Le darán su "rákata" a los panameños
- Juan Bosco Ureña B.
- - Publicado: 18/7/2006 - 11:00 pm
Luego de estupendas presentaciones en Colombia, Puerto Rico y otros países latinoamericanos, los intérpretes de éxitos como "Rákata" y "Mírala bien", estarán en Panamá el próximo viernes 21 de julio como parte de su gira internacional denominada "Pa"l mundo".
Wisin & Yandel se presentarán en el Centro de Convenciones Vasco Núñez de Balboa. Los boletos están a 25 y 50 dólares.
Las vajillas, las tapas de las pailas y todos los cubiertos se estremecen y hacen ruido como si se tratase de una embestida de la naturaleza, afortunadamente no es así.
Sus seis hijos tienen hoy día los mismos padecimientos de salud de ella. Escuchan poco y en ocasiones gritan para hablar.
Otra historia cuenta Grace Marquínez. Ella tiene 16 años de vivir en San Antonio de Tocumen y su pequeña hija Grace Lorena de tan sólo seis años sabe qué es tener miedo.
Cuando ella comenzaba a caminar, al escuchar el fuerte sonido de los motores de los aviones corría despavorida y se escondía debajo de la cama.
El ruido se ha hecho costumbre en sus vidas.
"Las ventanas se estremecían antes con más fuerza cuando del viejo aeropuerto salían aviones. Parecía un temblor. La cama se movía tanto que pensábamos que nos íbamos a caer", relata.
Cuando hablaban por teléfono, la situación es peor. Les toca esperar a que el avión se aleje o decirle a la persona que llame después, porque es imposible conversar por el ruido de los motores.
Al comienzo la familia Marquínez no podía dormir, pasaban la noche en vela, y aunque pensaron mudarse, se han ido acostumbrando.
Cuando aún no se acostumbraban las noches resultaban un calvario, porque conciliar el sueño era una dura tarea difícil.
Es un trago amargo el que se toman a menudo, pero reconocen que es poco lo que pueden hacer.
El Aeropuerto Internacional de Tocumen se encuentra en un proceso de reestructuración cuyo costo es de B/.70 millones y debe estar listo en enero de 2007.
La primera etapa de la remodelación tiene un costo de B/.21 millones, mientras que la segunda se estima en B/.30 millones.
Alrededor de 2 millones de pasajeros recibió esta terminal aérea en el 2005.
El Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) no maneja los decibeles de ruido de los aviones que podrían traer como consecuencia el desplome de una vivienda o que permitirían saber si las residencias tienen una estructura lo suficientemente resistentes.
Así lo dio a conocer Roberto Velásquez, director del SINAPROC.
Sostuvo que "tendría que ser un sonido muy fuerte para que se derrumbe una vivienda, aunque la mayoría de los aviones cuando despegan lo hacen de forma opuesta a las viviendas".
Mencionó el caso de El Pantanal, donde "la turbina del avión ni siquiera mira al sector".
Velásquez fue claro en que SINAPROC tendría competencia en el caso de las barriadas aledañas al aeropuerto si existiese riesgo de inundaciones, deslizamientos o sismos.
Sin embargo, recordó que en Calzada Larga los moradores construyeron en las inmediaciones de la pista área (pista de emergencia o de práctica de pilotos) y eso sí representa un riesgo.
La Organización mundial de la Salud (OMS) recomienda que el nivel sonoro en exteriores no supere los 45dB (decibelios) por la noche y los 55 dB por el día.
El nivel de ruido de los aviones grandes es de 120 dB a una distancia de 30 metros.
La intensidad de sonido de una conversación ordinaria es de unos 60 dB, mientras que la de un secador es de 80-90 dB.
Una banda de rock generalmente toca música con un nivel de ruido de unos 120 dB.
Analida Pittí de Arango, presidenta del Colegio Nacional de fonoaudiólogos dice que "en Panamá ya no hablamos, gritamos".
El director de Asentamientos Informales del Ministerio de Vivienda, Fausto Palacios dijo que los moradores de Tocumen que viven en las proximidades del aeropuerto no han presentado una queja formal sobre el ruido.
Palacios señaló que cualquier estudio sobre el impacto del ruido compete al Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y el Ministerio de Salud (MINSA).
Pero, agregó un aspecto particular. Dice que los moradores del sector de El Pantanal no cuentan con títulos de propiedad, lo que significa que viven en residencias improvisadas.
Entre tanto, Ramón Zambrano, jefe de Proyectos del Aeropuerto Internacional de Tocumen, explicó que se planea iniciar un estudio de ruido para determinar si las residencias aledañas están dentro de zonas restringidas.
Lo que ocurre es que en estos momentos la terminal área no cuenta con esos datos, que servirán para determinar qué áreas están influenciadas por el ruido.
Se analizarían las acciones a tomar si hay residencias dentro de los límites, aunque no necesariamente habrían desalojos, adelantó Zambrano.
Podría corregirse la anomalía, según precisó, a través de desvíos en rutas de despegue y aterrizaje.
Wisin & Yandel se presentarán en el Centro de Convenciones Vasco Núñez de Balboa. Los boletos están a 25 y 50 dólares.
Las vajillas, las tapas de las pailas y todos los cubiertos se estremecen y hacen ruido como si se tratase de una embestida de la naturaleza, afortunadamente no es así.
Sus seis hijos tienen hoy día los mismos padecimientos de salud de ella. Escuchan poco y en ocasiones gritan para hablar.
Otra historia cuenta Grace Marquínez. Ella tiene 16 años de vivir en San Antonio de Tocumen y su pequeña hija Grace Lorena de tan sólo seis años sabe qué es tener miedo.
Cuando ella comenzaba a caminar, al escuchar el fuerte sonido de los motores de los aviones corría despavorida y se escondía debajo de la cama.
El ruido se ha hecho costumbre en sus vidas.
"Las ventanas se estremecían antes con más fuerza cuando del viejo aeropuerto salían aviones. Parecía un temblor. La cama se movía tanto que pensábamos que nos íbamos a caer", relata.
Cuando hablaban por teléfono, la situación es peor. Les toca esperar a que el avión se aleje o decirle a la persona que llame después, porque es imposible conversar por el ruido de los motores.
Al comienzo la familia Marquínez no podía dormir, pasaban la noche en vela, y aunque pensaron mudarse, se han ido acostumbrando.
Cuando aún no se acostumbraban las noches resultaban un calvario, porque conciliar el sueño era una dura tarea difícil.
Es un trago amargo el que se toman a menudo, pero reconocen que es poco lo que pueden hacer.
El Aeropuerto Internacional de Tocumen se encuentra en un proceso de reestructuración cuyo costo es de B/.70 millones y debe estar listo en enero de 2007.
La primera etapa de la remodelación tiene un costo de B/.21 millones, mientras que la segunda se estima en B/.30 millones.
Alrededor de 2 millones de pasajeros recibió esta terminal aérea en el 2005.
El Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) no maneja los decibeles de ruido de los aviones que podrían traer como consecuencia el desplome de una vivienda o que permitirían saber si las residencias tienen una estructura lo suficientemente resistentes.
Así lo dio a conocer Roberto Velásquez, director del SINAPROC.
Sostuvo que "tendría que ser un sonido muy fuerte para que se derrumbe una vivienda, aunque la mayoría de los aviones cuando despegan lo hacen de forma opuesta a las viviendas".
Mencionó el caso de El Pantanal, donde "la turbina del avión ni siquiera mira al sector".
Velásquez fue claro en que SINAPROC tendría competencia en el caso de las barriadas aledañas al aeropuerto si existiese riesgo de inundaciones, deslizamientos o sismos.
Sin embargo, recordó que en Calzada Larga los moradores construyeron en las inmediaciones de la pista área (pista de emergencia o de práctica de pilotos) y eso sí representa un riesgo.
La Organización mundial de la Salud (OMS) recomienda que el nivel sonoro en exteriores no supere los 45dB (decibelios) por la noche y los 55 dB por el día.
El nivel de ruido de los aviones grandes es de 120 dB a una distancia de 30 metros.
La intensidad de sonido de una conversación ordinaria es de unos 60 dB, mientras que la de un secador es de 80-90 dB.
Una banda de rock generalmente toca música con un nivel de ruido de unos 120 dB.
Analida Pittí de Arango, presidenta del Colegio Nacional de fonoaudiólogos dice que "en Panamá ya no hablamos, gritamos".
El director de Asentamientos Informales del Ministerio de Vivienda, Fausto Palacios dijo que los moradores de Tocumen que viven en las proximidades del aeropuerto no han presentado una queja formal sobre el ruido.
Palacios señaló que cualquier estudio sobre el impacto del ruido compete al Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y el Ministerio de Salud (MINSA).
Pero, agregó un aspecto particular. Dice que los moradores del sector de El Pantanal no cuentan con títulos de propiedad, lo que significa que viven en residencias improvisadas.
Entre tanto, Ramón Zambrano, jefe de Proyectos del Aeropuerto Internacional de Tocumen, explicó que se planea iniciar un estudio de ruido para determinar si las residencias aledañas están dentro de zonas restringidas.
Lo que ocurre es que en estos momentos la terminal área no cuenta con esos datos, que servirán para determinar qué áreas están influenciadas por el ruido.
Se analizarían las acciones a tomar si hay residencias dentro de los límites, aunque no necesariamente habrían desalojos, adelantó Zambrano.
Podría corregirse la anomalía, según precisó, a través de desvíos en rutas de despegue y aterrizaje.
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