El papel moneda de Venezuela no vale nada, así que sus ciudadanos buscan oro virtual
Todos ignoran la ley de la oferta y la demanda en Venezuela, pero no en línea.
Todos ignoran la ley de la oferta y la demanda en Venezuela, pero no en línea.
- Publicado: 06/12/2019 - 06:00 am
Corrupción, incompetencia y sanciones son problemas que han devastado la industria petrolera de Venezuela, la principal generadora de dinero del país. Sin embargo, la crisis económica venezolana ha impulsado el crecimiento de otra industria: el “cultivo” de oro virtual en los mundos artificiales creados por los videojuegos. Los venezolanos pasan muchísimas horas en los juegos de rol multijugador en línea (MMORPG, por su sigla en inglés), donde se dedican a extraer monedas de oro (la moneda de RuneScape) o de cristal (Tibia). Después venden estas monedas a través de sitios web intermediarios, por dinero real, a otros jugadores que quieren gastarlas para adquirir otros bienes virtuales como armas, armaduras y pociones mágicas.
Los venezolanos pueden ganar entre 500.000 y dos millones de piezas de oro cada hora que juegan en RuneScape si asesinan a varios dragones y producen runas en masa. Al tipo de cambio actual, un millón de monedas valen alrededor de cincuenta centavos. Un granjero de oro puede ganar cuarenta dólares al mes, una suma muy respetable si se considera que el salario mínimo mensual en el país es de 7,50 dólares. Algunos granjeros cambian las monedas por bitcoines, pues la criptomoneda, a pesar de ser más volátil que las monedas convencionales, es más estable que el bolívar venezolano (la minería de oro real, que en algunos casos es ilícita, es otra fuente de ingresos para los venezolanos desesperados).
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Las transacciones entre el mundo real y el virtual no son nuevas. Sus orígenes se remontan a las habitaciones llenas de humo en las que se jugaba en Corea del Sur a finales de la década de 1990. Según algunos cálculos, a mediados de la década de 2000 en China había alrededor de 50.000 “granjas de oro” que cultivaban oro virtual las 24 horas del día, todos los días del año. En conjunto, los granjeros ganaban cientos de millones de dólares libres de impuestos.
Los desarrolladores de videojuegos se resistieron. Los granjeros de oro en realidad no juegan, sino que compiten. Algunos se introducen sin autorización en las cuentas de otros para robarles su oro virtual. El cultivo excesivo de oro puede provocar inflación dentro del juego (aunque ni remotamente cercana al 200.000 por ciento que el Fondo Monetario Internacional proyecta para Venezuela este año). También hay proveedores de juegos gratuitos que venden oro virtual, por lo que no les agrada en absoluto tener competencia de granjeros de oro no autorizados.
Después de su época más exitosa en la década de 2000, el cultivo de oro fue en descenso. Los MMORPG perdieron popularidad. Los desarrolladores de juegos reforzaron sus equipos de cumplimiento normativo. La plataforma de eBay, donde los jugadores subastaban mercancía virtual, prohibió el cultivo de oro, medida que también aplicó Corea del Sur. No obstante, hace poco los MMORPG comenzaron a experimentar un retorno motivado por la nostalgia, y los granjeros de oro de Venezuela, afectados por la terrible crisis, se apresuraron a aprovechar ese resurgimiento.
Su asiduidad causa molestia a otros jugadores. Ha degradado el poder adquisitivo de las monedas de oro en Grand Exchange, el mercado de RuneScape donde los jugadores pueden comprar artículos virtuales como carbón, troncos de maple, cimitarras y pieles de dragón verde (que pueden transformarse en armaduras). Cuando Venezuela sufrió apagones en todo el país este año, se desplomaron las ventas de esta mercancía. Como los granjeros no tenían electricidad, no podían producir oro, así que la falta de monedas virtuales impulsó al alza los precios del equipo imaginario.
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Hace dos años, un usuario de Reddit que se hacía llamar Cerael publicó una guía en la que explicaba, con lenguaje racial abusivo, cómo matar a los venezolanos en los espacios “jugador contra jugador” donde se realiza el cultivo de oro. Los moderadores borraron la publicación y los comentarios extremos que propició. Jagex, la empresa británica desarrolladora de RuneScape, prohibió el comercio con el mundo real y los sitios web de intermediarios. Este mes, la empresa ganó un juicio que obligó a dos sitios web que se dedicaban al cultivo de oro a suspender operaciones.
A pesar de todo, la industria no desaparecerá. Aunque los desarrolladores quisieran que los juegos fueran espacios para competir con pura habilidad y dedicación, los mercados ilícitos siempre existirán donde haya oferta y demanda (es una verdad que no comprenden los líderes socialistas de Venezuela). Cuando cierran un sitio web intermediario, aparece uno nuevo en su lugar. Serían necesarios demasiados recursos para clausurar las operaciones de los granjeros de oro venezolanos a pequeña escala, por lo que es una medida que no vale la pena. El desarrollador del juego no puede perder su tiempo en intentar “hacer cumplir las normas a ese nivel granular”, afirma Edward Castronova, investigador de los mundos virtuales que trabaja en la Universidad de Indiana.
Es muy probable que el lanzamiento reciente de “World of Warcraft Classic”, la versión original de hace 15 años de un MMORPG popular, sea un nuevo incentivo para el cultivo de oro. Tampoco hay que olvidar que, mientras sea difícil ganar suficiente dinero en el mundo real de Venezuela, habrá muchos venezolanos dispuestos a trabajar en el mundo de la fantasía.
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