Muestra.Está conformada por más de 50 obras del artista
Los retratos vivos del pintor Édouard Manet
La exposición "Manet: Retratando la Vida" en la Royal Academy of Arts de Londres, explora la técnica usada por el pintor, considerado como el padre del arte moderno.
Detalles
- Una de las pinturas más representativas de ese esfuerzo por retratar la modernidad es "Le chemin de fer", en que una mujer, con un libro y un perrito en su regazo, está sentada en una verja al lado de una niña que, de espaldas, mira a través de ella hacia una nube de vapor que oculta un ferrocarril
- Maryanne Stevens
- Comisaria de la exposición
La relación entre los retratos pintados por Édouard Manet y sus escenas de la vida cotidiana se explora en una nueva exposición en la Royal Academy of Arts de Londres, que repasa la carrera del artista francés a través de más de 50 obras.
Distribuida en ocho grandes salas, esta ambiciosa muestra es la primera en el Reino Unido que se centra en la faceta de retratista del padre del Impresionismo, que desde sus inicios hasta su muerte en 1883 siempre mostró interés por la psicología humana.
"Manet fue el primero que utilizó figuras reconocibles, que habían sido sus modelos en retratos, en escenas más generales de la vida diaria", explicó la comisaria de la exposición, Maryanne Stevens.
"Ésta era su manera de asegurarse de que reproducía con fidelidad la vida moderna", lo que respondía a su ansía por satisfacer los requisitos del Realismo, movimiento al que se adscribía, apuntó.
Uno de los cuadros que más simboliza esta trasposición es "Le Déjeuner dans l'atelier" (1868), cuyo principal modelo es Léon, el hijo ilegítimo de la esposa del artista, la holandesa Suzanne Leenhoff, que había sido profesora de música de sus hermanos.
Stevens describe la obra, en que aparece el niño en primer plano como dispuesto a marcharse como una de las más enigmáticas y misteriosas de su carrera.
"Es una combinación de una escena de conversación, un bodegón y luego hay tres figuras (como retratos) que no parecen tener ningún tipo de conexión entre ellas", explica la comisaria, que recuerda que la obra del francés plantea muchos interrogantes.
Otro óleo que refleja ese objetivo del artista de llenar sus escenas de personas reales es "La Musique aux Tuileries" (1982), que merece sala propia en la exposición londinense.
La exposición en la Royal Academy of Arts, que permanecerá abierta hasta 14 de abril, repasa también las últimas obras del artista, quien, tras sufrir una enfermedad en los años 70 del siglo XIX que finalmente le mataría, cambió el óleo por el pastel.
Un ejemplo de su virtuosismo también en este medio es "Mlle Suzette Lemaire" (1880).
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