Curiosidades
Maravillas del Mont Saint-Michel
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El Mont Saint-Michel encierra curiosidades como el enclave rocoso en el corazón de una gran bahía.

Una bella vista del Mont Saint Michel. EFE
El Mont-Saint-Michel, en la región de Normandía, al norte de Francia, tiene las particularidades de levantarse en un promontorio rocoso rodeado de una maravillosa bahía, y de ser el teatro de las mareas más grandes en Europa continental, según Turismo de Normandía, TdN (http://es.normandie-tourisme.fr).
Cuando la marea es baja, el mar se sitúa a 15 kilómetros de la costa normanda. En otro momento del día, la marea asciende a toda velocidad, con el creciente nivel del mar, alcanzándose una diferencia de 15 metros entre marea alta o pleamar (cuando el agua alcanza su nivel más alto) y la marea baja o bajamar (cuando el mar registra su menor altura).
Fuertes mareas a velocidad de Galope
En determinadas fechas y horarios del año, cuando el coeficiente de la marea (un sistema de medida entre la pleamar y bajamar) supera un determinado valor, este monte se convierte durante unas horas en una isla, ofreciendo un espectáculo inolvidable y la posibilidad de vivir una experiencia única. Una pasarela permite acceder al pueblo durante todo el año, excepto, en esas circunstancia.
Mirador grandioso rodeado de mar
Este fenómeno natural impresionante, tanto la entrada de la marea como la ola que se produce cuando ascienden las aguas remontando la bahía, en el llamado ‘macareo’, se puede observar desde el mismo Mont Saint-Michel, su muralla y desde el puente.
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Aunque el punto de observación ideal para admirar, tanto las grandes mareas como la bahía es el claustro de la Abadía del Mont-Saint-Michel, un edificio benedictino que representa uno de los ejemplos más impresionantes de la arquitectura medieval, religiosa y militar a la vez., en la que hoy en día, están instaladas dos comunidades de monjes y monjas, según TdN.
“Entonces el espectáculo se vuelve grandioso. El agua cubre el vado sumergible, desaparecen todos los accesos por tierra y el monte parece flotar. Gracias al puente inaugurado en 2015, se puede llegar al sitio incluso durante la pleamar”, señala Pascale Filliâtre, escritora de viajes, que publica sus artículos en Turismo de Francia.
El monte y su gran bahía, están clasificados desde 1979 por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad con la referencia ‘80ter’ (https://whc.unesco.org/en/list/80).
La Unesco considera una “maravilla del Occidente” y una “hazaña técnica y artística” a la abadía gótica benedictina consagrada al arcángel San Miguel y a la aldea nacida al amparo de sus murallas, construidas entre los siglos XI y XVI.
Filliâtre destaca otras maravillas de “esta rocosa isla que se aparece a los visitantes como un espejismo”.
La leyenda de Arcángel y La Abadía
Por su parte, el Centro de los Monumentos Nacionales (CMN) de Francia señala que el culto a San Miguel se remonta al siglo V en Occidente y que este arcángel simboliza la supremacía del Bien sobre el Mal, teniendo un papel destacado en el libro del Apocalipsis, que relata su combate con el demonio, representado en forma de dragón, y cómo lo vence ayudado por sus ángeles.
El texto más antiguo que describe los orígenes del Mont Saint-Michel, señala que la primera fundación de la abadía se remonta a 708, año en que Aubert, obispo de Avranches, encargó la edificación de un primer santuario dedicado al arcángel Miguel sobre el Mont-Tombe, informa el CMN.
“Según la leyenda, el arcángel se apareció en sueños a Aubert hasta en tres ocasiones, instándolo a levantar un santuario en su nombre. Se dice incluso que el arcángel, en su tercera aparición, llegó a perforar con su dedo el cráneo de Aubert para que realizara la obra”, de acuerdo indica la misma fuente.
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