Artista manifiesta una perspicaz rebelión en su obra
Un piso de la exhibición está dedicado a obras de los 60 que exploran los sistemas físico y natural y el impacto humano en ellos.
- Blake Gopnik
- - Publicado: 28/11/2019 - 03:00 pm
Para ser un hombre conocido por su arte desafiantemente político, Hans Haacke es notablemente serio en persona: sandalias prácticas, jeans holgados y una camisa a cuadros, con una manera amable de contestar las preguntas.
A pesar de su enorme reputación en Europa, los curadores estadounidenses en su mayoría lo han evitado.
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“Antes de tomar una acción, una que no sea precisamente la norma, necesitan considerar (y no los culpo) si esto es bueno para su trayectoria personal”, dijo el artista de 83 años.
En 1971, Haacke estuvo a punto de ser homenajeado con una muestra de su obra en el Museo Guggenheim, pero la exhibición fue cancelada. Una vez que el director se enteró de que el arte incluiría investigación sobre tratos inmobiliarios cuestionables, dijo que no había forma en que su museo exhibiera tal “sacada de trapos al sol”. También despidió al curador de la muestra.
La obra artística conceptual de Haacke, “Shapolsky et al. Manhattan Real Estate Holdings, A Real Time Social System, as of May 1, 1971”, compuesta de fotografías, gráficas e historias financieras de edificios en Nueva York, sigue siendo una de sus piezas más conocidas.
“Presentar algo que trata del mundo social y político en el que vivimos, eso era extraño”, recordó Haacke. “Quizás fui ingenuo, pero no anticipaba que esto causaría problemas”.
Haacke reconoce que el furor en torno a la cancelación ayudó a establecerlo como una fuerza del mundo del arte, pero también le costó: “No fue fácil. Teníamos un hijo de 2 años. Yo tenía un cargo adjunto en la (universidad) Cooper Union. No podía vender mi obra —fue difícil”.
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Han pasado 33 años desde la última muestra estadounidense de la obra de Haacke, en el New Museum en Nueva York, que ahora ha llenado cuatro de sus pisos con sus obras para una exhibición que termina el 26 de enero.
“Sentimos que era importante hacer esta exhibición”, dijo Massimiliano Gioni, co-curador de la retrospectiva en el New Museum, quien espera que la muestra establezca a Haacke como “el artista que ha abierto las puertas a un mundo exterior”, haciendo arte por mucho más que el afán del arte.
Gioni dijo que fue uno de los ataques más polémicos de Haacke al establishment lo que puso primero al New Museum en el camino hacia su muestra. En el 2015, “Gift Horse” (Caballo de Regalo) del artista, un enorme esqueleto de bronce de un caballo pura sangre, inició su estancia de 18 meses en un pedestal en la Plaza Trafalgar, de Londres. Una de las patas delanteras del caballo estaba envuelta en un display LED que presentaba el reporte más reciente del mercado bursátil del Reino Unido. (En el New Museum, las cifras son de Wall Street).
Seth Cameron, quien tomó una clase impartida por Haacke en el 2002, al final de su trayectoria de 35 años en Cooper Union en Nueva York, recordó haber quedado impresionado por la determinación de su maestro para mantener los reflectores en su arte, al grado de negarse a que su rostro alguna vez apareciera impreso. Se sorprendió al descubrir que las ideas políticas de Haacke no estuvieran presentes en su plática y enseñanza real.
“Me siento incómodo de ser percibido como que ando corriendo por todos lados con un puño cerrado”, expresó Haacke.
Jason Farago, de The New York Times, escribió que la exhibición “no puede ocultar que Haacke a menudo ha sido un mejor activista que artista. Gran parte de su producción posterior es soso y polémico, cuando se compara con sus logros iniciales en la crítica institucional. Sin embargo, aún hay un valor en el arte temprano de revelación de Haacke”.
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Un piso de la exhibición está dedicado a obras de los 60 que exploran los sistemas físico y natural y el impacto humano en ellos. Una pieza de 1966, por ejemplo, nos permite ver una varilla de hielo crecer y encogerse dependiendo de la humedad liberada en la galería por los visitantes.
Haacke reveló por primera vez un compromiso por explorar los sistemas sociales en una charla que dio en 1968, mientras se encontraba conmocionado por el asesinato de Martin Luther King Jr. Frente a eso, dijo, los artistas sólo podían darse cuenta de “lo inadecuados que son sus esfuerzos para hacer más compasiva a la sociedad”. Y desde entonces, se ha enfrentado a la sociedad.
Pero su obra, dice, sigue siendo y siempre fue arte, no activismo.
“Por supuesto, no creo que los artistas realmente esgriman algún poder significativo”, declaró en una ocasión. “A lo sumo, uno puede enfocar la atención”.
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