Panamá
Con proyectos, minería asegura su responsabilidad ambiental
Quienes pertenecen a la industria minera en el país aseguran que esta es ambientalmente responsable.
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- - Actualizado: 17/3/2022 - 09:33 am
Cuando se aprobó la Ley 287 del 24 de febrero de 2022, que reconoce los derechos de la Naturaleza y las obligaciones del Estado relacionadas con estos derechos, se volvió a colocar bajo el foco a la actividad minera.
Para algunos, la mencionada ley, que entrará en vigencia dentro de un año, parece ser contradictoria ante el desarrollo de la minería en nuestro país, específicamente, en la de Cobre Panamá, ubicada en Donoso, provincia de Colón, a 1,5 horas de Penonomé, provincia de Coclé; sin embargo, de acuerdo con quienes están involucrados en la industria, hay desconocimiento, porque el proyecto no va en contra de la nueva ley, sino todo lo contrario.
Para el asesor ambiental, Roderick Gutiérrez, dicha ley no debe ser contradictoria con las existentes, pues la protección de la Naturaleza no es un tema reciente, sino que existe desde la creación de la República de Panamá en su propia Constitución, y en otras tales como la Ley Nº 41 del 1 de julio de 1998, "General de Ambiente", por lo que se entiende que ya varias actividades están normadas y sus parámetros de manejo establecidos desde la elaboración de los estudios de impacto ambiental, como es el caso de la minería en Panamá.
En otros países mineros
La Ley 287, que, entre otros detalles resalta que el Estado deberá asegurar un uso sostenible de los beneficios ambientales de la Naturaleza, la prevención y control de factores de deterioro ambiental, la imposición de sanciones y la restauración por daños causados, emula decisiones como las de Nueva Zelanda, Bangladesh, Ecuador, Brasil, Colombia, México y Bolivia, países donde también se desarrolla la minería. En este último, se trata de la Ley de protección a la Madre Tierra, donde apuntaron a que Bolivia pueda desarrollarse a través de los recursos naturales con los que cuenta, pero sin dañar al medio ambiente.
El artículo más mencionado en la nueva ley panameña de protección a la naturaleza, es el siete, que detalla: "El Estado velará por la aplicación de todas las medidas administrativas, legales y/o técnicas, entre otras, necesarias para prevenir y restringir los efectos de actividades humanas que puedan contribuir a la extinción de especies, a la destrucción de ecosistemas o a la alteración permanente de los ciclos naturales y del clima, incluidos, pero no limitándose, la extracción insostenible de recursos naturales, la pesca insostenible y en detrimento de especies amenazadas o en peligro de extinción, la emisión de gases de efecto invernadero, la deforestación y otras actividades humanas que afecten la Naturaleza".
A juicio de Gutiérrez, toda actividad humana genera algún grado de afectación al medio natural por actividades cotidianas. "Si nos enmarcamos solo en lo que dice el artículo siete, todos cometemos algún tipo de afectación a la naturaleza producto de las actividades humanas que realizamos a diario, no solo los proyectos", comentó.
Responsabilidad
Al ser una de las más grandes, la mina de Cobre Panamá es la que recibe los comentarios, por ello, en su portal web cobrepanama.com se destaca que son ambientalmente responsables a través de múltiples programas de apoyo.
En su estudio de impacto ambiental, la compañía incluyó 371 compromisos, de los cuales 265 son en temas ambientales, de estos, 73 están enfocados en conservar la biodiversidad, por lo que se diseñó un plan de acción con proyectos para la compensación, mitigación y conservación de especies de flora y fauna.
Los proyectos de conservación se trabajan en conjunto con oenegés como Sea Turtle Conservancy (para la conservación y protección de cuatro especies de tortugas marinas tanto en Bocas del Toro como en Donoso, Colón), Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (proyecto de reproducción de cinco especies de anfibios), El Fondo Peregrino (protección del águila harpía, tanto en Darién como un nido presente en Donoso) y Yaguará Panamá (para la conservación y estudio de los jaguares); además de la iniciativa de reforestación privada y vivero más grande del país, con un millón de plantones al año.
El trabajo lo confirmó José Vargas, biólogo especialista en el manejo de fauna silvestre del Proyecto Águila Harpía, que dirige para el Fondo Peregrino. Según Vargas, el nido de águilas dentro del proyecto de Cobre Panamá fue localizado en el 2010 durante estudios en la zona y desde entonces se comenzó el seguimiento.
"Cobre Panamá mostró interés positivo en mantener y conocer cómo estaba la pareja de águilas. En su caso, han tenido respeto hacia la zona donde está el nido", explicó. Vargas, quien recordó que el objetivo es conservar la población más grande de águilas harpías de Centroamérica que posee Panamá. "Es la tercera más grande a nivel del rango de distribución de la especie, que va desde México hacia Argentina", enfatizó.
Xavier Ow Young, biólogo marino y encargado de investigación en Sea Turtle Conservancy, también confirma los proyectos de conservación. La alianza comenzó con la ONG en el 2014 e incluye monitoreo y conservación de nidos de tortugas que se encontraban en zonas cercanas a Donoso, principalmente en playa Rincón, playa Caimito y playa Caletón, aunque también reciben apoyo de Cobre Panamá para trabajos en la playa Chiriquí en la comarca Ngäbe Buglé, donde se tiene la mayor concentración de nidos de tortugas carey en América Central y es un punto importante para nidos de tortuga canal; también se abarca playa Larga en Bocas del Toro, playa Bluff en Isla Colón y playa Soropta, en el humedal San San Pond Sack.
"Principalmente, lo que está haciendo Cobre Panamá con todo esto, es cumplir con los requerimientos del estudio de impacto ambiental en la zona de Donoso, pero ellos han ido un poco más allá, no solo se han limitado a trabajar en la zona de Donoso", agregó Ow Young.
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