Tejas de arcilla, elementos que trascienden con el tiempo
- Cinthia Almanza
El valor decorativo, funcional y duradero de la arcilla hace de las tejas el material ideal para utilizar como acabado en los techos de casas de estilo campestre o citadino y para disfrutar de una atmósfera fresca y cómoda todo el año.
Los materiales y sistemas constructivos son factores de gran relevancia al momento de edificar, estos elementos que han de formar parte en la infraestructura deben ser de buena calidad, resistentes y duraderos, principalmente para combatir la humedad y el calor propios de nuestro clima tropical.
En este sentido, desde la época colonial, las tejas han sido la respuesta funcional y estética en la construcción de residencias y otros tipos de edificaciones en Panamá.
Origen.
El uso de las tejas de arcilla se remonta a la conquista española, cuando eran utilizadas en los techos de los viejos y coloniales caseríos. Con el tiempo han evolucionado y mejorado en aspectos como: diseño, fabricación e instalación. Se han reducido las posibilidades de generar hongos, y los porcentajes de absorción de humedad, en la actualidad tienen textura, esmalte y pintura.
Fabricación.
Representan una antigua tradición artesanal, que consiste en amasar la arcilla dándole forma de láminas delgadas, que luego son prensadas y moldeadas para ser cocidas en grandes hornos o tejares.
Este proceso se asemeja al de la fabricación del ladrillo, pero a diferencia de este, las tejas se ubican en hornos a temperaturas entre 1,100°- 1,300° para cerrar los poros de la arcilla, pues a mayor temperatura se mejoran e incrementan las propiedades de impermeabilización de las mismas.
Durabilidad.
Las tejas de arcilla son sumamente resistentes y soportan la lluvia y los fuertes rayos solares.
La belleza y consistencia de un techo la podemos apreciar tanto en urbanizaciones modernas y sofisticadas de la ciudad como en sencillas y tradicionales casas de nuestra campiña interiorana.
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