Policía luego de José Remón, un paréntesis
- REDACCION
Después de la muerte de Remón, en 1956 se eligió como Presidente a Ernesto de la Guardia Jr. Durante su mandato hubo choques sangrientos entre estudiantes y policías.
El vacío que dejó el asesinato de Remón devino en un caos, pues el vicepresidente José Ramón Guizado fue acusado del crimen.
Aun cuando asumió el poder ese mismo 2 de enero, a los días fue encarcelado. Entre su ascenso y posterior arresto hay un factor que destacan Patricia Pizzurno, Celestino Araúz y el propio Guizado en sus memorias: la figura de Alejandro Remón, hermano del mandatario asesinado.
Guizado se negó a nombrarlo ministro, y también rechazó que la Caja de Seguro Social le prestara B/ 450 mil para una empresa pesquera. Dos días después de estas decisiones presidenciales, Rubén Miró, supuesto autor material del magnicidio, confesó que Guizado era el instigador del crimen.
El vicepresidente fue condenado a seis años y 8 meses de prisión, pero un jurado de conciencia lo liberó dos años y 11 meses después. No sólo a él, sino también a Miró.
Para cuando salió de la cárcel Modelo, su periodo presidencial había acabado.
La Policía
Bolívar Vallarino no quiso jamás llenar el vacío político que dejó Remón. Se mantuvo en el cuartel y en los negocios, a distancia prudente de los rejuegos partidistas.
En 1958-59 estalló una rebelión estudiantil con saldo trágico de muertos y heridos, todos estudiantes, a manos de la Guardia Nacional, que para estas alturas tenía mayor capacitación y poder de fuego.
Como reacción, el entonces presidente Ernesto de la Guardia Jr. convocó a un diálogo del que surgió el "Pacto de la Colina", que se instituyó como Ley de la República, y preveía que cada Presidente nombraría a los comandantes de la Policía cuando subiera al poder.
De haber respetado este pacto, señala Ernesto de la Guardia III, hijo del presidente que creó la Ley, tal vez se hubiera evitado el golpe policial de 1968.
Dictadura.
Para ilustrar esta parte de la historia del militarismo en Panamá, transcribimos extractos de la entrevista a uno de los golpistas, Boris Martínez, que aparece en el libro de Rubén Carles "El ayer está presente". La entrevista apareció por primera vez en 1980, en un diario hondureño. Boris Martínez fue exiliado, y vive desde 1969 en Miami, Estados Unidos.
El texto en cuestión es del tenor siguiente:
Testimonio de un golpista traicionado
Romper un silencio de doce años es difícil. Especialmente para un militar, habida cuenta de que el hermetismo forma parte de la formación castrense. El Coronel Boris Martínez en 1968 dirigió una revuelta contra el gobierno de Arnulfo Arias.
La crisis. "Al no lograrse un acuerdo entre los partidos que rodeaban al Presidente Robles y ser cada vez más precaria la situación, el comandante de la Guardia, Bolívar Vallarino, convocó a todos los jefes y oficiales de la Institución a un encuentro que se anunciaba como decisivo. Nos preguntó si le apoyaríamos en caso de que resultara candidato, y todos dijimos que sí. Estábamos aún reunidos cuando llegó de la Casa de Gobierno José D. Bazán, político ligado al oficialismo, quien informó que el Presidente Robles se negaba a apoyar a Vallarino.
"El comandante tuvo una reacción violenta, seguida de una gran desazón. En ese momento Bazán le dijo que los tres partidos que rechazaban a Samudio estaban dispuestos a respaldarle, y que no tenía dudas de que ??"sobre la marcha- los otros cinco se les unirían, como ya había sucedido en la campaña de Remón. Vallarino, empero, no se decidía, y optó por asumir una posición que fluctuaba entre el rechazo y la ambigüedad".
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.