¡Auxilio! ¡Auxilio, vecinos! ¡Me matan a mi hija!
Dos mujeres fueron asesinadas a mano de hombres que un día las escogieron para conformar por ley de Dios una familia y criar junto sus hijos.
- Jorge Luis Barría/Redacción Crítica
- - Actualizado: 09/5/2019 - 10:12 am
Veinticuatro horas trágicas vivió el país, luego de las muertes de dos mujeres, quienes fueron asesinadas a mano de hombres que un día las escogieron para conformar por ley de Dios una familia y criar junto sus hijos.
Los asesinatos ocurrieron el lunes en Coclé y el martes en Panamá Oeste. En el primer caso, la mujer murió a mano de su pareja y en el otro caso de su expareja. Ambas mujeres fueron asesinadas con arma blanca y en los dos casos los hijos observaron como sus padres mataban a sus madres, sin piedad.
Asesinato en Arraiján
Eran cerca de la 11:40 de la mañana, en la Barriada Bonanza en Nuevo Emperador, distrito Arraiján, una barriada en la que las personas por temor a que le roben, prefieren mantener las puertas cerradas y aquel pasado martes, no fue la excepción.
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A esa hora, Eduardo Méndez Coronado de 24 años, llegó a la casa 134 en la calle 10 sección “B”, donde vivía su expareja Evelyn Morales, junto al hermano, su hija, su madre, su padre y hermana, todos oriundos de Veracruz, y tenían solo seis meses de estar allí.
Méndez Coronado ingresó a la residencia donde solo se encontraban las cuatro mujeres (Evelyn, su madre, su hija y su hermana) y les dijo: “Necesito hablar con ustedes cuatro” pero ante la expresión de Eduardo, la hermana de Evelyn dijo: “Yo no tengo nada que hablar contigo” y se retiró a seguir lavando a un lateral de la residencia.
Minutos después, empezó el momento de terror dentro de la casa, los gritos se escucharon y fue allí donde el hombre supuestamente comenzó a apuñalar a su expareja, causándole heridas en diferentes partes de su cuerpo, incluso en el cuello y cabeza.
Al ver que su Evelyn estaba siendo brutalmente agredida, su madre se metió a defenderla, pero el hombre también la agredió y le propinó dos puñaladas, una en la nuca y en el brazo, todo frente a la mirada de la pequeña niña, de solo 4 años.
La hermana de Evelyn dio aviso a los hermanos y entró a buscar a la niña a quien sacó cargada, mientras que su madre corrió por el patio trasero hacia la otra calle y empezó a pedir ayuda: ¡Auxilio! ¡Auxilio, vecinos! ¡Me matan a mi hija!.
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Gritos que alertaron a los vecinos quienes se mantenían encerrados y al ver a la mujer toda ensangrentada parada en media calle, temían salir, pero ante los gritos de angustias se acercaron y le preguntaron lo ocurrido.
“Ella me decía que le amarrara algo en el brazo porque estaba botando mucha sangre y la carne la tenía toda levantada”, contó una vecina que la ayudó mientras ella se sostenía de una pilastra del garaje de su casa.
Posteriormente a ello, otros vecinos se fueron hasta la casa de los hechos y encontraron a Evelyn agonizado en un charco de su propia sangre y con las heridas visibles, por lo que dieron aviso a las autoridades. Cuando los moradores llegaron, Eduardo ya no estaba, había huido por un matorral cercano a la casa.
Mientras los vecinos observaban el cuerpo de Evelyn, en la otra calle, otra vecina subía a su automóvil a la mamá de la difunta y a la hermana, junto a la niña de 4 años, para llevarla a la Policlínica de Arraiján.
“Rápido y furioso se quedó corto al lado mio” dijo la mujer quien brindó el apoyo.
Menor vio el crimen
La hija de Evelyn y Eduardo le tocó presenciar como su padre, quien ya no vivía con ellos, al tener una boleta de alejamiento, presuntamente le arrebató la vida a su madre.
‘Mi mamá tenía un ojo abierto, otro cerrado y la boca abierta’, contó la niña a una vecina, quien al relatar lo ocurrido estaba afectada.
"Había mucha sangre en la casa’ reiteró la niña, mientras observó el cuerpo de su mamá tendido en el suelo al lado de su triciclo.
Un día después del crimen
La cinta amarilla que es colocada en las escenas de homicidios, fue retirada de la casa 134, mientras que a las afuera solo estaba el carro sedán de color verde, con un par de chancletas de niña debajo y dos perritos amarrados en la parte de atrás del garaje. Los animalitos solo levantaron la cabeza y sin mayor importancia se acostaron uno encima del otro.
La casa fue limpiada en horas de la noche del día del crimen por familiares y vecinos de Evelyn, quienes recogieron todo y lo colocaron en un tanque que después metieron en una bolsa blanca de basura para depositarla en basurero frente a la residencia. Adicional a ello se observó la cinta amarilla y otros trapos de limpieza que fueron utilizados para sacar la sangre.
Mientras que cerca a la lavandería estaba el triciclo rosado con un monito de peluche guindando, mismo que se observaba cerca al cuerpo de Evelyn al momento del crimen dentro de la casa.
En la parte lateral izquierda, en la lavandería estaban dos lavadoras, una de ellas conectada al toma corriente y la otra tenía un bulto de ropa, como si la estuviesen lavando, pero al final la dejaron ahí.
Episodios de violencia.
Vecinos contaron que a pesar que el hombre tenía una boleta de alojamiento, llegaba a armarle escándalos a Evelyn, pero que no había pasado a mayores, situación que empeoró la mañana del pasado martes.
La pareja tenía meses de estar separado por los constantes episodios de violencia que supuestamente sufría la víctima, por lo que Evelyn decidió ponerle una pensión y ponerle fin a esa tóxica relación.
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