Decoración. Los colores, el espacio, la altura y demás características son importantes a la hora de escogerlos y colocarlos.
Personalidad y estilo a través de los cuadros decorativos
La parte de arriba de las camas son el lugar perfecto para que los cuadros resalten. Verticales u horizontales son los formatos más buscados a nivel local.
Los cuadros constituyen un accesorio artístico frecuentemente subestimado, ya que muchas personas no saben aprovecharlos en la decoración de las residencias.
Antes de elegir y colgar los mismos, se debe planificar por adelantado lo que se quiere del cuarto , así lo asegura la diseñadora de interiores Andrea Quintero. “El estilo y el color de la recámara también es esencial”.
Para sacar el máximo partido a los cuadros y lograr que estos añadan carácter a la habitación, se necesita decidir dónde y después cómo colgarlos. “Si la idea es colocar varios de estos accesorios arriba de la cabecera de la cama, lo mejor es mantener distancias entre ellos de acuerdo a sus tamaños”, destaca Quintero.
En este punto, resalta que los de formato horizontal nos dan la sensación de techos más bajos, mientras que los verticales producen una visión más despejada y una mayor altura visual de los techos. Además, para que no queden al azar, lo mejor es buscar un cuadro central y luego desarrollar una figura a su alrededor.
Para crear un equilibrio.
La altura más apropiada y frecuente para su colocación es donde se puedan observar “sin necesidad de movernos y en una postura relajada como, por ejemplo, la que adquirimos si nuestros ojos reposan un poco más abajo de la mitad del cuadro”, asegura.
El impacto cromático de las obras debe estar íntimamente ligado con el resto de la decoración de la estancia, buscando entre ambos “una armonía visual y potenciándola con cada pincelada o reflejo de la imagen seleccionada”, finaliza.
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