VIAJES Lugares que dejan impresiones fuertes
- Dahlia Ferrer/Redacción Web
El medio oriente y norte África guardan tesoros de historia y culturas tan distintas que no se pueden dejar la vida pasar sin verlas por si mismo.
El medio oriente y norte África guardan tesoros de historia y culturas tan distintas que no se pueden dejar la vida pasar sin verlas por si mismo.
"Nunca es buen momento para ir al medio oriente, pero lo quería hacer", le contesto a los que preguntan cómo fue que me ocurrió, como mujer soltera, visitar y mucho menos vivir en Egipto por 6 años y para colmo durante la revolución. El Cairo me abrió las puertas al resto del oriente medio y norte de África y me dejó con recuerdos fuertes que todavía puedo ver, oir, sentir y oler estando muy lejos.
Hay cosas que únicamente ofrecen los países con influencia árabe. Abajo les describo con muchas pistas lugares que seguro podrán acertar.
I
Pasillos. Paredes blancas. Parede celestes. Doblar la esquina. Subir una pequeña cuesta. Cada pasillo índigo tiene ondas suaves o abruptas de subones y bajones. Otra pared corta. Una puerta bajita. Aguantas las ganas de agacharte la cabeza para entrar por la puerta de madera ancha. ¿Con qué te encontrarás en la otra esquina al final de esta pared? Te da a la nariz el olor de cardamomo. No. Canela. No. Ajo. Todos encima de uno. Pasas la esquina y das con una fila densa de kiosquitos. Localizas los olores en muchos baldes de madera con colores vivos. El amarillo fuerte del tumérico, negro de clavos, verde de quien sabe qué. Vendedores guardando su energía por el calor del día. Otros olores te azotan. Piel. Zapatos adornados y pintados de colores vivos y dorado, de puntos como de duendes. Ojos te siguen, pero tu sigues el sube y baja, entra y sale de los pasillos blancos y puertas misteriosas. Abre el pasillo a una plaza donde repentinamente te das con el cielo en azul matte con un poco de nubes tan perfectas que parecen pintadas. De fondo de los edificios bajos, blancos están los cerros verdes.
II
Los ladrillos de los arcos altos alternan de color dando un ambiente envidiablemente nítido. La cúspulas de las columnas están decoradas con relieve detallada en formas de ojas. Se siente en el aire que toca tus brazos la importancia y esplendor del centro antiguo de unos de los califatos más poderosos de Andalucía.
III
La arena del Sahara y aire cálida seca tu piel mientras que pasas por la puerta de las columnas enormes de los templos. Pisas donde mismo pisaban los faraones hacen miles de años. Sonríes con un hombre en bata tradicional con turbante en la cabez cuando te ofrece un té de hierba buena azucarada, pero todavía te domina la imágen de los dioses en negro bautizando al nuevo rey en el hieroglífico.
IV
Un sol muy generoso hace todo brillar con luz blanca. Los rascacielos, los edificios de marmol, las verjas de los palacios y escaces jardines. Trajes negros llamados abaya cubren hasta la cabeza de las mujeres. Los hombres van en una bata blanca cómoda conocidas como taub. Pero contrastan sorprendentemente entre la multitud de extranjeros en corvatas y chaleco durante las horas laborables o pantalones cortos y sandalias por la tarde. De noche se enciende con una vida nocturna de primera clase.
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