Pinocho, o triunfa la verdad
- Yessika Valdés
Era ingenuo, confiado, le gustaban más los juegos que la escuela, tenía buen corazón y amaba a Gepeto.
Jorge Isaacs Iglesias es, a juicio de Agustín Clément, “la revelación del año” y su interpretación de “Pinocho” fue “extraordinaria”.
Es la segunda vez que el actor de 11 años, hijo de Briseida Bloise, tiene un papel estelar, y se luce.
En “S.O.S. el Tercer Planeta”, que se presentó hasta hace unos días también en el teatro Inida, en Balboa, interpretó a Tony La Barbera. Próximamente hará del hijo de la prostituta en “Pedro Navaja” y de Hansel, en “Hansel y Grettel”.
En “Pinocho”, Jorge Isaacs transporta a la concurrencia a un mundo de aventuras, con altibajos, mucha emoción, tentaciones, lucha entre el bien y el mal, cantos, bailes, golosinas, globos, juguetes, amigos (como “Pepito Grillo” y “Polilla”) y “lobos” disfrazados de ovejas, que abundan en la vida real y la de los cuentos y el teatro, tratando de sacar del buen camino a los que son débiles de voluntad.
El hogar del carpintero Gepeto cambia con la llegada de Pinocho, una marioneta de madera que él hizo, a la cual le dio vida el Hada Azul, cumpliendo así el anhelo del buen anciano de tener un hijo.
Pinocho le trae alegrías y tristezas, lo pone en aprietos, en corredera y en peligro de muerte.
No es intencional, porque Pinocho ama a su padre. Es víctima de otros.
Pinocho es feliz, disfruta cada minuto a plenitud. No le importan ni el ayer ni el mañana. Pareciera ser que sus consignas fueran “¡Hay que gozar”, “¡Hay que reír!”, “¡Hay que bailar”!
Pinocho vive una serie de aventuras donde es víctima del “juega vivo” de un trío de engatusadores y engañadores de niños ingenuos como él (bueno, él, aunque es de madera tiene su corazoncito y es sensible) que creen que todo el mundo es bueno y se deja atrapar en una maraña de mentiras que lo hacen a su vez convertirse en un mentiroso empedernido, al punto de que para tratar de curarle ese mal hábito El Hada Azul hace que le crezca la nariz cada vez que miente. Y, ¡vaya si le crece...!
El mayor anhelo de Pinocho es ser de carne y hueso, pero, ¿cómo lograrlo si cada vez que quiere encaminarse bien aparecen en escena para tentarlo y hacerlo cambiar de planes “Lorenzini”, la gata “Juana” y el gato “Filomeno”?
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