Pasos para ser mala madre

En la actualidad, los niños se han vuelto más caprichosos, al punto que de no tener lo que demandan culpan a sus padres de no ser lo suficientemente buenos.

Pero a este tipo de señalamientos el psicólogo Román Emiliani les dice, en especial a las madres: "Cuando tus hijos te dicen que eres 'mala', debes de tomarlo como un cumplido" y no ceder a sus exigencias, ya que "pueden pensar lo peor de ti ahora, pero te lo agradecerán más tarde".

¿Cómo ser mala?

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Es sencillo lograr que los hijos piensen que eres el peor padre del mundo realizando estos sencillos hábitos como crear un horario fijo a la hora de dormir.

También cuando se presenten situaciones difíciles, evita asumir el control automáticamente, ya que al no hacerlo les da a tus hijos un mayor impulso de autoconfianza.

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Necesidades importantes de los adolescentes

Otra recomendación para ser una mala madre a los ojos de los pequeños hijos es enseñarle el costo de lo que quieren. "Es necesario enseñarles hoy que los aparatos electrónicos, videojuegos, salidas al cine, uniformes y equipos deportivos de los que tanto gozan sí tienen un precio".

También cuando se presenten situaciones incómodas enseñarles a sobrellevarlas, "solucionándoles todos sus inconvenientes le estarás robando a tu hijo la oportunidad de aprender o sacar algo bueno de una situación difícil", explica Emiliani.

Herramientas

La disciplina es parte fundamental del desarrollo de los niños, por esto puedes también enseñarles a administrar su tiempo y evita preocuparte por comprarles el último modelo de lo que quieren, con esto le enseñas a sentir gratitud y satisfacción con lo que tienen.

También déjelos saborear las pérdidas. "Si tu niño rompe un juguete, no lo reemplaces", porque con esto aprenderá una valiosa lección sobre el cuidado de lo que tiene.

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Toma control

Si adoptas una postura firme en la educación de tus hijos, otros tal vez seguirán tu ejemplo.

Ten en cuenta que en la actualidad siempre se recomienda que controles la tecnología que utilizan, crea horarios y no a libre demanda.

Y refuerza enseñándoles a disculparse, que cuiden sus modales y que trabajen de forma gratuita. "Esto les enseña a mirar más allá de sí mismos y a darse cuenta de que otras personas tienen necesidades", dijo.