Prodigio matemático
A los 12 años Sydney Weaver se graduó de secundaria. A los 14 años un cubo de rubik le cambio su perspectiva.
- María Victoria Rivera
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- - Publicado: 28/4/2019 - 12:00 am
"Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia", señalaba el escritor, editor y crítico estadounidense Clifton Paul Fadiman y gracias al aburrimiento, Sydney Weaver descubrió un fascinante mundo.
Para la gran mayoría el cubo de rubik, representa un gran reto de destreza, imposible de realizar, incluso para una prodigio resultó ser algo aburrido. "Cuando tenía 14 años recibí un cubo de rubik como un regalo de Navidad y no me interesó mucho y lo guardé", cuenta la joven estadounidense de 21 años.
A pesar de que desde antes había tenido cubos, relata que no se daba cuenta de todo lo que había detrás de él, hasta pasado seis meses que lo redescubre. "Estaba aburrida en mi cuarto, no tenía nada que hacer y me puse a jugar con él", desde entonces su vida gira en torno a este rompecabezas.
Influencia
En diferentes formas este pequeño cuadrado, creado por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik, ha cambiado la vida de Weaver.
"Ha cambiado la forma en que puedo utilizar mis manos, porque yo sufro de artritis, así que el cubo me dio una manera de poder practicar con las manos y aunque era muy difícil, quería ser más rápida", añade la chica.
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Y lo ha logrado, ya que puede resolver el cubo en 9 segundos y ha estado en diferentes competencias en las que ha alcanzado 9 medallas de oro, 12 de plata y 11 de bronce.
Prodigio
Desde muy pequeña mostró habilidades superiores para su edad y fue notorio cuando a sus 4 años realizó una prueba sencilla de encontrar patrones y obtuvo el promedio semejante al de un profesor universitario de matemáticas.
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A nivel académico ha sido sobresaliente, culminando su secundaria a los 12 años y desde entonces se ha vuelto autodidacta. "Si algo me interesa lo investigo, me gusta la libertad de poder explorar", dice.
Su vida no fue diferente a la de los otros niños, porque interactuaba con otrosde su edad mientras tomaba sus clases avanzadas con estudiantes adultos.
En sus tiempos libres le gusta la criptografía y los videojuegos.
La mejor forma de enseñar o aprender algo es hacerlo sin forzarlo, comenta Sydney Weaver.
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