Rara avis, una palabra que no se escribe igual
Publicado 2006/04/22 23:00:00
- Rodolfo de Gracia R.
La defensa del idioma en su cuidado y uso correcto induce a mantener las tradiciones culturales de un pueblo.
La ciencia nos enseña que cada ser es diferente y que nuestra carga genética es irrepetible, así como el conjunto de los caracteres que forman nuestra personalidad.
Así mismo son las palabras. Pero unas tienen la particularidad de ser, entre el conjunto, una "rara avis", como decían los antiguos romanos.
En la ortografía -el menos cambiante de los aspectos del idioma - conviene conocerlas para no cometer desaciertos que causen vergüenza unas veces, y descrédito otras, a quien escribe con desapego a las normas o a veces con descuido.
¡Basta de machismo! La mujer aprende a tejer y el hombre también (o por lo menos que aprendan a escribir el vocablo), y cualquiera puede entremejer. He aquí dos de las tres palabras que en español se escriben con J cuando llevan al final el sonido jer (la otra, rara como entremejer, es mejer, y quizá usted no la vaya a usar ni en esta vida ni en la otra, ¡quién sabe!, yo ya la usé. Todas las demás (exceptúo a las que se inventen después de este escrito, llevan G cuando al final se oye el mismo sonido ger.
En nuestro idioma, al parecer, sólo hay cinco palabras que al terminar con el sonido
jir/se escriben con j (anejir, brujir, recrujir, brujir, que escasísima gente usa, por cierto). Pero en nuestro diario hablar y escribir hay una que no debemos dejar de mencionar aquí: CRUJIR. Todas las demás, se escriben con G (rugir, mugir, regir, corregir, colegir, dirigir, etc.).
La terminación - tanasia (de Tánatos, la temible personificación de la muerte entre los griegos) siempre se escribe con s, como en eutanasia y distanasia.
Siempre que escuche el sonido/fusión/al final de palabra (o como palabra misma) sepa que se escribe sólo con s en todos los casos, como en estos ejemplos (afusión, efusión, difusión, radiodifusión, infusión, confusión, perfusión, transfusión, etc.).
Aunque apenas llega a 20 el número de las palabras que hasta ahora llevan h en la combinación exh, a la única a la que le sigue una u es a exhumar y sus derivados (exhumación, exhumador). De modo que exuberante, como se ve, no tiene la h, que tampoco se oye.
El sonido/aksión/siempre se escribe con doble c (cc), y nunca con x, aunque haya por allí un lavaplatos en cuyo nombre se metió, por prurito publicitario y por desprecio de la ortografía, una x y se mandó a dormir a la simesas cc (acción, tracción, distracción, etc). Contrariamente, toda sílaba que suene/fleksión/o/pleksión/siempre lleva x y no doble cc (flexión, genuflexión, reflexión, complexión).
Pese a que basquiña viene de vasco, ambas palabras se escriben con letras diferentes. Ojo y oído para los que se enredan con la basquiña y ni la saben lucir ni la saben escribir. El sonido/baski/puede tomar en nuestro idioma la escritura inicial con b y con v, solamente en dos palabras: basquiña y vasquismo.
Y para los que sienten como suya las palabras poder, fuerza, gobierno, dominio, supremacía, preponderancia, y similares energizantes del ego, el griego nos legó el sufijo - cracia, que da a la nueva palabra del español todas o algunas de las ideas anteriores (plutocracia, mesocracia, tecnocracia, aristocracia, dedocracia, oclocracia, etc.). Sin embargo, dos son las excepciones en español, porque se escriben con s (crasia) y gracias a Dios no tienen nada que ver con el enfermizo afán de poder. Con frecuencia, la gente yerra al escribirlas. Se trata de la ya muy conocida idiosincrasia, y de una menos habitual entre nosotros: discrasia, que además es término médico que de alguna manera implica pérdida de fuerza física.
Vuelvo a mencionar a la recién desaparecida Rocío Dúrcal, porque ahora recuerdo unas cuantas palabras que dejaron una forma de escritura y adoptaron otras, como es el caso de la recién recomendada membrecía (con c), que aparece en el Panhispánico de dudas, mientras que el DRAE de 2001 la tiene con s, membresía. La próxima edición recomendará el cambio o mantendrá el statu quo.
Yo creo, sin embargo, que pese al intento de irse con la otra, con la c, este vocablo, este término, terminará quedándose con la s por mayoría de votos de los hablantes (ahora escribientes) del español.
Sabihondos o sabiondos, la Academia los prefiere sin h, aunque da las dos como correctas, y eso que ya en Honduras y El Salvador tienen la divertida rareza de la palabra todólogo o todóloga, que por sí sola se explica y que debiera usarse aquí en Panamá donde también abundan.
Ahora, creo yo, que el ceviche es la palabra más "infiel" de todas. Por allá por 1925, el DRAE la registraba sólo con c y b (cebiche), luego, en 1936, pasó a tener dos escrituras: cebiche y seviche. En 1970 entró al repertorio oficial la que en Panamá es casi mayoritaria: ceviche, y en el 2001 apareció la que faltaba: sebiche. Ahora tiene cuatro, sí, cuatro formas diferentes de escritura. Ah, pero tenga siempre en cuenta que es mejor que a ese plato, en Panamá, por ejemplo, lo acompañe usted con la escritura ceviche que, indiscutiblemente es la más extendida aquí.
Y qué decir de chófer o chofer, vídeo y video, guion y guión , periodo y período, ibero e íbero, maniaco y maníaco y todas las - osferas (excepto homosfera, la única que no anda en dos aguas y que es fiel a su acentuación y pronunciación grave, porque todas las demás tienen doble acentuación: atmosfera o atmósfera , ionosfera o ionósfera, estratosfera o estratosfera, etc. ).
El idioma es así, insujetable, y lo es por su propia dinámica y por una razón de mucha importancia, lo administramos, lo cuidamos, lo destrozamos, lo amamos, lo utilizamos en el sentido más utilitario de la palabra, lo entendemos, lo ignoramos, lo enredamos, lo enriquecemos y lo empobrecemos (yo me cuento entre ellos) casi cuatrocientos millones de personas en todo el mundo hoy día, además de todo el legado que hemos recibido de los miles de millones de personas que lo han hablado en los mil años y tantos que ya tiene de existencia.
Así mismo son las palabras. Pero unas tienen la particularidad de ser, entre el conjunto, una "rara avis", como decían los antiguos romanos.
En la ortografía -el menos cambiante de los aspectos del idioma - conviene conocerlas para no cometer desaciertos que causen vergüenza unas veces, y descrédito otras, a quien escribe con desapego a las normas o a veces con descuido.
¡Basta de machismo! La mujer aprende a tejer y el hombre también (o por lo menos que aprendan a escribir el vocablo), y cualquiera puede entremejer. He aquí dos de las tres palabras que en español se escriben con J cuando llevan al final el sonido jer (la otra, rara como entremejer, es mejer, y quizá usted no la vaya a usar ni en esta vida ni en la otra, ¡quién sabe!, yo ya la usé. Todas las demás (exceptúo a las que se inventen después de este escrito, llevan G cuando al final se oye el mismo sonido ger.
En nuestro idioma, al parecer, sólo hay cinco palabras que al terminar con el sonido
jir/se escriben con j (anejir, brujir, recrujir, brujir, que escasísima gente usa, por cierto). Pero en nuestro diario hablar y escribir hay una que no debemos dejar de mencionar aquí: CRUJIR. Todas las demás, se escriben con G (rugir, mugir, regir, corregir, colegir, dirigir, etc.).
La terminación - tanasia (de Tánatos, la temible personificación de la muerte entre los griegos) siempre se escribe con s, como en eutanasia y distanasia.
Siempre que escuche el sonido/fusión/al final de palabra (o como palabra misma) sepa que se escribe sólo con s en todos los casos, como en estos ejemplos (afusión, efusión, difusión, radiodifusión, infusión, confusión, perfusión, transfusión, etc.).
Aunque apenas llega a 20 el número de las palabras que hasta ahora llevan h en la combinación exh, a la única a la que le sigue una u es a exhumar y sus derivados (exhumación, exhumador). De modo que exuberante, como se ve, no tiene la h, que tampoco se oye.
El sonido/aksión/siempre se escribe con doble c (cc), y nunca con x, aunque haya por allí un lavaplatos en cuyo nombre se metió, por prurito publicitario y por desprecio de la ortografía, una x y se mandó a dormir a la simesas cc (acción, tracción, distracción, etc). Contrariamente, toda sílaba que suene/fleksión/o/pleksión/siempre lleva x y no doble cc (flexión, genuflexión, reflexión, complexión).
Pese a que basquiña viene de vasco, ambas palabras se escriben con letras diferentes. Ojo y oído para los que se enredan con la basquiña y ni la saben lucir ni la saben escribir. El sonido/baski/puede tomar en nuestro idioma la escritura inicial con b y con v, solamente en dos palabras: basquiña y vasquismo.
Y para los que sienten como suya las palabras poder, fuerza, gobierno, dominio, supremacía, preponderancia, y similares energizantes del ego, el griego nos legó el sufijo - cracia, que da a la nueva palabra del español todas o algunas de las ideas anteriores (plutocracia, mesocracia, tecnocracia, aristocracia, dedocracia, oclocracia, etc.). Sin embargo, dos son las excepciones en español, porque se escriben con s (crasia) y gracias a Dios no tienen nada que ver con el enfermizo afán de poder. Con frecuencia, la gente yerra al escribirlas. Se trata de la ya muy conocida idiosincrasia, y de una menos habitual entre nosotros: discrasia, que además es término médico que de alguna manera implica pérdida de fuerza física.
Vuelvo a mencionar a la recién desaparecida Rocío Dúrcal, porque ahora recuerdo unas cuantas palabras que dejaron una forma de escritura y adoptaron otras, como es el caso de la recién recomendada membrecía (con c), que aparece en el Panhispánico de dudas, mientras que el DRAE de 2001 la tiene con s, membresía. La próxima edición recomendará el cambio o mantendrá el statu quo.
Yo creo, sin embargo, que pese al intento de irse con la otra, con la c, este vocablo, este término, terminará quedándose con la s por mayoría de votos de los hablantes (ahora escribientes) del español.
Sabihondos o sabiondos, la Academia los prefiere sin h, aunque da las dos como correctas, y eso que ya en Honduras y El Salvador tienen la divertida rareza de la palabra todólogo o todóloga, que por sí sola se explica y que debiera usarse aquí en Panamá donde también abundan.
Ahora, creo yo, que el ceviche es la palabra más "infiel" de todas. Por allá por 1925, el DRAE la registraba sólo con c y b (cebiche), luego, en 1936, pasó a tener dos escrituras: cebiche y seviche. En 1970 entró al repertorio oficial la que en Panamá es casi mayoritaria: ceviche, y en el 2001 apareció la que faltaba: sebiche. Ahora tiene cuatro, sí, cuatro formas diferentes de escritura. Ah, pero tenga siempre en cuenta que es mejor que a ese plato, en Panamá, por ejemplo, lo acompañe usted con la escritura ceviche que, indiscutiblemente es la más extendida aquí.
Y qué decir de chófer o chofer, vídeo y video, guion y guión , periodo y período, ibero e íbero, maniaco y maníaco y todas las - osferas (excepto homosfera, la única que no anda en dos aguas y que es fiel a su acentuación y pronunciación grave, porque todas las demás tienen doble acentuación: atmosfera o atmósfera , ionosfera o ionósfera, estratosfera o estratosfera, etc. ).
El idioma es así, insujetable, y lo es por su propia dinámica y por una razón de mucha importancia, lo administramos, lo cuidamos, lo destrozamos, lo amamos, lo utilizamos en el sentido más utilitario de la palabra, lo entendemos, lo ignoramos, lo enredamos, lo enriquecemos y lo empobrecemos (yo me cuento entre ellos) casi cuatrocientos millones de personas en todo el mundo hoy día, además de todo el legado que hemos recibido de los miles de millones de personas que lo han hablado en los mil años y tantos que ya tiene de existencia.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.