala, en el norte de Grecia, a Estambul, en los 20 como parte del intercambio poblacional entre los dos países tras la caída del Imperio otomano.
Cursó estudios en la Universidad Técnica de Medio Oriente, en Ankara, y en la Universidad de Manchester, en Reino Unido. Luego cursó un doctorado en The New School, en Nueva York, pero interrumpió sus estudios al morir su padre en 1982.
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Cuando tenía 26 años, regresó a Estambul y tomó las riendas de las compañías del Kavala Group. En 1988, ese casó con Ayse Bugra, una socióloga.
Kavala cofundó la Iletisim Publishing Company, una casa editora que promueve ideas democráticas.
Desarrolló un interés por cuestiones ambientales y derechos cívicos. Desistió de un desarrollo hotelero en el sur de Turquía tras enterarse de que la playa era un importante sitio de anidamiento para tortugas marinas.
La problemática más inquietante en Turquía de fines de los 80 fue el conflicto entre el Ejército turco y los separatistas kurdos, que degeneró en un conflicto étnico contra la población kurda. Cuando llegó a su fin el conflicto armado una década después, Kavala inició la labor que es su legado perdurable.
“Empezamos a hablar sobre los poderes sanadores del arte y la cultura, y él comenzó a pensar en llevar cultura a distintas partes de Turquía”, dijo Bugra.
Esa idea creció hasta convertirse en la fundación de Anadolu Kultur, una organización que apoya el arte y la cultura, y lleva presentaciones a todo el país.
Tras un terremoto en 1999 que cobró 17 mil vidas, Kavala empezó a construir viviendas temporales.
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Lo que más ha abrumado a Kavala y sus amigos en los 29 meses desde que fue encarcelado es la interrogante de por qué recibió un trato particularmente severo.
La respuesta podría ser simplemente: por todo lo que representa. Kavala representa a una élite laica, que en la sociedad polarizada de Turquía, es lo opuesto al presidente y sus simpatizantes. Kavala ve su caso como impulsado por el deseo de Erdogan de permanecer en el poder.
En respuestas a preguntas que se le enviaron a la prisión a través de sus abogados, dijo que los jueces y fiscales actuaban en línea con el discurso político. “Las normas legales están siendo debilitadas y mucha gente está en prisión injustamente”, escribió.
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