Tu cuerpo habla
- Rosalina Orocú Mojica
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La comunicación corporal o gestual muchas veces dice más que la verbal. O lo contrario. Conozca más sobre ese lenguaje.
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Si bien hay gestos universales, como la sonrisa y el apretón de manos, no siempre se puede generalizar. Por ejemplo, el de victoria-con los dedos corazón e índice apuntando hacia arriba y con la palma hacia afuera- se convierte en ofensivo si la palma está hacia adentro.
Asimismo, cruzar los brazos sobre el pecho, podría interpretarse como rechazo o enojo. Pero resulta que también con esta posición se está diciendo quizás "Uf, qué frío hace" o algo por el estilo.
Hoy se comparte un interesante información del libro "El lenguaje del cuerpo", de Geddes & Crosset, una joyita literaria que nos obsequió hace años un amigo muy querido.
Antes, sepan que los autores explican que a la hora de "leer" el lenguaje gestual es importante tener en cuenta el contexto y la cultura.
También añaden que el lenguaje corporal revela pensamientos, sentimientos, estados anímicos e intenciones, que podrían reafirmar lo que las palabras expresan o lo contrario.
He allí que hay que diferenciar también entre gestos voluntarios e involuntarios y aprender a leer también el mensaje que se envía mediante otras señales corporales como la postura y zonas espaciales.
Ahora, veamos lo que se dice con algunos gestos.
Ojos: pueden transmitir "alegría, tristeza, disgusto, amor, sorpresa, miedo, ira, cansancio, etc.". Estos pueden aportar mucha información: la intensidad de la mirada, la duración, si hay guiño, si se tuercen...
Ceja: elevar una o ambas es igual a sorpresa o desaprobación. Si es involuntario es menos obvio.
Fruncir el ceño: ansiedad, confusión, enojo o problemas de la vista.
Orejas: presionarlas con el dedo índice o cubrirlas con las manos es igual a no quiero escuchar; describir un círculo en el aire cerca de ella es: estás loco.
Boca: Hacer como que se bosteza, puede significar fastidio o cansancio.
Brazos: Ondearlos, puede ser júbilo, alegría o advertencia.
Manos: frotarlas puede ser señal de mucho frío, placer o anticipación.
Puños: Elevarlos (con la palma hacia adentro) es igual a agresión o intimidación y (con la palma hacia afuera) es poder, victoria o celebración.
Cabeza: rascarse puede ser confusión, perplejidad.
Cabello: pasarse los dedos entre los cabellos es frustración o enojo. Y si se hacen tirabuzones con el cabello puede representar nerviosismo extremo.
Mentón: Cubrirlo con la mano es reflexión, aburrimiento o cansancio, según se lea en el rostro, especialmente en los ojos.
Los anteriores son gestos voluntarios, entre los involuntarios los especialistas mencionan sutiles movimientos afirmativos de alguien cuando escucha a otro hablar, pero si agacha la cabeza es que no está creyendo o no le convence lo que se dice y peor aún si suma a ello el cruzar los brazos. Aunque, hay que ver el contexto y el resto del cuerpo, ya que cabeza agachada también puede ser signo de tristeza, depresión o apatía.
Hay gestos que van juntos (manos y cabeza) como palmadas cuando algo se ha olvidado o cubrirse la frente con la mano cuando hay preocupación, dolor o agobio (esto último si va acompañado de cerrar los ojos).
Como ven, el individuo es un libro abierto. Algunas veces su cuerpo lo traiciona y comunica información que no quisiera. Otras todo el grita: como en el caso de las parejas enamoradas, que hablan con los ojos, la cercanía, la postura, las manos...
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