Los "negros literarios"
- Carlos Atencio-Atencio
Es un trabajo como cualquier otro, la diferencia está en que sus escritos son firmados por otras personas.
El término "escritor negro" no alude en ningún sentido al conflicto racial que sigue estando presente en la humanidad. Más bien, es el término con que se conoce a la persona -escritor- que se dedica a escribir libros por encargo, y que son publicados con la firma de quien lo encarga y también bajo un contrato de confidencialidad de por vida.
Este obrero desconocido de la literatura es común en países donde la industria del libro es fuerte, como España, México y Argentina, por mencionar solo algunos.
Los servicios se ofrecen por medio de páginas webs o de referencias persona a persona. Una de las cualidades que tienen estas personas es que manejan muchos temas, y se adaptan a los requerimientos de los compradores.
En este punto es oportuno aclarar que no se considera un negro literario aquel escritor que es contratado por un famoso, artista o político, para que redacte una biografía. En Panamá un caso conocido es la biografía del empresario fallecido Lew Rodín, escrita por un poeta reconocido.
Este tipo de obras se trabaja sobre la entrevista, por correo electrónico o presencial, donde el personaje expone su vida en forma cronológica. Dicho material es presentado luego para su aprobación.
Variantes.
Silvia Pérez* es una funcionaria que trabajó durante años en Europa. A su regreso a Panamá quiso plasmar lo más importante de su vida en una biografía, para lo cual contrató un escritor panameño de vasta experiencia. Luego de meses de trabajo, cuando el escritor presentó el libro, la contratante no estuvo conforme con la forma en que se exponían los hechos y optó por reescribir el libro. Pérez no reveló la suma que pagó por el trabajo, lo que sí dijo fue que había invertido los ahorros de su vida.
¿Cuánto se gana? En la página web www.
premura.com, hay un artículo que marca los pasos a seguir para ser un escritor negro. Según ellos, la recompensa que se obtiene por omitir el nombre del autor real es sumamente elevado, mucho más que si se firmara el libro con el nombre y se llevara a vender en las tiendas.
Dicen: "Se puede escribir de 3 a 4 libros por año. Lo que genera de 15,000 a 24,000 euros. Y la decisión de escribir sin nombre es que la estadística es clara, se gana más con estos contratos que con las regalías de las ventas.
Salió de la oscuridad.
Paul Auster, uno de los escritores estadounidenses más reconocidos y con márgenes de ventas envidiables, años atrás reconoció que fue escritor negro.
Lo anterior, que no le resta méritos al novelista, es un indicio de que pueden existir muchos escritores famosos que también ejercieron este trabajo, y que llegado un momento dejaron esa oscuridad para vender su nombre.
Lo que plantea Premura es alarmante. Atribuyen a fuentes conocedoras del mercado publicitario que un 60 por ciento de lo que se publica en papel en la actualidad es creado por escritores negros.
Estilo.
Uno de los fantasmas que tiene que espantar siempre el negro literario es el estilo propio, para intentar parodiar, con más calidad, la obra que el comprador busque.
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