Respeto en el olvido
- María Victoria Rivera
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- mrivera@epasa.com
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- @mvictoriarc
En la actualidad, pocas son las personas que suelen mostrar fervor hacia los símbolos patrios debido a la pérdida de las buenas costumbres.

Existen protocolos cívicos que en la actualidad han dejado de practicarse o las personas ya no les toman la debida importancia.
Existen protocolos cívicos que en la actualidad han dejado de practicarse o las personas ya no les toman la debida importancia.
Por ejemplo, son pocas las personas que se detienen cuando escuchan las notas del himno nacional o se detienen al momento de que se esté izando la bandera.
Para Juan Carlos Lamboglia, esto se debe a la poca difusión que se le da a estos temas, "solo se acuerdan del tema en noviembre".
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Por otra parte, indica que las personas hacen el alto solo cuando se está izando la bandera y si hay una autoridad que se lo indique.
Otras de las posibles causas de que las personas no se detengan es por pena, señala la profesora de Cívica María Saavedra.
Reglas como "pararse firme; saludo a la bandera; cantar en una sola voz el himno nacional y no usar sombreros ni gorras mientras se canta; izar la bandera antes de las 7:00 a.m.; no dejar mojar la bandera (esto solo se ve en los desfiles) y no dejar que la bandera toque el piso" son algunas de las reglas que ya poco se están cumpliendo.
Es más, Lamboglia agrega que lo ideal sería que todos los panameños tuviesen el conocimiento de cómo se dobla la bandera.
Y es que cada día se observa que poco a poco los nacionales pierden el interés por mostrar respeto hacia lo que los representa como panameños.
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Por esta razón, explica el sociólogo Mario de León, "la nacionalidad panameña se forjó al calor de las luchas entre las potencias ocupantes (España, Francia y Estados Unidos) y el pueblo istmeño. Al terminar la presencia visible (porque aún continúa, solo que el panameño no sabe) del último ocupante, los valores nacionalistas disminuyeron".
También señala que "la presencia 'invisible' en conjunto con los sectores dominantes (empresariales) de Panamá entendieron que el nacionalismo panameño era muy peligroso para sus intereses económicos y (geo) políticos, por ende, posterior a la invasión de Panamá trabajaron para erradicar estos valores que en otrora eran reforzados desde el aparato estatal".
En cuanto a la posibilidad de que esta situación pueda cambiar, Lamboglia señala que corresponde a los padres enseñar estos valores a sus hijos y no los colegios.
Sin embargo, Saavedra agrega: "Ya todo se ha ido perdiendo, las buenas costumbres y los modales, con eso de que no se les puede llamar la atención a los niños porque sería abuso psicológico, es difícil la labor de inculcar los valores cívicos, se suma la ideología de algunas religiones de no saludar la bandera y el canto del himno... No se les puede obligar", concluye.
Todo indica que el valor nacionalista se está enfocando en otras corrientes para mostrar el fervor patriótico.
"Ideas banales como apoyo a la marea roja o un artista nacional que compita en un concurso internacional o en un certamen de belleza. Ahí no está la nación. Eso es alienación", concluye De León.
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