Vivian Torrijos una panameña más...
Publicado 2004/01/25 00:00:00
- Yovanska Spadafora
Con una visión clara y confiada en la labor que desempeñará su esposo Martín Torrijos, si llegase a ocupar la silla presidencial, Vivian de Torrijos comparte las mismas frustraciones y alegrías de su entorno, al igual que muchas otras mujeres panameñas.
Nacida en Panamá, Vivian es hija de una pareja de inmigrantes cubanos que llegaron a este país hace 40 años. Convertida en una profesional y eje central de una hermosa familia, hoy se ha convertido en una de las mujeres en las que el mundo centra su mirada, para el beneficio social de un país en pleno desarrollo.
Conoce algunos detalles de la mujer que se considera una panameña más, de las muchas que luchan a diario para lograr el sustento de su vida, Vivian Torrijos, esposa del candidato presidencial Martín Torrijos.
Soy la hija de Antonio Fernández Gómez (Tony Fergo) e Ilda Bello de Fernández, publicista de profesión y madre de tres hermosos hijos: Daniela (10 años), Martín (8 años y Nicolás (2 años). Como la mayoría de las mujeres, he tenido que combinar el espacio que amerita la familia y mi trabajo profesional.
"El me conquistó a mí. Bueno en realidad la atracción fue mutua, pero el que tuvo la iniciativa fue él". Al principio yo estaba un poco reacia, porque Martín vivía en Estados Unidos y el tema de que era hijo de Omar Torrijos me ponía una barrera. Yo pensaba que el era "creído", pero la verdad, mi esposo es una persona que en el momento que la conoces te das cuenta de que es totalmente distinto.
En una fiesta de Año Nuevo aquí en Panamá en el año 1987. El vivía en Estados Unidos y yo en Panamá. Siempre pensé: "Vivian, no estás para relaciones distantes". Pero, por cosas del destino, en el año 1,988 con la crisis que afrontó el país, me fui a trabajar a Estados Unidos; no vivíamos en el mismo estado, pero ya estabamos más cerca. El camino se hizo más fácil y ahora soy la señora de Torrijos.
Es un matrimonio normal, como una pareja joven de panameños que tienen hijos y profesiones que atender. Pero, además de eso, somos una pareja que se quiere y se respeta personal y profesionalmente. Y en este momento específico de nuestras vidas, en donde Dios nos ha dado esta oportunidad, como su compañera, lo apoyo y el próximo 2 de mayo, seré la primera mujer que votará por él, porque es mi presidente, la persona que confío sacará a mi país adelante y que puede construir el futuro de mis hijos de una forma mejor.
Soy una más de las panameñas que comparte las frustraciones y alegría de su entorno. Trabajo para ganarme la vida desde que me gradúe de la Universidad y a través del tiempo y la vida, Dios me ha enseñado muchas cosas buenas, ha puesto en mi camino gente maravillosa de la cual he podido aprender y sobre todo me dio la oportunidad de ser la esposa de un candidato a la Presidencia.
Es difícil hablar de uno mismo. El poder identificarme con los problemas de la mujer panameña, lo considero una cualidad, no tengo ningún temor al trabajo ni a dedicarle horas a lo que considero está correcto, me gusta trabajar en equipo, compartir con gente que sabe, en fin, me considero una alumna eterna de las personas de las cuales puedo aprender.
Unos de mis defectos es que a veces me impaciento un poco porque me gusta cumplir con un horario determinado, pero muchas veces el tiempo no alcanza y uno se exige a uno mismo, esa son cosas que uno debe superar.
Las personas que mienten; en el camino siempre se sabe la verdad. Prefiero las personas que caminen de mano con la sinceridad.
Lo más importante en mi vida es mi familia, por encima de todo trabajo. Y dentro de mi familia, mi esposo, quien a la vez es mi amigo. Ambos compartimos muchos sueños y otras cosas, entre ellas tres hermosos hijos que Dios nos ha dado con los cuales compartimos sus actividades y sueños.
Martín y yo queremos dejarle un legado importante a ellos, por eso mi esposo participa en esta carrera política, porque él tiene un sueño y una visión de cómo hacer las cosas distintas, por eso soy su fanática número uno.
Desde las 6:00 a.m. acompaño a Martín en su rutina de ejercicios. Luego voy al trabajo en donde paso el día completo, pero siempre hago un espacio para almorzar en mi casa y ver cómo está mi hijo más pequeño o atender algunos invitados de mi esposo. Al finalizar mi jornada laboral siempre trato de estar en mi casa para recibir a mis hijos mayores cuando regresan de sus actividades extra curriculares de deporte y en las noche me quedo en casa, a menos que tengamos compromisos políticos.
Yo considero que los dos se pueden realizar. Es importante que los niños crezcan sabiendo que su mamá también trabaja, para de esa forma inculcarles que el trabajo es importante y que uno como mujer debe también aportar al hogar. Esto se convierte en un ejemplo para mi hija sobre todo.
Yo los amarro a todos en un solo paquete y los pongos a todos en mi corazón.
Es una forma de servir. Para mi la política ha sido la vía más idónea para poder servir a las clases más necesidades. Hay una parte de la política que no me gusta, por ejemplo "la politiquería".
Ayudarlo y apoyarlo en la parte social de su gobierno. El tiene muchas ideas y proyectos realistas que se pueden lograr y lo apoyaré en las áreas que más me necesite.
Yo quisiera que los grupos existenciales más vulnerables, como la juventud, los discapacitados, la niñez, la mujer, sientan que en la esposa del presidente, tienen a una garante de que se van a respetar sus derechos y que va a impulsar, promover, visualizar y ejecutar acciones para sus beneficios.
Usted ha acompañado a Martín en sus dos campañas políticas ¿Hay alguna diferencia entre la campaña actual y la anterior?
La frustración del pueblo panameño es muchísimo más grande que en el año 1999 y las esperanzas de ellos se centra en una persona que de verdad los ayude. Por otro lado Martín no es el mismo, cambió mucho, se ha preparado y mantenido vigente la lado de las personas que más necesitan de su ayuda en todos los confines del país.
El es mucho más maduro y mantiene su humildad desde el día número uno. Martín es un hombre guapo por fuera y por dentro, y eso todavía lo mantiene, un corazón grande. Pero la madurez desde aquel momento hasta ahora ha cambiado, no tanto por la edad, es más bien por la vida política de Martín que lo ha hecho madurar bastante rápido.
De ninguna manera, en lo absoluto.
Porque es guapo, genéticamente despierta pasiones a favor y también en contra de sus adversarios. El tiene un liderazgo innato y como tal, tiene la cualidad de que la gente lo siga.
Honestidad y sobre todo la capacidad para gobernar, la capacidad de hacer cosas nuevas con las que Panamá se pueda presentar ante el mundo como un país innovador y un país que rebase fronteras. Yo veo a Martín como el hombre que pondrá a Panamá a dar los primeros pasos hacia el primer mundo.
Nacida en Panamá, Vivian es hija de una pareja de inmigrantes cubanos que llegaron a este país hace 40 años. Convertida en una profesional y eje central de una hermosa familia, hoy se ha convertido en una de las mujeres en las que el mundo centra su mirada, para el beneficio social de un país en pleno desarrollo.
Conoce algunos detalles de la mujer que se considera una panameña más, de las muchas que luchan a diario para lograr el sustento de su vida, Vivian Torrijos, esposa del candidato presidencial Martín Torrijos.
Soy la hija de Antonio Fernández Gómez (Tony Fergo) e Ilda Bello de Fernández, publicista de profesión y madre de tres hermosos hijos: Daniela (10 años), Martín (8 años y Nicolás (2 años). Como la mayoría de las mujeres, he tenido que combinar el espacio que amerita la familia y mi trabajo profesional.
"El me conquistó a mí. Bueno en realidad la atracción fue mutua, pero el que tuvo la iniciativa fue él". Al principio yo estaba un poco reacia, porque Martín vivía en Estados Unidos y el tema de que era hijo de Omar Torrijos me ponía una barrera. Yo pensaba que el era "creído", pero la verdad, mi esposo es una persona que en el momento que la conoces te das cuenta de que es totalmente distinto.
En una fiesta de Año Nuevo aquí en Panamá en el año 1987. El vivía en Estados Unidos y yo en Panamá. Siempre pensé: "Vivian, no estás para relaciones distantes". Pero, por cosas del destino, en el año 1,988 con la crisis que afrontó el país, me fui a trabajar a Estados Unidos; no vivíamos en el mismo estado, pero ya estabamos más cerca. El camino se hizo más fácil y ahora soy la señora de Torrijos.
Es un matrimonio normal, como una pareja joven de panameños que tienen hijos y profesiones que atender. Pero, además de eso, somos una pareja que se quiere y se respeta personal y profesionalmente. Y en este momento específico de nuestras vidas, en donde Dios nos ha dado esta oportunidad, como su compañera, lo apoyo y el próximo 2 de mayo, seré la primera mujer que votará por él, porque es mi presidente, la persona que confío sacará a mi país adelante y que puede construir el futuro de mis hijos de una forma mejor.
Soy una más de las panameñas que comparte las frustraciones y alegría de su entorno. Trabajo para ganarme la vida desde que me gradúe de la Universidad y a través del tiempo y la vida, Dios me ha enseñado muchas cosas buenas, ha puesto en mi camino gente maravillosa de la cual he podido aprender y sobre todo me dio la oportunidad de ser la esposa de un candidato a la Presidencia.
Es difícil hablar de uno mismo. El poder identificarme con los problemas de la mujer panameña, lo considero una cualidad, no tengo ningún temor al trabajo ni a dedicarle horas a lo que considero está correcto, me gusta trabajar en equipo, compartir con gente que sabe, en fin, me considero una alumna eterna de las personas de las cuales puedo aprender.
Unos de mis defectos es que a veces me impaciento un poco porque me gusta cumplir con un horario determinado, pero muchas veces el tiempo no alcanza y uno se exige a uno mismo, esa son cosas que uno debe superar.
Las personas que mienten; en el camino siempre se sabe la verdad. Prefiero las personas que caminen de mano con la sinceridad.
Lo más importante en mi vida es mi familia, por encima de todo trabajo. Y dentro de mi familia, mi esposo, quien a la vez es mi amigo. Ambos compartimos muchos sueños y otras cosas, entre ellas tres hermosos hijos que Dios nos ha dado con los cuales compartimos sus actividades y sueños.
Martín y yo queremos dejarle un legado importante a ellos, por eso mi esposo participa en esta carrera política, porque él tiene un sueño y una visión de cómo hacer las cosas distintas, por eso soy su fanática número uno.
Desde las 6:00 a.m. acompaño a Martín en su rutina de ejercicios. Luego voy al trabajo en donde paso el día completo, pero siempre hago un espacio para almorzar en mi casa y ver cómo está mi hijo más pequeño o atender algunos invitados de mi esposo. Al finalizar mi jornada laboral siempre trato de estar en mi casa para recibir a mis hijos mayores cuando regresan de sus actividades extra curriculares de deporte y en las noche me quedo en casa, a menos que tengamos compromisos políticos.
Yo considero que los dos se pueden realizar. Es importante que los niños crezcan sabiendo que su mamá también trabaja, para de esa forma inculcarles que el trabajo es importante y que uno como mujer debe también aportar al hogar. Esto se convierte en un ejemplo para mi hija sobre todo.
Yo los amarro a todos en un solo paquete y los pongos a todos en mi corazón.
Es una forma de servir. Para mi la política ha sido la vía más idónea para poder servir a las clases más necesidades. Hay una parte de la política que no me gusta, por ejemplo "la politiquería".
Ayudarlo y apoyarlo en la parte social de su gobierno. El tiene muchas ideas y proyectos realistas que se pueden lograr y lo apoyaré en las áreas que más me necesite.
Yo quisiera que los grupos existenciales más vulnerables, como la juventud, los discapacitados, la niñez, la mujer, sientan que en la esposa del presidente, tienen a una garante de que se van a respetar sus derechos y que va a impulsar, promover, visualizar y ejecutar acciones para sus beneficios.
Usted ha acompañado a Martín en sus dos campañas políticas ¿Hay alguna diferencia entre la campaña actual y la anterior?
La frustración del pueblo panameño es muchísimo más grande que en el año 1999 y las esperanzas de ellos se centra en una persona que de verdad los ayude. Por otro lado Martín no es el mismo, cambió mucho, se ha preparado y mantenido vigente la lado de las personas que más necesitan de su ayuda en todos los confines del país.
El es mucho más maduro y mantiene su humildad desde el día número uno. Martín es un hombre guapo por fuera y por dentro, y eso todavía lo mantiene, un corazón grande. Pero la madurez desde aquel momento hasta ahora ha cambiado, no tanto por la edad, es más bien por la vida política de Martín que lo ha hecho madurar bastante rápido.
De ninguna manera, en lo absoluto.
Porque es guapo, genéticamente despierta pasiones a favor y también en contra de sus adversarios. El tiene un liderazgo innato y como tal, tiene la cualidad de que la gente lo siga.
Honestidad y sobre todo la capacidad para gobernar, la capacidad de hacer cosas nuevas con las que Panamá se pueda presentar ante el mundo como un país innovador y un país que rebase fronteras. Yo veo a Martín como el hombre que pondrá a Panamá a dar los primeros pasos hacia el primer mundo.
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