Panamá
Picadura de alacrán: Dos horas y media, la diferencia entre vivir o morir
Ninguna picadura se debe subestimar. La disponibilidad de antídotos es clave en medio de la crisis climática que acentúa su presencia en zonas residenciales.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 23/4/2024 - 10:40 am
Una picadura de alacrán no debe tomarse a la ligera. Todos, sin importar su aspecto, tienen veneno.
La investigadora Hildaura Acosta, directora del Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos de la UP, recalca que las personas con hipertensión, asma, condiciones cardíacas o respiratorias pueden desarrollar complicaciones si no reciben atención médica tras la picadura de un alacrán.
"No es bueno plantear si un alacrán es tóxico o no. Todos tienen veneno y tenemos que considerar las picaduras como algo que requiere atención médica", dijo al canal estatal.
En el caso de los niños, la situación se agrava. Los menores de 5 años tienden a ser los más afectados.
Tan solo este mes, una niña de dos años murió luego de que un alacrán la picara, en la comunidad de Santa Catalina, comarca Ngäbe Buglé.
La situación pone en evidencia la complejidad de brindar respuesta en las zonas de difícil acceso. En este sentido, Acosta subraya que es clave contar con antídotos en áreas vulnerables, sobre todo porque el tiempo no da tregua.
"Además necesitamos capacitación y movilización de la víctima en tiempo oportuno. Las picaduras no dan 24 horas. Son 2 horas y media entre la picadura, la aplicación del antídoto y salvar la vida de una persona", expuso.
En Panamá, el Tityus es el de mayor preocupación aunque los Centruroides también han llevado a niños a los cuartos de cuidados intensivos.
"Debemos tener cuidado con ambos. Cada sujeto tiene una realidad fisiológica y no necesariamente hay que decir que uno es más toxico que otro. El tema es que la toxina está conformada por muchas sustancias de bajo peso molecular y una vez entran al cuerpo se mueven con facilidad", agregó Acosta.
Este año, el presidente Laurentino Cortizo sancionó la Ley 421 del 6 de febrero de 2024, que “promueve la investigación, desarrollo, producción y comercialización de sueros antiponzoñosos, antivenenos y otros antídotos en Panamá".
Para Acosta es fundamental que la norma no quede engavetada y se hagan los esfuerzos para que esa producción de sueros sea una realidad y no se registren más muertes por esta causa.
Crisis climática agrava situación
Actualmente se genera un cambio global en todas las condiciones climáticas y los impactos no solo los experimenta el hombre, sino también los animales.
Según Acosta, estos cambios generan desplazamientos de fauna boscosa a las áreas donde hay habitantes. Adicionalmente se debe considerar que con el comienzo de la estación lluviosa tal vez busquen mejores condiciones de sombra y menos humedad.
"Estamos empezando a ver ciertas lluvias y tememos que esa situación (aumento de picaduras) sea parte de la temporada en la que siempre ocurre que hay más números de casos", añadió Acosta.
Tan solo la semana pasada, residentes de Paso Ancho, en Chiriquí, expresaron su preocupación por el aumento de alacranes en el área.
Algunos aseguran encontrarse con más de 10 individuos por semana, los cuales depositan en un frasco con alcohol.
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