Lujo campesino
Publicado 2005/08/06 23:00:00
- Houston
El sombrero panameño tiene una historia ligada a las actividades del campesino y la población de La Pintada, en la provincia de Coclé, que lucha porque la tradición de elaborarlo prevalezca.
PARA NUESTROS abuelos salir a la calle o al pueblo sin un sombrero, aunque sea de trabajo, no es lo normal. Con el paso del tiempo han conservado esta tradición, pues es lo que los caracteriza. Pero ¿sabe usted de dónde salen estos sombreros, quiénes los confeccionan y el costo que puede tener desde el más sencillo hasta el más fino o de lujo conocido como el sombrero pintado?.
Hablar del sombrero pintado es hablar de La Pintada, pues allí se encuentran desde los más rústicos y sencillos, hasta los más finos como el sombrero de 20 vueltas, que puede costar 300 balboas, suma que gustosamente pagaría un santeño, herrerano, tableño o miembro de un conjunto folclórico para lucir en presentaciones.
El sombrero pintado se confecciona en diferentes comunidades rurales de la Provincia de Coclé. Sin embargo, La Pintada es su cuna, porque el nivel económico y educacional ha obligado a los campesinos a enseñar a sus hijos a confeccionarlos. Además, por la falta de empleo, de alguna manera hay que llevar ingresos a la vivienda.
Hace más de cien años los campesinos del norte de Coclé se dedican a confeccionar sombreros y los venden a los intermediarios o a los mercados de artesanías a consignación.
Pero hay un lugar donde este sombrero nació para quedarse y es La Pintada. Allí en cada comunidad hay alguien que se dedica a confeccionarlo, incluyendo mujeres y hasta niños, para ellos esto más que un negocio, es una tradición.
Al llegar a La Pintada, fue grata la visita, pues nos encontramos con residencias, casa de artesanías e inclusive personas luciendo el sombrero, ya sea de trabajo o el diario. Para ellos esto es una verdadera tradición.
Nos encontramos con la señora Evida Sánchez, que tiene 48 años de dedicarse a la confección y venta de artesanías.
Ella, con un espectacular sombrero pintado de unos 100 balboas, muy sonriente nos explicaba que en casi todas las comunidades rurales que componen La Pintada se dedican a esta labor, de confección y venta del sombrero.
En La Pintada se confeccionan los sombreros por área. Cuenta Quirós que en el sector de El Copé como Marta, Machuca, Villa Lobos y Loma Bonita confeccionan el sombrero de trabajo, mientras que Llano Grande, la Venta, La Honda, Jaguito, Cascajal, Paguá y Agua Fría, confecciona el sombrero de uso diario y un poquito más fino.
El sombrero fino y hasta de 20 vueltas es confeccionado en comunidades como Membrillal, El Pedregoso, Farallón, Los Reyes, Altos de Los Reyes y Santos Ortiz.
Estas personas confeccionan sus sombreros, lo que puede tener una duración de tres días, los de trabajo, hasta 4 semanas, los de uso diario, y uno o dos meses y los finos o pintados, que tienen un costo de hasta 300 balboas, por la especialidad y el fino material que se utiliza.
Reinaldo y la señora Evida Sánchez, al igual que el resto de los campesinos que se dedican a esta práctica artesanal, coinciden en que es un trabajo delicado y que requiere paciencia. Hay que conseguir los materiales en primera instancia y luego inicia el proceso, pero antes es necesario contar con bellota, hilo de pota, junco o chonta negra, crineja, talco y el molde base en donde se confecciona la plantilla del sombrero.
Estos materiales se consiguen, pero de manera difícil en el monte o campo, porque se trata de materiales que brinda la naturaleza.
La bellota, al igual que el hijo de pita, son fibras de palma especial. El junco, que es una hierba especial, se consigue en las ciénegas o lagos, y se está perdiendo en algunas comunidades.
El molde es un tronco que confeccionan para que se pueda tejer todo el material y hacer la base del sombrero.
Actualmente hay personas que solo se dedican a extraer estos materiales de los montes y lo venden a los que confeccionan los sombreros. El costo puede estar entre 25 centésimos el cogollo o macito del material.
Otro de los artesanos que nos encontramos en una casa de artesanías fue el señor Reinaldo Quirós, un hombre sencillo, humilde y muy talentoso.
Nos contó que ya ha realizado giras al extranjero en donde lleva el sombrero pintado y otras artesanías que son del agrado y atracción de mucha gente.
"Hay tres tipos de sombreros, los de trabajo o rústicos, los de uso diario y los finos o sombrero pintado, cada uno de ellos tienen otras denominaciones y un precio diferente" expresó.
SOMBRERO DE TRABAJO. Son aquellos que los campesinos utilizan para ir a sus labores de agricultura, estos son de 4 a 6 vueltas, elaborados con junco, bellota, cañita, chonta y de poca labor especial. Los usan para cubrirse del sol cuando se va a trabajar y el costo oscila entre los 3 y 7 balboas.
Los sombreros de trabajo son utilizados más que todo por los campesinos, y por su precio accesible hasta los turistas los llevan como recuerdos a sus países.
Este tipo de sombrero lo utilizan en las áreas de producción agrícola, cañaverales, tomateras.
SOMBREROS DE USO DIARIO. Son un poco más costosos.
Se denominan pintados o de pita, pero no tan finos de unas siete vueltas o sietero, hasta las 12 vueltas; tienen un costo de 8 a 80 balboas aproximadamente. Depende de la cantidad de vueltas, un sombrero de siete vueltas puede costar 8 balboas, mientras que uno de 12 vueltas puede estar en los 80 balboas.
SOMBRERO PINTADO. Llamado de lujo, es el más fino que se confecciona en La Pintada. Puede tener entre 13 y 20 vueltas. Son muy costosos, desde 90 hasta 300 balboas. Depende de las vueltas que el artesano le coloque, es un trabajo arduo, difícil y que requiere de paciencia, asegura Reinaldo, quien con una sonrisa nos expresaba que aún no ha podido confeccionar un sombrero fino de 20 vueltas. "En todo el distrito de La Pintada solo hay 5 personas muy adultas que saben confeccionar el sombrero fino de 20 vueltas".
Hablar del sombrero pintado es hablar de La Pintada, pues allí se encuentran desde los más rústicos y sencillos, hasta los más finos como el sombrero de 20 vueltas, que puede costar 300 balboas, suma que gustosamente pagaría un santeño, herrerano, tableño o miembro de un conjunto folclórico para lucir en presentaciones.
El sombrero pintado se confecciona en diferentes comunidades rurales de la Provincia de Coclé. Sin embargo, La Pintada es su cuna, porque el nivel económico y educacional ha obligado a los campesinos a enseñar a sus hijos a confeccionarlos. Además, por la falta de empleo, de alguna manera hay que llevar ingresos a la vivienda.
Hace más de cien años los campesinos del norte de Coclé se dedican a confeccionar sombreros y los venden a los intermediarios o a los mercados de artesanías a consignación.
Pero hay un lugar donde este sombrero nació para quedarse y es La Pintada. Allí en cada comunidad hay alguien que se dedica a confeccionarlo, incluyendo mujeres y hasta niños, para ellos esto más que un negocio, es una tradición.
Al llegar a La Pintada, fue grata la visita, pues nos encontramos con residencias, casa de artesanías e inclusive personas luciendo el sombrero, ya sea de trabajo o el diario. Para ellos esto es una verdadera tradición.
Nos encontramos con la señora Evida Sánchez, que tiene 48 años de dedicarse a la confección y venta de artesanías.
Ella, con un espectacular sombrero pintado de unos 100 balboas, muy sonriente nos explicaba que en casi todas las comunidades rurales que componen La Pintada se dedican a esta labor, de confección y venta del sombrero.
En La Pintada se confeccionan los sombreros por área. Cuenta Quirós que en el sector de El Copé como Marta, Machuca, Villa Lobos y Loma Bonita confeccionan el sombrero de trabajo, mientras que Llano Grande, la Venta, La Honda, Jaguito, Cascajal, Paguá y Agua Fría, confecciona el sombrero de uso diario y un poquito más fino.
El sombrero fino y hasta de 20 vueltas es confeccionado en comunidades como Membrillal, El Pedregoso, Farallón, Los Reyes, Altos de Los Reyes y Santos Ortiz.
Estas personas confeccionan sus sombreros, lo que puede tener una duración de tres días, los de trabajo, hasta 4 semanas, los de uso diario, y uno o dos meses y los finos o pintados, que tienen un costo de hasta 300 balboas, por la especialidad y el fino material que se utiliza.
Reinaldo y la señora Evida Sánchez, al igual que el resto de los campesinos que se dedican a esta práctica artesanal, coinciden en que es un trabajo delicado y que requiere paciencia. Hay que conseguir los materiales en primera instancia y luego inicia el proceso, pero antes es necesario contar con bellota, hilo de pota, junco o chonta negra, crineja, talco y el molde base en donde se confecciona la plantilla del sombrero.
Estos materiales se consiguen, pero de manera difícil en el monte o campo, porque se trata de materiales que brinda la naturaleza.
La bellota, al igual que el hijo de pita, son fibras de palma especial. El junco, que es una hierba especial, se consigue en las ciénegas o lagos, y se está perdiendo en algunas comunidades.
El molde es un tronco que confeccionan para que se pueda tejer todo el material y hacer la base del sombrero.
Actualmente hay personas que solo se dedican a extraer estos materiales de los montes y lo venden a los que confeccionan los sombreros. El costo puede estar entre 25 centésimos el cogollo o macito del material.
Otro de los artesanos que nos encontramos en una casa de artesanías fue el señor Reinaldo Quirós, un hombre sencillo, humilde y muy talentoso.
Nos contó que ya ha realizado giras al extranjero en donde lleva el sombrero pintado y otras artesanías que son del agrado y atracción de mucha gente.
"Hay tres tipos de sombreros, los de trabajo o rústicos, los de uso diario y los finos o sombrero pintado, cada uno de ellos tienen otras denominaciones y un precio diferente" expresó.
SOMBRERO DE TRABAJO. Son aquellos que los campesinos utilizan para ir a sus labores de agricultura, estos son de 4 a 6 vueltas, elaborados con junco, bellota, cañita, chonta y de poca labor especial. Los usan para cubrirse del sol cuando se va a trabajar y el costo oscila entre los 3 y 7 balboas.
Los sombreros de trabajo son utilizados más que todo por los campesinos, y por su precio accesible hasta los turistas los llevan como recuerdos a sus países.
Este tipo de sombrero lo utilizan en las áreas de producción agrícola, cañaverales, tomateras.
SOMBREROS DE USO DIARIO. Son un poco más costosos.
Se denominan pintados o de pita, pero no tan finos de unas siete vueltas o sietero, hasta las 12 vueltas; tienen un costo de 8 a 80 balboas aproximadamente. Depende de la cantidad de vueltas, un sombrero de siete vueltas puede costar 8 balboas, mientras que uno de 12 vueltas puede estar en los 80 balboas.
SOMBRERO PINTADO. Llamado de lujo, es el más fino que se confecciona en La Pintada. Puede tener entre 13 y 20 vueltas. Son muy costosos, desde 90 hasta 300 balboas. Depende de las vueltas que el artesano le coloque, es un trabajo arduo, difícil y que requiere de paciencia, asegura Reinaldo, quien con una sonrisa nos expresaba que aún no ha podido confeccionar un sombrero fino de 20 vueltas. "En todo el distrito de La Pintada solo hay 5 personas muy adultas que saben confeccionar el sombrero fino de 20 vueltas".
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