Padres y el reto de la obediencia
Antes de los cinco años no se puede tomar en cuenta la madurez de un niño para que haga caso, ya que está en pleno proceso de desarrollo.
- María Victoria Rivera
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- @mvictoriarc
- - Publicado: 20/3/2019 - 12:00 am
Lidiar con niños desobedientes, para algunos padres es un reto. En ocasiones con tal de que hagan lo que se les pide, no toman las mejores acciones.
Los padres sienten que sus hijos solo buscan llevarles la contraria o que deciden escuchar solo lo que les conviene. Algunos más osados tienden a retar o manifestar negativa ante lo que se le solicite.
Lo principal es tener paciencia, porque "no siempre el niño quiere desobedecer, lo más probable es que está resolviendo sus impulsos naturales como cuando se le pide que no toque las cosas, pero aún así lo hace", explica la psicóloga Lesbia González.
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Algunos niños más osados refutan, muestran negativa o ignoran cuando se les solicita algo y, por el contrario a lo que sus padres creen, para ellos no siempre lo que sus progenitores les digan va a ser comprensible.
"Los niños generalmente no están siempre refutando, puede que haya uno que otro más grande después de los 5 años que lo haga, pero es porque están desarrollando su personalidad" , indica González.
Influencia
Algunos niños cuando desobedecen, es porque están copiando un tipo de conducta a la que cotidianamente están expuestos. "Son lo que hacemos de ellos, están respondiendo a su medio, es decir replica lo que ha aprendido de los adultos", señala.
Otro factor es que su ambiente familiar así se lo ha permitido, "no es que un niño retador, nació retador y punto", manifiesta González y explica que esta conducta es el resultado de algo que desde pequeño no se vio y no se le ayudó de manera asertiva.
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Padres
Los padres piensan que sus hijos tienen que obedecer, porque sí, sin considerar que deben ayudar para que lo hagan, "son niños pequeños y necesitan que sus cerebros procesen la información para poder entenderla", indica la psicóloga Ana María Flores.
Para Flores es preocupante que, "los padres de ahora están descuidados, no se dan cuenta si los picó un mosquito, porque están con el celular", por lo que van generando desapego.
Acciones
La mejor forma para que los niños sean obedientes, sin tener que usar gritos o golpes, es que los padres analicen cómo su hijo comprende lo que se le está solicitando y por qué quieren que lo haga, sugieren los especialistas.
El mejor ejercicio para lograr captar la atención del niño es bajar a su nivel, es decir, agacharse, mirarle a los ojos y con un lenguaje comprensible explicarle que es lo que se requiere de él y reforzarlo con un abrazo. Los menores de 5 años no siempre obedecerán como se quiere.
También deben evitar hacer gracia de conductas que no son apropiadas, porque ellos crecen pensando que es correcto. También deben ser constantes en la toma de decisiones, es decir, si existe un horario de ver televisión, cumplirlo.
Por último, trabajar en conjunto, porque si un padre dice una cosa y el otro otra provocará que al final no existan los límites y el pequeño termine sin obedecer a nadie.
Los padres deben ser el primer cordón de seguridad y tratar de enseñarle al niño con quienes debe ser obediente y con quienes, por su seguridad, no.
Si han intentado por todos los medios positivos y aún así no se logra que el menor siga indicaciones, los padres deben buscar ayuda especializada.
Recordar que si la mayoría de las cosas que aprendieron en los cinco primeros años fueron saludables, amigables, con afecto y con cariño, lo más probable es que ese niño de 5 años en adelante ya tenga más fortalezas que uno que ha tenido abusos o maltrato, recuerda González.
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