Bancos experimentan crisis por la pandemia
Enfrentando una crisis como ninguna otra que se recuerde, los banqueros centrales han emprendido nuevos esfuerzos para mantener la fluidez del crédito y sentar las bases para una recuperación económica.
- Jeanna Smialek y Jack Ewing
- - Publicado: 24/6/2020 - 06:00 pm
Al tiempo que los bancos centrales del mundo se apresuran a rescatar a sus economías de la devastación del coronavirus, están cruzando rayas y están poniendo a prueba políticas que jamás habían intentado. Es probable que todavía no hayan terminado.
Enfrentando una crisis como ninguna otra que se recuerde, los banqueros centrales han emprendido nuevos esfuerzos para mantener la fluidez del crédito y sentar las bases para una recuperación económica. Debido a que iniciaron la crisis con munición limitada para avivar el crecimiento, la experimentación podría demostrar ser incluso más crítica en los próximos años al tiempo que el mundo emprenda lo que podría ser un largo y arduo camino de vuelta a la prosperidad.
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En Estados Unidos, la Reserva Federal compra deuda municipal y bonos corporativos y otorga préstamos a compañías medianas —adoptando esfuerzos nunca antes probados para mantener funcionando a los mercados crediticios. El Banco Central Europeo acepta bonos chatarra que cayeron recientemente de categoría como garantía a cambio de préstamos baratos, y el Banco de la Reserva de Australia compra bonos del Gobierno para mantener estable la tasa de la deuda a tres años en un cuarto de punto porcentual.
Esos intentos van más allá de lo que las autoridades hicieron incluso en los días más oscuros de la crisis financiera global del 2008.
La Reserva Federal de EE.UU. “cruzó muchas rayas que no se habían cruzado antes”, dijo hace poco Jerome H. Powell, su presidente. Pese al riesgo, añadió, “esta es una situación en la que uno hace eso y descifra las cosas después”.
Los creadores de políticas están llegando a nuevos extremos porque jamás se había visto un impacto económico como el que ha causado la pandemia.
Los banqueros centrales iniciaron la crisis con tasas de interés bajas, dejándoles menos espacio para incentivar el crecimiento.
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Estados Unidos, Alemania, Francia y otros países han inyectado millones de millones de dólares a sus economías a través de recortes fiscales, crédito barato y apoyos en efectivo. La política monetaria puede actuar como complementos durante una crisis para volver a encarrilar a las economías.
Mas el apetito por más acciones fiscales se erosiona. Y la siguiente etapa —la recuperación— podría plantear una nueva prueba para los bancos centrales del mundo, al obligarlos a volverse más creativos al tiempo que intentan evitar que las secuelas de la pandemia dejen cicatrices permanentes en el potencial de crecimiento y eludir caídas en precios que dañen a la economía.
Algunos analistas advierten que hay un riesgo de que bancos centrales y funcionarios de elección popular pasen de largo la meta en su prisa por apuntalar sus economías. De acuerdo con esa lógica, inundan al mundo con efectivo al mismo tiempo que restaurantes, aerolíneas y minoristas se ven en la quiebra. Eso creará un desequilibrio entre oferta y demanda que resultará en precios más altos, argumenta Oliver Harvey, un estratega en Deutsche Bank.
Pero la opinión predominante entre los economistas es que los banqueros centrales no tienen alternativa, y algunos hacen la pregunta opuesta: ¿serán los esfuerzos extraordinarios de los bancos centrales para avivar la demanda suficientes para restablecer con rapidez un bajo desempleo y fomentar una inflación estable?
“Bajo las circunstancias actuales, cuando el mundo se paralizó por completo en un mes, no es posible hacer demasiado”, dijo Carl Weinberg, economista principal en High Frequency Economics, una firma de investigación. “Si hay inflación, es un precio pequeño qué pagar. El gran problema social-político-económico es la pérdida de empleos y de ingresos”.
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Si las economías en todo el mundo simplemente sanan de forma débil, al persistir por debajo de su potencial sin caer en una crisis declarada, hay preguntas reales sobre lo que harán los bancos centrales para acelerar las cosas. La responsabilidad de brindar más apoyo podría recaer en la política fiscal.
“No hay mucho más que puedan facilitar”, dijo Joseph Gagnon, un investigador titular en el Instituto Peterson para la Economía Internacional. “Están viendo los límites”.
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