Al estar confinados, hay tiempo de sobra para pelear
Estar encerrados genera un problema para las parejas, cuya solución requiere de imaginación, dijo Helen E. Fisher, una antropóloga biológica.
- Robb Todd
- - Publicado: 07/7/2020 - 06:00 pm
Nunca faltaron las discusiones en casa antes de que azotara la pandemia del coronavirus, pero ahora las parejas están peleando a muerte por cosas como permitir que su hijo use un baño público.
“Para mí, obviamente, no hay vuelta de hoja”, afirmó Lian Chikako Chang, a The New York Times. “Pero mi marido está menos interesado que yo en permitir que nuestro hijo haga del baño en una bolsa Ziploc”.
Chang ganó esa discusión y la bolsa fue desechada adecuadamente.
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Alexandra Sacks, una psiquiatra, dijo a The Times que el virus es una “prueba Rorschach sobre cuál es nuestro bagaje emocional”. Los sentimientos que su pareja tiene respecto al virus podrían no tratarse del virus. Alguien con un padre controlador podría rebelarse contra las normas de seguridad, mientras que alguien con un historial de trauma podría sentirse más ansioso.
“El COVID-19 puede destruir matrimonios”, escribió Stephen Marche, conductor de una serie en audio sobre matrimonio, en The Times.
Los divorcios en Wuhan, China, donde se originó el COVID-19, se han duplicado desde el brote. Marche explicó que parte del problema es que discutir —lo cual es inevitable incluso para parejas exitosas— no es un proceso intelectual.
Las parejas que pelean más durante el confinamiento podrían no estar poniendo al descubierto problemas profundos, sino que podrían estar sucumbiendo a “una convivencia continua e incesante y a lo intolerable de esa condición”.
El motivo por el que pelea la mayoría de las parejas tampoco importa mucho, aseguró Stan Tatkin, quien desarrolló un enfoque biopsicológico a la terapia en pareja. Cuando discuten las parejas, producen catecolaminas adicionales, que son hormonas y neurotransmisores excitatorios, comentó.
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“Tienes noradrenalina, que te hace estar muy concentrado y muy atento, pero también te puedes estar enfocando y poniendo atención en cosas que son específicamente amenazantes, y dejar de ver otras cosas”, explicó.
“Tenemos cerebros que están creados más para la guerra que para el amor”, dijo Tatkin. “Para poder sobrevivir, tenemos más centros de alerta en el cerebro que otra cosa. Es parte de la condición humana, y es parte del problema en todas las relaciones”.
Y eso es exacerbado porque las personas que nos parecen más amenazantes son las que más amamos —y las necesitamos ahora más que nunca, señaló Marche.
“El amor romántico y los sentimientos de vínculo profundo se desplazan sobre sendas poderosas en el cerebro”, escribió Helen E. Fisher, una antropóloga biológica, en The Times. “El amor es primordial, adaptable y eterno”.
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Fisher añadió que los humanos son una especie nómada creada para salir a buscar, así que, estar encerrados genera un problema para las parejas, cuya solución requiere de imaginación. Ella sugiere enfocarse en lo positivo, no mostrar desprecio, crear un lugar seguro y un itinerario, haciendo tiempo para jugar, tocar, planear unas vacaciones y para hacer algo novedoso, como poner música de vals para bailar —aún si no sabe cómo.
“Así que sean creativos”, escribió. “Cuando salgan de este tiempo difícil, podrían sorprenderse de lo mucho que se han unido, en lugar de distanciarse”.
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